Carranza y el origen de las autodefensas en Puerto Boyacá

      
A Carranza lo relacionan con el paramilitarismo desde que nacieron los  primeros grupos de autodefensas del país en los ochenta en el Magdalena Medio. Dicen múltiples testigos que tuvo hombres armados en los Llanos y en la Costa Caribe.

   
Víctor Carranza, el zar de las esmeraldas, que fue señalado de tener nexos con la creación de grupos paramilitares.  

A Carranza lo relacionan con el paramilitarismo desde el comienzo de este fenómeno al despuntar la década de los ochenta en el Magdalena Medio.

Diego Viáfara, quien fuera funcionario de Asociación de Campesinos y Ganaderos del Magdalena Medio, Acdegam, organización que financió los entrenamientos, aportó valiosa información sobre la vinculación de esta asociación con los grupos paramilitares y el cartel de Medellín. En sus confesiones Viáfara aseguró que previamente a los entrenamientos de Klein, vio a Carranza en algunas reuniones con los primeros jefes del paramilitarismo como Henry Pérez y Gonzalo Rodríguez Gacha, alias ‘El Mexicano’.

Esto fue corroborado en una audiencia de Justicia y Paz en la que participaron Alonso de Jesús Baquero, alias ‘Vladimir’ y Gerardo Zuluaga, alias ‘Ponzoña’, en la que aseguraron que a los cursos de entrenamiento que recibieron de extranjeros y colombianos asistieron un grupo de cinco personas enviadas por el esmeraldero, entre ellos su sobrino.

Baquero agregó que Carranza les pagó a las Autodefensas del Magdalena Medio para que enviaran tres grupos de sus hombres a custodiar unas propiedades que tenía en el departamento del Meta y que estaban siendo amenazadas por la presencia guerrillera. Para ese entonces Carranza ya tenía un grupo de seguridad a los que se les empezó a conocer como ‘Los Carranceros’.

Sobre Carranza se ha documentado que expandió sus dominios en la zona esmeraldera al oriente de Boyacá en dos sentidos: hacia a los Llanos Orientales y, hacia el Magdalena Medio. Las relaciones de Carranza con las autodefensas de Puerto Boyacá, también tuvieron origen en la cercanía que de joven tuvo  Gonzalo Rodríguez Gacha, principal financiador del paramilitarismo, con el mundo de las esmeraldas. Rodríguez Gacha, antes de volverse nacortraficante, había trabajado con Gilberto Molina, con quien también trabajaba Carranza. Eso los unió en amistad, pero ésta se rompió cuando estalló la guerraentre los esmeralderos. 

A la Costa Caribe ‘Los Carranceros’ llegaron a comienzos de los 90, después de que el esmeraldero comprara tierras en el Caribe, según le contaron Habitantes del En el Golfo de Morrosquillo a VerdadAbierta.com.

Carranza negó siempre que ‘Los Carranceros’ presentes en los Llanos y en el Caribe, tuvieran que ver con él. No obstante, según varios testimonios de habitantes de Libertad y de Rincón del Mar, pueblos del municipio de San Onofre, se daba por entendido de que Carranza estaba detrás del grupo que usaba su apellido y que ‘Los Carranceros’ cuidaban los corredores de salida de la cocaína del Golfo, desde San Onofre y Maria la Baja.

Según cables de inteligencia norteamericana en Colombia, develados por el periodista Michael Evans, tanto ‘El Mexicano’ como Carranza, estaban comprando tierras en los Llanos Orientales y en la Costa Caribe para aumentar su poder.

En uno de ellos, la Embajada presenta información que indica que el “Zar de las esmeraldas” ha apoyado a “un grupo de asesinos” responsables de la muerte de 38 hombres sospechados de ser guerrilleros en la masacre de Mejor Esquina de abril de 1988.

Carranza era también “el principal sospechoso de haber organizado y financiado el desmadre que le quitó la vida a 41 habitantes de Segovia, Antioquia, un bastión de la izquierda, el 11 de noviembre de 1988”, dice Evans en su informe.

Pero fue en el Llano a finales de los ochenta en donde se relacionó a Carranza y a sus hombres con varios asesinatos, en su mayoría de militantes de la Unión Patriótica.

Según el libro del abogado Josué Giraldo Cardona, fundador y presidente del Comité Cívico por los Derechos Humanos en el Meta y quien fue asesinado por paramilitares, al esmeraldero le empezaron a aparecer nexos con grupos paramilitares en esa región cuando se le vinculó con el asesinato de 17 personas ocurrido el 3 de julio de 1988, entre ellas, niños y mujeres, y que fue cometido por Camilo y William Zamora, dos integrantes del grupo paramilitar.

Los dos Zamora testificaron ante funcionarios del DAS que el grupo era financiado por Carranza y que la orden de asesinar a estas personas fue dada por la mera sospecha de pertenecer a la UP. También aseguraron que en la masacre participaron miembros activos de la Fuerza Pública.

A partir de los testimonios entregados por estos paramilitares, se pudo establecer la conexión del grupo con otras 19 investigaciones por conformación de grupos armados ilegales, narcotráfico, secuestros, desapariciones, asesinatos y masacres ocurridas en Puerto López, Puerto Gaitán, Villavicencio, Cumaral y San Martín.

Lo más grave, además de las sindicaciones de financiar a paras, fue que tras la colaboración de los Zamora la justicia pudo encontrar varios de los cuerpos de las personas asesinadas que aparecieron sepultadas en fincas que pertenecían a Carranza y a su hermano Manuel.

Las pesquisas provocaron la detención de varias personas, entre ellas el administrador de las haciendas de Carranza en la región. Sin embargo, según cuenta Giraldo en su libro, el caso dio un giro extraño cuando el Tribunal Superior de Orden Público decidió acumular en un solo proceso todas las 19 investigaciones y meses después, en mayo de 1990, una juez de orden público decidió absolver a todas las personas involucradas, entre ellos Víctor Carranza.

Poco después, las autoridades colombianas descubrieron un campo de entrenamiento militar en una finca que había pertenecido a Carranza en donde estaban enterrados los cuerpos de 40 miembros de la UP.  

Con Rodríguez Gacha, quien había cooptado a las autodefensas de Puerto Boyacá, rompió relaciones después de que ‘El Mexicano’ pretendiera entrar a las minas de esmeraldas para lavar su dinero.

Después de estar involucrado en toda esta escalada de violencia, y tras la muerte de Rodríguez Gacha (en diciembre 1989) y de Pablo Escobar (el 2 de diciembre de 1993), se presentó una tregua no solo con la desmovilización de las Autodefensas de los hermanos Castaño en 1991 sino de los procesos de paz con el M19, el EPL, el PRT y la Corriente de Renovación Socialista del Eln.

Este desmonte parcial de las fuerzas paramilitares, coincide con un período en el que también cesaron las menciones a Carranza como promotor de estos grupos.  

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