Habla ‘Jorge 40’ (Semana)

      
El último jefe de las autodefensas se desmoviliza y al mismo tiempo advierte que el paramilitarismo no se acabará.

En cinco departamentos de la Costa Caribe sólo mencionar su nombre genera temor. No es para menos. En sus 12 años como paramilitar, Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, ha acumulado un extenso prontuario de crímenes. Sus problemas judiciales incluyen investigaciones sobre el robo de recursos de la salud y secuestros. Ha sido vinculado a algunas de las peores masacres de la historia reciente del país. La última de estas se conoció el viernes pasado, cuando la Fiscalía General de la Nación acusó a su bloque de autodefensas de ser el responsable de la tortura y el asesinato de 21 personas en Aracataca, Magdalena, y la zona bananera, entre 2002 y 2004.

También está en la mira del gobierno de Estados Unidos que lo solicita en extradición por exportar cientos de toneladas de cocaína. Hasta allí su historia no difiere mucho de la de cualquier otro jefe paramilitar. ‘Jorge 40’, sin embargo, es mucho más. Es señalado de ser el barón electoral de Cesar y Magdalena y el hombre que decide con quién y dónde se puede hacer política, aunque él no lo reconoce.

La dimensión de su poder político quedó al descubierto a mediados de enero de este año, cuando seis congresistas de Magdalena fueron expulsados de los partidos de La ‘U’ y ‘Cambio Radical’ por reunirse con él. En ese encuentro, presuntamente se decidía sobre la estrategia electoral para los comicios del próximo domingo 12 de marzo. Esa denuncia lo dejó en evidencia ante todo el país, puso sobre la mesa el tema de la paramilitarización de las elecciones y desató una tormenta política que lo obligó a dejar las armas antes de lo planeado.

El jueves 9 de marzo ‘Jorge 40’ se desmovilizará con 4.000 de sus hombres en el corregimiento La Mesa, a media hora de Valledupar. Con este acto, el jefe paramilitar, el último de los grandes cabecillas de la autodefensas, se acogerá a la Ley de Justicia y Paz. SEMANA viajó a la Sierra Nevada de Santa Marta para hablar con este hombre, cuya influencia y omnipresencia sobre el acontecer de la Costa Caribe es innegable.

SEMANA: ¿Por qué se ha demorado tanto la desmovilización del Bloque Norte?

JORGE 40: No ha habido demora. Cuando estábamos en Ralito, el estado mayor determinó que la última desmovilización dentro del cronograma pactado era la del Bloque Norte. Ha llegado el momento.

SEMANA: Pero inicialmente el Bloque Norte debía desmovilizarse en diciembre, luego dijeron que máximo el 15 de febrero y ahora va a ser el 9 de marzo. El gobierno insistió en otras fechas y finalmente se va a hacer la desmovilización cuando ustedes quisieron.La sensación es que ustedes impusieron sus condiciones.

JORGE 40: El único pulso que ha habido con el gobierno es que el Bloque Norte quiere entregar con responsabilidad las regiones que liberó. Si el Bloque hubiera querido imponer condiciones o consideráramos que no era el tiempo de desmovilizarnos, simplemente nos habriamos tirado al monte. No hemos podido comenzar la concentración de todos nuestros hombres precisamente porque no ha llegado la institucionalidad a todos los corredores estratégicos.

SEMANA: Pero, ¿por qué entonces decidió desmovilizarse si, como ustedes lo dicen, el Estado no ha podido garantizar la seguridad de las regiones que han dejado los paramilitares? ¿No es contradictoria esa posición?

JORGE 40: No. En mis inventarios de guerra tengo claro que al Bloque Norte le faltaban dos años para entregarle a la región Caribe el territorio liberado de subversión. Pero es claro que los tiempos de la guerra terminaron. Esperamos que las instituciones cumplan ahora. Pero hay preocupación. Mire lo que pasó el jueves (2 de marzo). A sólo ocho días de desmovilizarnos hubo ataques de guerrilla en La Guajira y Cesar. Esos ataques, en medio de nuestra desmovilización, muestran quién ha sido su barrera de contención. Nuestro desarme plantea un desbalance militar que difícilmente solucionará el gobierno no por falta de hombres, sino de un mayor compromiso.

SEMANA: ¿Usted cree que no hay compromiso del gobierno y que no tiene cómo garantizar la seguridad en las regiones en donde actuaban los paramilitares?

