Rastrojos, azules, verdes, pijao y conquistadores…

      

 
 

“Es necesario señalar que en el departamento del Tolima el Gobierno departamental y las autoridades locales no reconocen la aparición de nuevas estructuras armadas ilegales derivadas del proceso de desmovilización de las AUC, ni la presencia de Bandas Criminales (Bacrim)”. La anterior consideración la hace la Defensoría del Pueblo en el ‘Informe especial de riesgo electoral 2011’. Sin embargo, tanto esta como otras entidades desvirtúan esa versión oficial.

Según el informe de la Defensoría, el Sistema de Alertas Tempranas ha monitoreado en el norte de Tolima la presencia de individuos armados que se identifican como integrantes de ‘Los Rastrojos’. Estas personas intentan controlar el microtráfico de droga, los préstamos gota a gota, los servicios de seguridad privada y, recientemente, la minería ilegal en Fresno, Mariquita, Falan y Ataco.
El diagnóstico de la Defensoría no es nuevo. Según explica la Corporación Nuevo Arco Iris en un informe reciente,  desde 2006 hasta la fecha las denominadas bandas emergentes, bandas criminales o neoparamilitares, han fortalecido su presencia y control territorial en más de la mitad del país. Y si bien en un principio había dificultades para reconocerlas, hoy pueden identificarse cuatro grupos principales: el Ejército Revolucionario Popular Anticomunista (ERPAC), ‘Los Urabeños, ‘los Paisas y ‘Los Rastrojos’.

‘Los Rastrojos’ no están solos en Tolima. En un informe de febrero 2007, la misión de la OEA en Colombia se refirió a “situaciones de rearme verificadas” en varios departamentos del país: “después de la desmovilización del bloque Tolima, surgió una estructura que se hace llamar ‘Bloque Pijao’ compuesta por desmovilizados y paramilitares no desmovilizados. Operan en grupos pequeños de no más de 10 personas, realizan extorsiones, portan armas cortas, y se les sindica de llevar a cabo algunos secuestros y homicidios. En el municipio de Ibagué, la fuerza pública ha detenido y judicializado a varios integrantes de esta organización”.  La existencia de este bloque fue confirmada, en un informe de mayo de ese mismo año, por la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación.

Las autoridades consideran que el ‘Bloque Pijao’ fue desmantelado. En octubre de 2009 fueron condenados ochointegrantes de esa banda, cuatro de ellos a 33 años de prisión, por delitos como homicidio agravado, concierto para delinquir, extorsión y porte ilegal de armas.

El Observatorio de Derechos Humanos habla de otro grupo, autodenominado ‘Conquistadores del Tolima’, que actuó desde agosto de 2006 en Chaparral, Ataco, Guamo y Espinal. Al parecer, este grupo “tuvo refuerzos provenientes de Urabá y de la costa norte. Sin embargo, ha disminuido su accionar a raíz de algunas capturas, aunque todavía es señalado por las autoridades como una banda del crimen organizado que tiene presencia en Ortega, Saldaña y Coyaima, con secuestros y extorsiones”.

Por otra parte, fuentes de inteligencia militar – mencionadas en el informe del Observatorio – mencionan que en junio de 2006 se reunieron en una finca en San Luis dos ex combatientes del extinto bloque Tolima: alias ‘Político’ y alias ‘Arturo’. El propósito habría sido que el grupo de ‘Las Águilas Negras’ ocupara el territorio dejado por el frente Ómar Isaza.

A estos grupos se suman referencias adicionales de bandas armadas, aparentemente de menor importancia, que estarían retomando o retomaron sin éxito las actividades de los paramilitares desmovilizados.

La Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, Codhes, señala en un informe de 2007 que en este departamento llegaron a operar dos grupos emergentes más, que al parecer ya fueron desarticulados. Según el informe, un reporte del Ejército Nacional coincide con Codhes al afirmar que existía un grupo de 80 combatientes, autodenominado ‘Hombres de azul’. En el seguimiento que hace la Policía Nacional de este grupos no aparece su desarticulación, pero tampoco se volvieron a conocer acciones a su nombre.

El otro es un presunto grupo llamado ‘Futuro Verde’, que al parecer operaba en el sur del Tolima. Esta información es mencionada en un comunicado de la Fuerza Aérea Colombiana de julio de 2006: “En el Cañón del Combeima la zozobra aumentó la semana pasada con la circulación de un panfleto firmado por un presunto grupo paramilitar que se hace llamar Nueva Fuerza de Autodefensa Futuro Verde”. Tampoco se volvió a saber de acciones de este grupo.