‘Pablito’: el fiel de la balanza en el Eln

      

Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, alias ‘Pablito, es el hombre fuerte del Eln en Arauca. Su ingreso al Comando Central de esa organización es una señal de que esa guerrilla estaría unida para una eventual negociación. O para seguir en la guerra.

La guerrilla del Eln realizó su V Congreso en algún lugar de las selvas de Colombia, hasta donde llegaron sus máximos dirigentes militares, sociales y políticos.

Por primera vez en su historia el Eln ha hablado de la posibilidad de dejar las armas. Esta fue una de las noticias que produjo el V Congreso, el evento más importante de esa organización armada, que se realiza cada diez años. Aunque se esperaba un paso más adelante, y se especulaba que podría unirse al cese del fuego unilateral decretado por las Farc o darle inicio formal a las conversaciones con el gobierno nacional, que hasta ahora están en fase exploratoria, ello no ocurrió.

El anuncio se produjo el 7 de enero, cuando se cumplieron 50 años de la toma de Simacota, en Santander, primera acción guerrillera del Eln, y corrió por cuenta de su máximo jefe, Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’.

Rodríguez pronunció la frase dándole rodeos, pues dijo que “tendríamos disposición de considerar si dejamos de usarlas” (las armas), según él, después de verificar si el gobierno nacional tiene una verdadera voluntad de paz. No obstante, la frase es histórica, pues el Eln siempre ha enarbolado la consigna de “ni un paso atrás” y jamás había considerado una estrategia diferente a la armada.

Posiblemente lo más significativo de ese V Congreso fue que Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, alias ‘Pablito, comandante del Frente Domingo Laín, ingresó al Comando Central (Coce), máxima instancia de dirección de ese grupo y con el que este Frente ha mantenido recelos y tensiones en muchos momentos.

El Domingo Laín ha sido desde los años ochenta el grupo más radical y opuesto a las negociaciones; el más ‘rico’ del Eln gracias a la captura extorsiva de rentas petroleras; y el que tiene más fuerte influencia en una región. Ese poder económico le ha permitido mantener relativa autonomía y una sólida presencia militar y política en los departamentos de Arauca, Boyacá y Casanare, a lo largo de la frontera con Venezuela.

A este frente subversivo se le atribuyen gran parte de los atentados que ha sufrido el oleoducto Caño Limón-Coveñas, durante tres décadas. De hecho, en los tres últimos años estos ataques se han intensificado. También ha sido un grupo con fuerte incidencia en el secuestro, la extorsión y actos de terrorismo.

¿Quién es ‘Pablito’?
Giraldo es de origen campesino, miembro de una de las tantas familias que llegaron a colonizar el Sarare y que se engancharon primero con la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (Anuc), y luego con el Eln. Se formó militarmente en la Compañía Simacota, una unidad que intentó crear esta guerrilla y cuya primera acción fue la toma de Puerto Rondón, Arauca, en la que casi fue aniquilada.

En el año 2000, según documentó la Corporación Nuevo Arco Iris, llegó a la comandancia del Frente Domingo Laín y, posteriormente, a la de los frentes de guerra Central y Oriental, tal como se conocen estas estructuras en el organigrama del Eln.

Bajo su mando, el Frente Domingo Laín creció en hombres, armas e influencia. Se estima que tiene bajo su mando por lo menos 500 combatientes y más de 1.500 milicianos. También cuenta con una fuerte influencia en comunidades y organizaciones campesinas. De hecho, mientras el Eln fue diezmado en muchas partes del país, como el oriente de Antioquia, Barrancabermeja o el Sur de Bolívar, por la acción de los paramilitares o de la fuerza pública, en Arauca logró mantenerse a pesar de la llegada de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) y de la aplicación de la política de Seguridad Democrática promovida por el gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010).

Arauca fue zona de rehabilitación, escenario de capturas masivas, como las ocurridas en el estadio de Saravena en el año 2003, y tuvo gracias al Plan Colombia un batallón de helicópteros dedicado solo al cuidado del oleoducto que parte de Caño-Limón, en Arauquita.

