La guerra entre facciones de la ‘Oficina de Envigado’ acabaron con la existencia de esta entidad, creada en Medellín como producto de los acuerdos de desmovilización del Bloque Cacique Nutibara de las Auc.

La Corporación Democracia, una organización no gubernamental, que alcanzó a tener durante su vida institucional cerca de 4.500 desmovilizados del paramilitarismo registrados como asociados, sólo existe hoy en el papel. Su origen está ligado a los acuerdos entre los jefes paramilitares del Bloque Cacique Nutibara de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc),  la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y la Alcaldía de Medellín.

En el momento de su creación, en diciembre de 2003, se dijo que la Corporación Democracia era la entidad que ayudaría a los desmovilizados a hacer el tránsito a la vida civil, y a sustituir el terror que ejercían los integrantes del Cacique Nutibara en los barrios de Medellín, por una acción cívica coordinada y una representación política legal de estos mismos hombres ahora desmovilizados.

Pero este propósito loable quedó bajo sospecha, luego de las denuncias sobre las relaciones entre el Bloque Cacique Nutibara con la llamada ‘Oficina de Envigado’ (un siniestro aparato de extorsión, asesinatos por encargo y cobro de deudas del narcotráfico) presentadas por jefes paramilitares recluidos en cárceles de Colombia y Estados Unidos.

Quedó en evidencia cómo el vínculo entre la Corporación y la ‘Oficina’ se mantuvo vigente después de la desmovilización paramilitar, pues la guerra intestina que ha librado la ‘Oficina’ desde hace tres años, terminó creando  pugnas entre los directivos de la Corporación y varios de sus dirigentes o integrantes han sido capturados ejerciendo actividades ilegales, y algunos de ellos han sido asesinatos, dentro de estos pleitos mafiosos.

Es decir, como lo han anotado varios investigadores sociales, entre ellos Max Yuri Gil, en la práctica la Corporación Democracia tenía una estructura legal que contrataba con el municipio de Medellín y aparecía como interlocutor válido ante diversas entidades, y otra ilegal, clandestina, en la que sus dirigentes se dedicaban a delinquir.

El origen de la Corporación

Grafitis alusivos al jefe paramilitar Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’ o ‘Adolfo Paz’ en la comuna 8 de Medellín, donde ejercía poder la Corporación Democracia. Foto: Juan Diego Restrepo E.

“La creación de la Corporación Democracia surgió de la necesidad que tenía el Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, de tener un solo vocero de ese proceso. La idea tuvo su origen en recomendaciones de ex guerrilleros que aplicaron el mismo modelo en anteriores desmovilizaciones y es una estrategia aplicada en diversos países donde se ha tratado de salir de conflictos armados”, asegura una fuente de la Alcaldía de Medellín cercana a ese proceso y que pidió mantener su nombre en reserva.

Días después de la desmovilización del Bloque Cacique Nutibara de las Auc, el 25 de noviembre de 2003, fueron recluidos por tres semanas los 868 miembros de esa estructura armada e ilegal, en el Centro de Reclusión Especial para Justicia y Paz del municipio de La Ceja, en el Oriente antioqueño.  Luego, el 10 de diciembre de ese año con la firma del documento Acuerdo de paz entre el Gobierno Nacional y los reincorporados del Bloque Cacique de las Autodefensas Unidas de Colombia, se concretó la desmovilización y el nacimiento de la Corporación Democracia.

Ese acuerdo fue firmado por Fabio Acevedo Monsalve y Giovanni Marín, como miembros representantes de los desmovilizados del Bloque Cacique Nutibara; por el Gobierno Nacional, el Alto Comisionado de Paz Luis Carlos Restrepo; y como testigos, Luis Pérez Gutiérrez, alcalde de Medellín; Sergio Fajardo, alcalde electo; y Jaime Oviedo Ávila, vocero de los reinsertados.

Según estableció este documento, “el Gobierno Nacional reconoce a la organización no gubernamental denominada Corporación Democracia como la organización representante de los reincorporados del Bloque Cacique Nutibara, con quien se mantendrá una interlocución permanente para el seguimiento, desarrollo y apoyo del proceso de reincorporación”.

Además, se determinó que “el Gobierno Nacional, la Alcaldía de Medellín y la Corporación Democracia diseñarán los programas de seguimiento, desarrollo y apoyo al proceso de reinserción. De la misma manera, el Gobierno Nacional y la Alcaldía de Medellín apoyarán -de considerar pertinente-, el desarrollo de iniciativas de paz, convivencia y reconciliación que lleve a cabo esta organización no gubernamental”. Igualmente, se estableció que los ex integrantes de la estructura paramilitar se comprometían a “cesar todas las acciones hostiles, violentas y armadas” y a “abandonar cualquier fuente de financiación ilegal”.