JORGE 40: Hay compromiso en la paz. De lo que no estoy seguro es del grado de compromiso, entendido como capacidad para derrotar a la guerrilla. El señor Presidente puede pasar a la historia como un gran pacificador, pero también es posible que en poco tiempo se le esté cobrando el deterioro total de la situación de orden público.

SEMANA: Usted habla de compromisos de paz, pero la semana pasada la Fiscalía encontró varias fosas comunes en donde había 21 cuerpos torturados y acribillados por varios de sus comandantes del Bloque Norte. ¿Qué tiene que decir frente a esa masacre?

JORGE 40: Nadie tiene cómo afirmar que esto sea obra del Bloque Norte. Sería bueno que la Fiscalía estableciera por medios forenses la cronología de las muertes, porque estamos en esa zona desde febrero de 2002, y para verificarlo está el comunicado que firmamos con Hernán Giraldo cuando entramos a esa zona, pero allí ha delinquido la guerrilla desde hace 20 años y siguen cometiendo este y todo tipo de crímenes.

SEMANA: La misión de la OEA para el proceso de paz con las AUC dijo la semana pasada que varios bloques paramilitares han hecho ‘conejo’ al proceso porque no desmovilizaron a todos sus hombres y en cambio dejaron instaladas estructuras paralelas que continúan manejando el negocio del narcotráfico, extorsiones y dedicados a otros delitos. ¿Qué opina?

JORGE 40: El doctor Caramagna a estas alturas conoce demasiado bien los pormenores del conflicto para dar una visión tan simplista y generalizada. Sería bueno que señalara qué responsabilidad le cabe al gobierno en su rearme. Porque lo que yo pienso es que la improvisación y la mala atención a los desmovilizados ha causado que algunos vuelvan a las armas.

SEMANA: Algunos comandantes que ya se han desmovilizado han dicho que las desmovilizaciones no están funcionando y que el proceso va a terminar muy mal. Muchos reinsertados han vuelto a tomar las armas, otros han conformado nuevos grupos de ‘paras’, algunos han creado grupos de delincuentes muy bien armados y otros más han terminado haciendo parte de los ejércitos privados de narcos.

JORGE 40: Cuando a uno se le acaban los tiempos de la guerra, también se acaban las posiciones políticas para perpetuarse en ella. Creo que las cosas se están haciendo demasiado a la carrera y eso va a venir en detrimento de las regiones. En algunas zonas, el Estado no ha ocupado los territorios y la violencia ya ha regresado. Espero que antes de mi desmovilización queden aseguradas mis posiciones. Si no, el único responsable de que en estas zonas vuelvan a surgir fenómenos armados, será el gobierno, en cabeza del señor Presidente.

SEMANA: ¿Qué tan grave ve el problema de la desmovilización?

JORGE 40: Aquí no se están dando las cosas como debe ser. Primero, no se está preparando a los hombres para retornar a la sociedad, no tienen el tiempo para cambiar su visión del poder del arma a la visión del poder de la palabra. Por ejemplo, nosotros estamos a menos días de desmovilizarnos y todavía no ha empezado un proceso de sensibilización. No ha llegado ningún sicólogo, ninguna trabajadora social, y vamos a sacar a la sociedad gente que sólo va a tener tres días para adaptarse. Tampoco hay alternativas laborales y en esa medida le vamos a entregar a la sociedad un mal mayor. Si fueron capaces de hacer la guerra durante años, es claro que estos hombres llegarán muy rápido a la delincuencia, si no se les dan alternativas. Van a quedar a disposición del mejor postor y vendrán a contratarlos desde narcotraficantes hasta bandas delincuenciales organizadas que necesiten hombres con experiencia en la guerra.

SEMANA: ¿Esa dilación en su desmovilización no tiene que ver más bien con el interés del Bloque Norte de influir, como ha venido haciéndolo, directamente sobre las elecciones, por medio de presiones?

JORGE 40: Mire, no tenemos poder sobre la Registraduría ni sobre las arcas departamentales. No somos dueños de las mochilas que llegan cargadas del dinero de la contratación estatal, en épocas de elecciones. Entonces, ¿cómo podríamos influir a un electorado carente de todo? ¿Sobre todo ahora que estamos en plan de desarmarnos?

SEMANA: Pero tienen el poder de los fusiles, las balas y la intimidación, para influir sobre las elecciones.