El Domingo Laín también logró imponerse en una guerra abierta con las Farc a finales de la década pasada que dejó por lo menos 800 muertos, mucho de ellos civiles. Las desavenencias entre los frentes de las dos guerrillas era otro obstáculo para que este frente entrara a una eventual negociación. Sin embargo, en un video reciente, ‘Pablito’ admitió que dicho enfrentamiento “fue un error, que solo ayudó a fortalecer al Estado. Nuestra reflexión como organizaciones guerrilleras es no volver a caer en este error fratricida”.

Según la Fiscalía, este jefe guerrillero ha influido en el desvío de “grandes cantidades de dinero producto de las regalías” lo que le permite disponer de dinero constante para la guerra. Desmovilizados del Eln que han declarado en su contra también lo comprometen con actividades de narcotráfico, que ha liderado desde el estado Apure, en Venezuela.

Su identidad se hizo pública el 8 de enero de 2008, cuando las autoridades lo capturaron en Bogotá y se reveló que utilizó por varios años el nombre de Carlos Marín Guarín. Sin embargo, tras pesquisas documentales y reconocimientos de exguerrilleros se demostró que realmente era Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía. No duró mucho tiempo en prisión y tampoco alcanzó a ser juzgado, pues se fugó el 7 de octubre de 2009, cuando era conducido por guardias del Inpec hacia el aeropuerto de Arauca. En esa época, los organismos de inteligencia afirmaron que había huido a Venezuela.

Los cambios que se han dado en los últimos años en el país y las perspectivas de paz lo han llevado a buscar protagonismo político, y con frecuencia aparece en pantalla exponiendo sus ideas sobre la guerra y la paz, asunto que es leído por analistas como un gesto de poder, pues ninguno de los otros jefes del grupo subversivo ha hecho lo mismo, salvo su jefe máximo Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’.

¿Qué cambia con su llegada al Coce?
La llegada de ‘Pablito’ al Comando Central del Eln es interpretada por analistas y académicos como una señal de unificación de esa guerrilla, que desde la década del ochenta se enfrentaba a la tensión de tener dos “poderes” en sus entrañas. “La situación llegó a tal punto – advierte un analista que pidió la reserva de la identidad – que las decisiones que se tomaban en el Coce debían consultarse por aparte con el Frente Domingo Laín”.

“‘Pablito’ rechazaba su designación al Coce porque se sentía una rueda suelta”, reitera el analista y pone como ejemplo “su constante acción radical contra la idea de ir a la negociación”. Otro analista, quien también pidió la reserva del nombre, explicó que las diferencias con el mando central desconcertaban también a algunos voceros del gobierno nacional, quienes le preguntaban meses atrás a alias ‘Antonio García’ si él representaba a todo el Eln. “Ahora el mensaje es claro para el gobierno: aquí hay una guerrilla unificada”.

También reflejaría una ruptura en la manera como el Laín concibe el poder armado. Según el profesor e investigador Carlos Medina Gallego, “ese personaje lo que le da al Eln es una mayor cohesión en términos de unidad de mando y una mayor consistencia para la toma de decisiones en el ámbito de un posible proceso de paz”.

Un analista que conoce de cerca a esa guerrilla dice que la incorporación de ‘Pablito’ al Comando Central le suma “una cultura política de profunda desconfianza del Estado”, pero que esas posiciones radicales se van a procesar en el seno de la dirección del grupo. “Ahora será una sola discusión, será más duro y complicado, pero más real también”.

Más allá de la declaración de este grupo subversivo de valorar la petición del gobierno nacional de sentarse a negociar y de advertir que “si en este examen concluimos que no son necesarias las armas, tendríamos la disposición de considerar si dejamos de usarlas”, tal como lo expresó alias ‘Gabino’, el V Congreso logró, al parecer, unificar a los ‘elenos’.

Pero si bien el Eln estaría transitando hacia caminos de solución política negociada y según Israel Ramírez Pineda, alias ‘Pablo Beltrán’, ese es “su plan A” que impulsarán con “alma, vida y sombrero”, también reconoce que tienen un “plan B, que es pensar que no salga y nos preparamos para ambos”. Y para ese segundo plan también es importante la presencia de ‘Pablito’ en la dirección de esa guerrilla.