Fiscales archivaron investigaciones porque víctimas eran gays, delincuentes y locos

      

En un expediente contra Ramón Isaza, VerdadAbierta encontró que varios fiscales del Tolima y Caldas precluyeron investigaciones por asesinatos cometidos por las Auc porque se trataban de enfermos mentales, jíbaros y ladrones.
Ramón Isaza reconoció que estos crímenes fueron cometidos por sus hombres.

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Fiscales de Fresno y Honda, en el Tolima, y La Dorada, Caldas, presuntamente cerraron investigaciones en contra de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (Acmm) que asesinaron civiles y cuyos crímenes fueron catalogados como “limpieza social”.

Lo inaudito del asunto es que estos asesinatos habían quedado en la impunidad de no ser porque el jefe paramilitar Ramón Isaza, los reconoció y la Unidad de Justicia y Paz encontró que muchos de ellos habían sido archivados por los fiscales seccionales, aun cuando en la región se sabía que habían sido cometidos por las Autodefensas.

Los casos fueron investigados por las Fiscalías Seccionales 35 y 36 de Fresno; 32, 38 y 48 de Honda; 1, 2 y 3 de La Dorada, las cuales asumieron numerosas investigaciones de crímenes cometidos por hombres de las Acmm entre los años 2000 y 2005, sin que se responsabilizara a las Auc de estos crímenes.

En estos casos, los fiscales nunca vincularon a los paramilitares de una serie de asesinatos en varios municipios del Tolima cuyas víctimas fueron personas con antecedentes penales, jíbaros y enfermos mentales.

Los detalles de estos crímenes están contenidos en una formulación de cargos conocida por Verdad Abierta, que fue presentada el pasado el pasado 31 de julio por una Fiscalía de Justicia y Paz ante el Tribunal de Bogotá contra Ramón Isaza, cabecilla de las Acmm que actuó en las regiones ribereñas del río Magdalena ubicadas en los departamentos de Tolima, Cundinamarca, Boyacá y Antioquia, así como en Caldas.

Los casos
Uno de los casos reseñados en el expediente tiene que ver con el asesinato de Álvaro Rojas, ocurrido el 8 de junio de 2000 en la vía que de Mariquita conduce a Fresno, en el Tolima, a 300 metros del puente sobre el río Gualí, donde fue encontrado su cuerpo con tres balazos.

La Fiscalía 48 Seccional de Honda, inició la investigación del homicidio que concluyó el febrero de 8 de 2001, con una suspensión. El fiscal del caso atribuyó la muerte de Rojas como consecuencia de su adicción al bazuco, por lo que había estado preso en Mariquita. El funcionario argumentó además que su muerte estaba conectada con el hallazgo de cuatro papeletas de droga, encontrados a la víctima en el momento del levantamiento de su cadáver.

La misma familia admitió que la muerte de Rojas tuvo que ver con su drogadicción y le atribuyeron el crimen a las autodefensas que operaban en la zona en la mal llamada “limpieza social”. Sin embargo, el fiscal nunca vinculó al crimen a ningún miembro de las Acmm.

Otro caso que acabó en suspensión fue el del asesinato de John Jairo Gordillo Camargo, cometido el 15 de septiembre de 2000 en Mariquita, Tolima. De acuerdo con relatos de ese año, Gordillo Camargo se encontraba en la plaza de mercado de la localidad cuando un desconocido se le acercó y lo asesinó a balazos.

El hecho fue conocido también por la Fiscalía 48 que, tras investigaciones preliminares terminó suspendiendo la investigación. En el expediente explica que el asesinato fue como consecuencia de comportamientos antisociales de la víctima, reconocido en la comunidad como homosexual, consumidor de drogas y jíbaro, actividades en las que involucraba a menores de edad, según se lee en el expediente.

En sesión de versión libre del 5 de febrero de 2009, el paramilitar Camilo de Jesús Zuluaga Zuluaga, alias ‘Napo’, admitió que él era jefe de la zona de Mariquita, Tolima, para la fecha de los asesinatos y reconoció, además, que fue el autor material de este homicidio, sin embargo, nunca fue vinculado o investigado con este crimen.

