Bandas criminales recrudecen violencia en Buenaventura

      
La Diócesis de esa ciudad pidió la intervención nacional e internacional por los continuos asesinatos, desapariciones y desplazamientos forzados en ese puerto del Pacífico.


La violencia se ha vuelto a enquistar en el puerto de Buenaventura, Valle del Cauca. Imagen: archivo Semana.
      

El pasado mes de octubre fue una pesadilla para los habitantes de Buenaventura, ciudad que tiene el puerto más grande e importante del Pacífico colombiano. Una guerra por control territorial y negocios ilícitos entre Los Urabeños y una banda local conocida como La Empresa, ha llenado de muerte y terror las calles.

Durante el mes pasado se cometieron 40 asesinatos y se dieron por lo menos 35 balaceras. También se repitieron escenas crueles, que se creían olvidadas tras el fin la guerra entre los grupos paramilitares y las guerrillas: tres personas fueron asesinadas y descuartizadas.

Por si fuera poco, según registros de la Personería local, en octubre se registraron 75 desapariciones forzadas, y más de 1.500 personas huyeron de sus viviendas presas del miedo de caer en medio de los enfrentamientos armados o de ser víctimas de ataques arbitrarios.

Para la Comisión de Vida, Justicia, Solidaridad y Paz de la Diócesis de Buenaventura no es claro por qué “las autoridades locales hicieron caso omiso a las recomendaciones” de la Defensoría del Pueblo, que advirtió “con suficiente tiempo y anticipación el riesgo que suponía en el Distrito de Buenaventura la presencia de los grupos autodenominados La Empresa y Los Urabeños”.

Por esa razón, la Diócesis hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional y a diferentes entidades estatales, para que “le brinden medidas de protección y garantía de sus derechos a las comunidades y el territorio”.

Un artículo de la revista Semana da cuenta que esta nueva disputaque se vive en el puerto de Buenaventura entre La Empresa, una banda de 150 integrantes al servicio de Los Rastrojos, y Los Urabeños, una banda criminal que se conformó por varios desmovilizados de las Auc, es consecuencia de la entrega los jefes de Los Rastrojos a las autoridades y a su consecuente disputa por el poder.

Tras la entrega de Los Rastrojos, “algunos integrantes de La Empresa se pasaron al bando de Los Urabeños, que en la zona es liderado por alias ‘Pony’. Ese movimiento en el bajo mundo criminal fue lo que sacudió el tablero y desde entonces se desató una guerra, no solo por el control territorial de los barrios para el manejo de extorsiones y el narcomenudeo, sino el de las rutas para exportar la coca hacia Centroamérica”, indica.