JORGE 40: Nosotros no hemos demorado la desmovilización por interés en el tema electoral. Eso sólo hace parte de la campaña nefasta en que han caído los opositores del gobierno y del proceso de paz, que son los mismos. Me parece que eso es una irresponsabilidad política que busca llevarse por delante el proceso de paz. Muchos de los políticos que hoy hacen esas afirmaciones lo hacen porque han perdido a su electorado por su propia irresponsabilidad y por haber engañado al pueblo

SEMANA: ¿Usted niega que haya influencia y presiones suyas y de varios de sus comandantes en el tema electoral?

JORGE 40: No nos pueden decir ahora que no podemos ser amigos de los pobladores que defendimos. Tienen que entender que se ha creado una amistad con las comunidades y en esa amistad compartimos con algunos amigos pensamientos e ideas políticas, pero de ahí a presionar, nunca.

SEMANA: Hay denuncias muy concretas de que usted y sus paramilitares han impedido el libre ejercicio de la actividad política en muchos municipios y departamentos.

JORGE 40: Jamás he vetado a nadie. Tampoco nadie en esta región puede decir que con un arma en la frente se la ha obligado a votar por uno o por otro. Lo que sí he hecho cuando hablo con las comunidades, con los amigos y con las poblaciones liberadas, es que les digo que se fijen muy bien por quién van a votar para no elegir gente con investigaciones, pues aquella persona que tenga problemas legales debe definir su situación judicial, para que el pueblo vote sólo por quienes con seguridad tengan las manos limpias.

SEMANA: Pero usted, que es una persona que está al margen de le ley, ha cometido crímenes y tiene todo tipo de problemas con la justicia, ¿con qué autoridad puede decirle a la gente, fulano o zutano tiene estos problemas? ¿Eso no es cínico y no es una forma de influir en política?

JORGE 40: Las comunidades conocen mi lucha, saben que he sido un guerrero de la causa de la paz. Sólo he hecho lo que haría cualquier comandante de un teatro de operaciones. Eso he sido aunque mi conducta pueda encajar en algunos tipos penales. Por otra parte, en estas comunidades todo el mundo sabe quién tiene algún tipo de cuestionamiento. Aquí el único que favorece o censura es el pueblo.

SEMANA: Pero su influencia en política está comprobada. A finales del año pasado, usted citó a varios alcaldes y políticos a una cumbre en Curumaní, Cesar, para darles instrucciones políticas.

JORGE 40: Jamás he hecho una cumbre política en Curumaní. Lo que hice fue salir a socializar con la gente sobre lo que representa este proceso de paz. En una de esas reuniones, algunos líderes me preguntaron si se respetarían los espacios políticos. Eran preguntas normales, pues algunos dirigentes no tenían claro cuál sería el accionar de las autodefensas en el escenario político actual. La respuesta que se les dio es que todos tenían garantías para desarrollar su actividad política en la región. A mí me causa risa ver cómo algunos del Partido Liberal y el Polo Democrático usan esos argumentos para mostrarse como víctimas y tratar de acceder al voto de la gente.

SEMANA: Pero para nadie es un secreto que en Cesar, Magdalena y otros departamentos de influencia del Bloque Norte no se mueven las cosas sin que usted lo autorice o, por lo menos, esté enterado. Por eso resulta ingenuo pensar que en plena época de elecciones usted niegue que da órdenes y ayuda a candidatos.

JORGE 40: Ojalá tuviera una varita mágica para que no se moviera nada sin mi consentimiento.

SEMANA: Pero usted se ha apoderado de los recursos que ha podido. Usted está involucrado en varios procesos por el robo de dinero de las ARS y está señalado de saquear los recursos de las minas de Cesar, entre otros robos a los recursos públicos.

JORGE 40: Es bueno que estén enterados de la realidad: ¿Usted no sabe que buena parte de los recursos de esas minas sale para los frentes guerrilleros? Hay mucha desinformación. En algunos territorios del Bloque Norte todavía extorsiona la guerrilla.

SEMANA: Pero no puede negar que ustedes se robaron el dinero de la salud de los más pobres en las ARS

JORGE 40: Yo mismo he preguntado dónde están las respuestas a ese escándalo. He preguntado varias veces en dónde están los congresistas responsables de esos robos, dónde están los gobernantes que estaban detrás de eso y los dueños de las ARS. Les queda más fácil culparnos a nosotros.

SEMANA: Entonces, para usted, ¿quiénes son los verdaderos ladrones? ¿Por qué no lo dice?