La Corporación Democracia cobró vida jurídica el 27 de febrero de 2004, cuando fue registrada ante la Cámara de Comercio de Medellín como entidad sin ánimo de lucro, dirigida por una junta de asociados, conformada por un gerente y once miembros, y se constituyó con un patrimonio de 2 millones 100 mil pesos.

“En el año 2004 se empieza a trabajar con la Corporación Democracia”, dice la fuente consultada. “Se tenían como interlocutor directo a Antonio López, alias ‘Job’, y como vocero de los desmovilizados a Giovani Marín”.

Según el funcionario, no fue fácil la relación desde el comienzo entre la Alcaldía de Medellín, a través del Programa de Paz y Reconciliación, y esta organización no gubernamental. “Todo el tiempo hubo tensiones”, reconoce el consultado. Y señala a alias ‘Job’, como la persona que más obstaculizaba el proceso de reinserción.  (‘Job’ fue conocido por todo el país, luego de que se conocieran sus ingresos clandestinos al Palacio de Nariño a brindarle al Ejecutivo información que le interesaba sobre los magistrados de la Corte)

Otros funcionarios de la administración municipal calificaron las actitudes de alias ‘Job’ como “arrogantes” y “agresivas”, y fue tal su presión para entorpecer el Programa de Paz y Reconciliación de la Alcaldía de Medellín que llegó a decir que la Alcaldía de Medellín le “robaba sus muchachos”.

El asunto fue conocido por investigadores del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía General de la Nación. En un informe enviado al entonces vice-fiscal general de la Nación, Jorge Armando Otálora, fechado el 8 de febrero de 2006, se advirtió que alias ‘Job’ se había convertido en “un verdadero obstáculo para la resocialización de los jóvenes en las comunas ya que mientras estudian y son atendidos durante el día para un cambio de vida para ellos y sus familias, en las noches vuelven a ser bandidos y sicarios”. Para ese año, ‘Job’ se había convertido en el vocero nacional de los desmovilizados.

En el informe presentado al vice-fiscal Otálora los investigadores señalaron que “alias ‘Job’ “tenía controlados el centro de la ciudad, las comunas centro-oriental, nor-oriental, sur-occidental, lo que en resumidas cuentas le otorga un control casi total de la ciudad, lo que lo convierte en un hombre muy poderoso dentro de la estructura de las Auc”. Al respecto, funcionarios de la Alcaldía de Medellín que conocían del proceso dicen hoy al respecto que “fue todo un misterio, por qué no se judicializó a este paramilitar”.

Bajo el liderazgo de la Corporación Democracia, y con financiación de la Alcaldía de Medellín, se realizaron diversas actividades culturales, lúdicas y sociales en distintos barrios de la ciudad, con el fin de mostrar las bondades del proceso de desmovilización y afianzar sus logros entre las comunidades, las mismas que en el pasado fueron azotadas por sus acciones armadas.

Por ello, cada vez que las organizaciones defensoras de derechos humanos, de carácter local, nacional e internacional, cuestionaban a los desmovilizados por los controles sociales y económicos que habían impuesto en los barrios y comunas de la ciudad, los voceros de la Corporación Democracia salían a cuestionar públicamente los señalamientos y los calificaban como “enemigos del proceso”.

El crecimiento de la Corporación Democracia alcanzó un punto máximo cuando se desmovilizó el Bloque Héroes de Granada, el 1 de agosto de 2005. En esa ocasión dejaron supuestamente sus armas y toda actividad ilegal otras 2.036 personas. Todas ellas se integraron a la Corporación. Con éstos, y otros más de diversos bloques y frentes de las Auc desmovilizados, alcanzó a registrar como socios a por lo menos 4.500 reinsertados, posicionándola como una organización legítima en la interlocución con el Estado.

Pero no todo era transparente. “La presencia de la ‘Oficina de Envigado’ (en la Corporación) se sintió cuando se desmovilizó el Bloque Héroes de Granada”, dicen una fuente de la Alcaldía de Medellín. De esa estructura criminal surgieron Daniel Alberto Mejía Ángel, alias ‘Danielito’, comandante militar de ese bloque y Carlos Mario Aguilar Echeverri, alias ‘Rogelio’, quienes en el año 2006 hicieron parte del consejo directivo de la Corporación.

De hecho, algunos funcionarios de la Alcaldía de Medellín tenían claro en esa época que los recursos que lograba la Corporación, a través de algunos contratos con diversas entidades públicas, no eran suficientes para sostener esta organización que no parecía sufrir por financiación.

“La Corporación Democracia no vivía de los recursos de la Alcaldía, pues realmente eran muy pocos, y no les daba para su sostenimiento. La Corporación se sostenía con dineros de la ‘Oficina de Envigado’, pues era un apéndice de ella”, afirma uno de los funcionarios. “Esta situación comenzó a denunciarse en privado ante todas las autoridades sin que se dieran resultados concretos”.