Otros asesinatos
En el expediente también se relata otro caso que también quedó en la impunidad. El 19 de mayo de 2002, un reconocido vendedor de drogas de La Dorada, Otoniel Bolaños, alias ‘Matasiete’, se encontraba tomando con varias mujeres, cuando fue sorprendido y abordado por dos hombres en una moto, que lo balearon y asesinaron.

La Fiscalía Tercera Seccional de La Dorada inició también una investigación por este asesinato que luego fue trasladada a la Fiscalía Primera Seccional de Manizales, que culminó el caso el 21 de enero de 2003 con resolución inhibitoria porque no llegó a estableces quiénes fueron los autores del crimen.

La muerte también fue explicada como consecuencia de su drogadicción y a que era ladrón en la zona; hechos que fueron justificados en informes de policía judicial según los cuales en contra de la víctima se adelantaron varias investigaciones por robo.

No obstante la preclusión de la Fiscalía, varios testigos habían señalado en el proceso que los responsables de su asesinato “se la pasan por todo el pueblo”.

Otro caso ocurrió el 27 de abril de 2003, también en la Dorada, cuando fue hallado asesinado a puñaladas John Jairo Castaño Ramírez. La misma fiscalía de La Dorada inició investigación que culminó en mayo 16 de 2003 con preclusión a favor del único vinculado, un hombre quien al parecer no tenía ninguna relación con las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio.

El expediente reseña que el asesinato de Castaño Ramírez se debió a sus problemas mentales que lo hacían deambular sin rumbo por las calles de La Dorada. Tras su crimen se escuchó en la zona que “al loquito”, como se referían a él en el pueblo, lo habían asesinadolos paramilitares dentro de la mal llamada “limpieza social”.

Otro caso más es el asesinato del John Jairo Rojas Prieto, poblador de la vereda Las Marías, municipio de Fresno, ocurrido el 7 de octubre de 2004 en la finca El Recuerdo.

Hasta ese predio llegaron dos paramilitares de las Acmm, entre ellos Oscar Iván Ramírez Salazar, alias ‘Cacerolo’, en busca de Rojas Prieto, a quien sindicaban de ser el responsable de varios robos en esa vereda. Uno de los paramilitares le propinó un disparo en la cabeza que le ocasionó la muerte.

La investigación del asesinato de Rojas fue asumida por la Fiscalía 36 Seccional de Fresno que justificó su asesinato porque “la víctima era reconocido en su comunidad como dedicado al hurto”.

La indagación terminó el 12 de abril de 2005 por vencimiento de términos, pues al parecer no se pudo hallar “prueba determinante de autoría y responsabilidad que conllevara la vinculación procesal de autores o partícipes.”

Otro asesinato que quedó en la impunidad fue el de Nelson Navarro Grajales, ocurrido en la madrugada del 29 de abril de 2005 en el bar El tapete Rojo, de Mariquita.

Navarro Grajales se encontraba con unos amigos bebiendo en una taberna, cuando salió del lugar a comprar un cigarrillo. Momentos después, intentó regresar rápidamente al local, pues dos sicarios lo balearon y huyeron del lugar en una motocicleta.

El 23 de diciembre de 2005, la investigación de la Fiscalía 48 también culminó con resolución inhibitoria por vencimiento de términos ya que no pudo determinar quiénes fueron los autores del crimen. Como en todas las anteriores, el expediente explica la muerte de Navarro Grajales como consecuencia de su presunta dedicación a actividades delictivas que disfrazaba como comerciante.

Para la Fiscalía Delegada de Justicia y Paz, estos asesinatos fueron cometidos por las Autodefensas de Isaza dentro del conflicto armado y sus víctimas eran personas protegidas por las normativas del derecho internacional humanitario, lo que contradice la actitud asumida los fiscales que no investigaron a fondo y favorecieron de alguna manera a miembros de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio.

Hay que revisar los procesos
El Director de Fiscalías en Caldas, Ricardo Rivera, dijo sobre los señalamientos a los fiscales de La Dorada, que se deben revisar los procesos con nombres propios de las víctimas para saber si los funcionarios favorecieron a los supuestos responsables.

“Esto puede pasar, pero hasta el momento no me he enterado de que haya sucedido en La Dorada. No hemos tenido denuncias de este tipo. Habría que mirar caso por caso, para saber a dónde fueron a parar las investigaciones”, dijo Rivera. 

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