JORGE 40: En cada una de las regiones saben quiénes son. Lo que pasó es que hay procesos que se negociaron por conveniencia y se buscó tapar la realidad buscando culpables en otros lados, para encubrir. Detrás de cada ARS están los amigos de los gobiernos de turno y contra ellos nadie ha actuado.

SEMANA: El proceso de paz está lleno de contradicciones. Las cifras de combatientes y armas no coinciden y más bien parece que se han ido arreglando por el camino. Cuando el proceso comenzó, las AUC y el gobierno afirmaron que eran 15.000 paramilitares. Ahora resulta que pasan de los 25.000. ¿Por qué esas diferencias?

JORGE 40: El Estado nunca tuvo la eficacia en inteligencia para saber cuántos éramos. También se desconoce mucho de cómo operamos. La mayoría de la fuerza está compuesta por nuestras milicias. Por eso usted ve en las desmovilizaciones hombres sin armas. Las milicias no portan armas, aportan inteligencia. Por eso la relación de armas no le cuadra a la gente. Yo calculo que la relación de armas debe ser de un fusil por cada cinco hombres. Los hombres trabajan ocho horas, las armas trabajan 24, nunca descansan. Como los aviones de línea, que tienen varios pilotos para diferentes turnos.

SEMANA: ¿Cuántos hombres y armas entregará el jueves 9 de marzo?

JORGE 40: Entregaremos 4.000 hombres. Estamos terminado el inventario de armas, pero no esperen que entreguemos 4.000 fusiles porque hemos realizado la misma guerra irregular de los otros bloques.

SEMANA: Pero cuando comenzó el proceso el Bloque Norte tenía supuestamente máximo 2.000 hombres. ¿Nuevamente alguien miente o le están metiendo otro gol al gobierno al inflar las cifras?

JORGE 40: El gobierno hizo inventarios sobre quiénes portaban armas, pero nunca sobre quiénes nos apoyaban desarmados. Pero si el país está sorprendido por eso, no quiero ni imaginarme la dimensión de la sorpresa, si supiera que una gran cantidad de milicia de las autodefensas no quiso desmovilizarse porque la Ley de Justicia y Paz no invita a una desmovilización que permita saber qué tan grandes son realmente las AUC.

SEMANA: ¿Cuánta gente no quiso desmovilizarse?

JORGE 40: La Ley de Justicia y Paz está buscando unos culpables. La cifra de participantes en el engranaje de la organización es difícilmente calculable, pero puede estar muy por encima de duplicar la cifra de los que se han desmovilizado. Algunos estamos dispuestos a lo que sea para demostrar nuestra voluntad de paz, pero otros no están dispuestos a ir más allá por haberse defendido. Colombia olvida que aquí nos estaban aniquilando.

SEMANA: Ya cuando el proceso de paz y desmovilización va tan avanzado, ¿cuál es la sensación de los comandantes que se han desmovilizado?

JORGE 40: La comandancia en general está preocupada porque no tienen claro el futuro del proceso. Algunos estamos dispuestos a dar la cara y apostarle a la paz irretractablemente, pero hay comandantes que estarían dispuestos a volver a las armas.

SEMANA: ¿Usted está entre esos que volverían al monte?

JORGE 40: No. Yo siempre he dicho que el día que suelte el fusil, lo dejo para siempre.

SEMANA: El Bloque Norte es el último de las grandes facciones paramilitares que quedan por desmovilizarse. ¿Cree que con su desmovilización se acabará, de alguna manera, con los paramilitares en Colombia?

JORGE 40: Si el gobierno no cumple, es claro que surgirán nuevos grupos armados como respuesta a la indiferencia y el olvido del Estado.

SEMANA: Pero eso suena como a una amenaza velada…

JORGE 40: Es que la amenaza existe. Pero no de parte mía o de la autodefensa actual. Esas nuevas manifestaciones armadas no tendrían ideología, norte o causa común.

SEMANA: Pero, una vez se desmovilice, ¿quiere hacer política?

JORGE 40: Yo veo la política como el esfuerzo común para la construcción de objetivos concertados en beneficio de las comunidades. Desde ese punto de vista, sí tengo aspiraciones políticas

SEMANA: Hace varios meses, Vicente Castaño dijo en una entrevista con SEMANA que aspiraban a aumentar el 35 por ciento de amigos que tenían en el Congreso. ¿Cree que van a aumentar ese porcentaje en las próximas elecciones?