La situación de ilegalidad comenzó a evidenciarse públicamente en septiembre de 2007, cuando el director de la Policía Nacional, general Oscar Naranjo, conminó a alias ‘Rogelio’ a presentarse ante las autoridades para que respondiera por su posible participación en diversos crímenes en Medellín y el área metropolitana. También aseguró el jefe policial que ‘Rogelio’  había sido delegado por alias ‘don Berna’, en ese momento preso en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita (Boyacá), como jefe de la ‘Oficina de Envigado.

Era tal el poder que sentían los voceros desmovilizados de la Corporación Democracia que en esa ocasión anunciaron una demanda por injuria y calumnia contra el general Naranjo por los señalamientos contra alias ‘Rogelio’ y aseveraron que el alto oficial estaba siendo asaltado en su buena fe con información malintencionada.

Pero los señalamientos del Director de la Policía estaban dirigidos en la dirección correcta. A mediados del 2008, trascendió que alias ‘Rogelio’ se había entregado a la DEA para responder por cargos asociados al tráfico de narcóticos a Estados Unidos.

El entorno de la Corporación Democracia se enrareció aún más con el asesinato, el 28 de junio de ese año, de Antonio López, alias ‘Job’, en un exclusivo restaurante de Medellín, y del director de la organización Ubaldo Antonio Ayala Arenas, y la abogada Ruby Liliana Suaza, ocurridos el 13 de diciembre en el centro de la ciudad.

Al año siguiente, los vínculos entre la Corporación Democracia y la ‘Oficina de Envigado’ serían reseñados por  la Fiscalía General de la Nación el 16 de abril de 2009 ante un juez de garantías durante la legalización de la captura de José Leonardo Muñoz Martínez, alias ‘Douglas’, quien al parecer estaba al frente de la ‘Oficina’. Durante la diligencia judicial, la Fiscal 14 Especializada de Bogotá, Berta Cecilia Díaz Neira, señaló directamente a Giovani Marín y a Fabio Acevedo, como los representes de la Corporación Democracia que “representaban en Medellín los intereses de la banda ‘Los Paisas’, una estructura rural de la ‘Oficina’.

De inmediato, la Corporación Democracia advirtió a través de un comunicado a la opinión pública que tal acusación evidenciaba un “complot” de cierto sector de la Fiscalía Seccional de judicializar a cualquier costo a los directivos y miembros que conformaban esta organización no gubernamental; además, dijo que “no ha prestado su apoyo ni lo hará,  a ningún grupo o individuo al margen de la Ley (…) como lo pueden constatar diferentes organismos de control del Estado tanto a nivel municipal, departamental y Nacional”.

No obstante esa aclaración por parte de la Corporación Democracia, meses más tarde, el 19 de junio de ese año, Fabio Acevedo, directivo de la Corporación Democracia y quienfirmó el acta de creación de la organización no gubernamental, fue capturado y condenado por los delitos de concierto para delinquir con fines de desplazamiento forzado, homicidio, extorsión, tráfico, fabricación y porte de estupefacientes.

Para el 2009, se había recrudecido la guerra entre diversas facciones de la ‘Oficina de Envigado’ y en medio de las estructuras criminales de Maximiliano Bonilla Orozco, alias ‘Valenciano’, y Eric Vargas, alias ‘Sebastián’, quedó la Corporación Democracia.

“Esa guerra es la que realmente acaba con la Corporación Democracia, pues la fractura de la llamada ‘Oficina de Envigado’ ocasiona la pérdida de recursos para su sostenimiento”, afirman funcionarios de la Alcaldía de Medellín. Y en ese año comenzó a desmantelarse.

Según un certificado de existencia y representación de entidades sin ánimo de lucro expedido por la Cámara de Comercio de Medellín el pasado 11 de marzo, Giovani Marín oficializó su renuncia como gerente de la Corporación Democracia el 18 de enero de 2009 y desde esa época no se sabe nada de él. El documento también evidencia que de los once cargos que estructuran el consejo directivo, seis están vacantes. No obstante esa situación irregular, la entidad no ha sido disuelta, liquidada, reformada ni se han hecho nuevos nombramientos.

“Con la guerra que libran las facciones de la ‘Oficina de Envigado’ todo lo que había a su alrededor fue atomizándose, incluida la Corporación Democracia, de la cual hoy no queda nada, sólo el registro de la Cámara de Comercio”, asevera un ex funcionario de la Alcaldía, quien pidió la reserva del nombre.

Así quedó en el papel la Corporación Democracia, que como su nombre lo indicaba había sido creada con el propósito formal de abrirles a los desmovilizados una puerta de entrada al sistema político legal, pero terminó sirviendo de fachada del narcotráfico.