JORGE 40: Esa fue una interpretación negativa de un pronunciamiento de Salvatore Mancuso y después de Vicente Castaño. Lo que Salvatore dijo fue que él consideraba que la conformación del Congreso había sido electa en un 35 por ciento, en regiones en donde habían operado las autodefensas. Posteriormente, Vicente dijo que en la medida en que se recuperaron más territorios, existirían más congresistas oriundos de, o elegidos en regiones que fueron liberadas por nosotros. De ahí a que los congresistas sean subalternos de las autodefensas hay una distancia. Ellos son amigos de las poblaciones que liberamos y esas poblaciones son amigas nuestras.

SEMANA: ¿Cuál fue su relación con Enilce López, ‘La Gata’?

JORGE 40: La vi en un par de oportunidades en algunos eventos sociales y empresariales en una época en la que me podía mover con relativa libertad. No socialicé con ella. Ojalá la justicia esclarezca todo sobre ella y su entorno, ahora que tiene la oportunidad.

SEMANA: El año pasado, un estudio de la Vicepresidencia de la República señalaba que usted habíaaplicado en Atlántico, concretamente en Barranquilla, la macabra táctica de apoderarse de la región por medio de oficinas de cobro, asesinatos selectivos, extorsiones, etc., para quedarse con el control de la ciudad y de paso conseguir el control político. ¿Eso mismo hizo en otros departamentos?

JORGE 40: La meta del Bloque Norteha sido erradicar o vencer al enemigo. Llegamos al Atlántico con la misma finalidad que a las otras regiones: liberar a la sociedad de la extorsión, el secuestro, el boleteo y la zozobra. Ese ha sido el enemigo.

SEMANA: ¿Aplicando esa estrategia usted logró consolidar un poder político en las elecciones pasadas en varias regiones como Magdalena?

JORGE 40: En 2001 las AUC lanzaron un movimiento llamado Clamor Campesino que no era otra cosa que un movimiento político militar en contra de los corruptos. Esa guerra no arrancó porque nos dimos cuenta de que nos enfrentaríamos a la más poderosa maquinaria, la de los políticos corruptos, y esa era una guerra que íbamos a perder desde el comienzo. El Estado y sus instituciones siempre han dejado pasar de agache los delincuentes de cuello blanco mientras busca culpables en cualquier otro lado. Yo hubiera querido avanzar en esa guerra, pero no pude.

SEMANA: ¿Cómo explica que en muchas de las zonas de influencia del Bloque Norte se presentaran candidatos únicos a gobernaciones y alcaldías? ¿Esa no es una muestra de su influencia política?

JORGE 40: Yo no debo responder eso. Esa pregunta debe hacérsela a los políticos locales. Yo lo que veo ahí es que sé que algunos políticos dejaron de lado diferencias de todo tipo para encontrar puntos en común. La irresponsabilidad con la que los políticos manejan las épocas electorales es mucho más peligrosa que las mismas guerras militares.

SEMANA: Casos como el de reconocidos narcotraficantes camuflados como paramilitares hacen inevitable afirmar que el proceso está sirviendo como una gran operación de lavado en la que muchos comandantes no pagan por sus delitos y además van a legalizar fortunas ilegales y tierras robadas

JORGE 40: El proceso sirve para sacar a Colombia del conflicto. Los grandes capitales del narcotráfico están lavados hace años y habitan en la banca, la industria y el comercio, en Bogotá y en las mayores ciudades colombianas.

SEMANA: ¿Pero es claro que el proceso de paz se convirtió en una estrategia que les ha permitido a muchos comandantes, incluido usted, salvarse de la extradición?

JORGE 40: Quiero pensar que no ha sido así. Quiero pensar que muchos de mis ex compañeros tenían una voluntad real de paz. Sería un gran error desmovilizarse pensando sólo en el tema de la extradición, porque sobre esto no hay claridad. Pero se debe hacer claridad, porque la extradición es el mayor lunar que tiene todo este proceso de paz.

SEMANA: ¿Usted le teme a ser extraditado?

JORGE 40: Claro que me preocupa la extradición. Pero, en mi caso, considero que las razones de mi solicitud son eminentemente políticas y no penales, porque estoy seguro de que nunca he traficado con narcóticos. Con mi desmovilización se van agotando las causas políticas para perseguirme, la amenaza de la extradición es un arma que no va a ser necesario seguir usando en mi contra.

SEMANA: Pero hay pruebas de envíos de cargamentos completos de droga en los que usted ha estado involucrado…

JORGE 40: La prensa nunca investiga sino que se basa en rumores. Yo nunca he sido dueño de ningún cargamento y nadie puede decir que ha hecho un embarque con ‘Jorge 40’. Lo que se está haciendo en el caso del narcotráfico es lo mismo que con la corrupción y es tender cortinas de humo para ocultar a los verdaderos responsables de los hechos. Ahora resulta que ya no hay narcotraficantes y que todo es culpa de las autodefensas y de la guerrilla. Puedo decirlo con la frente en alto: ¡yo no soy narcotraficante!

SEMANA: ¿Y entonces, según usted, quiénes son los verdaderos responsables, porque por su respuesta se deduce que sabe quiénes son los narcotraficantes?

JORGE 40: Para decir la verdad, yo nunca he compartido con estas personas.

SEMANA: Pero parte de los recursos con los que se financia el Bloque Norte provienen, del narcotráfico. ¿Cómo es posibleque usted no esté enterado de dónde sale ese dinero?
JORGE 40: Mi situación jerárquica me obligaba a estar al frente de mis hombres en el campo de batalla. Estuve tan inmerso en la guerra, que no socializaba con mis colegas. Además, cada cual operaba en zonas y condiciones distintas. No puedo hablar sino de lo que conocí.

SEMANA: ¿Usted está desconociendo que el Bloque Norte ha estado involucrado en la cadena del narcotráfico?

JORGE 40: No. La guerra se nutre de las finanzas que hay en las regiones y el Bloque Norte no ha sido la excepción. En el año 2002, por primera vez tuve mando directo sobre una zona donde encontré una economía ilegal. Mi primera acción fue enviarle una carta pública a la entonces embajadora de Estados Unidos, Anne Paterson, pidiéndole que me ayudara a acabar con esa economía ilícita porque sin ellos sería imposible acabar con el narcotráfico. En un país como Colombia, en donde toda la economía está narcotizada, era imposible pretender que los actores armados no cayéramos en esa narcotización. Mientras no se acabe con el problema del narcotráfico, no podemos hablar seriamente de buscar la paz porque ese será el detonante para esta y otras guerras.

SEMANA: ¿Cree en la Comisión de Reparación?

JORGE 40: Claro. Lo que no sé es cómo se va a reparar porque el dolor de quienes hemos estado en esta guerra es irreparable. Sin embargo, las AUC hemos trabajado en otro tipo de reparación: Hemos hecho hospitales, carreteras, escuelas, etc., que han permitido restaurar el tejido social y se han convertido en una forma de reparación colectiva.

SEMANA: Pero es claro que las principales víctimas no son ustedes, sino los campesinos, desplazados, etc. y por eso la reparación incluye devolver a las víctimas las tierras y bienes que las AUC se han robado durante años. ¿Está dispuesto a eso?

JORGE 40: Estamos dispuestos a todo por la reconciliación. Lo que haya sido adquirido ilícitamente tendrá que ser devuelto a los afectados. Yo no diría que han sido robadas, más bien ocupadas por razones de guerra. Le vamos a pedir al gobierno que en ellas implemente procesos productivos. La cifra exacta la daremos a conocer en su momento.

SEMANA: ¿Qué delitos va a confesar ante la justicia?

JORGE 40: Todos aquellos sobre los que tenga responsabilidad.

SEMANA: ¿Está dispuesto a pagar su condena en una cárcel?

JORGE 40: Si eso garantiza que Colombia y estos territorios se conviertan en escenarios de paz, estaré dispuesto a acatar unas condiciones en donde yo me aísle por un tiempo de las comunidades que defendí.

SEMANA: ¿Cómo ve a las Farc?

JORGE 40: Fuertes. Su aparato destructivo está intacto. Incluso ahora las veo más fuertes que en el pasado, con 25.000 enemigos menos.

SEMANA: ¿Qué pasó con Carlos Castaño?

JORGE 40: Carlos Castaño descansa en paz, esté donde esté.

SEMANA: ¿Y ‘Cadena’ también está vivo?

JORGE 40: Anda nuevamente por la región donde desarrolló su actividad militar.

SEMANA: ¿Qué va a hacer cuando se desmovilice?

JORGE 40: Ponerme al frente del proceso de reconciliación. Quisiera que se me permitiera seguir trabajando en ese tema para construir entornos pacíficos. Formar parte de un movimiento social que permita el desarrollo de la región Caribe.

Publicado en SEMANA, Fecha: 03/06/2007 – Edición 1244