‘Pablo’, Arnulfo Sánchez González

      
Fue el jefe paramilitar del‘Frente Resistencia Tayrona’ del Bloque Norte de las AUC, que dirigió la masacre de Bahía Portete en abril de 2004.
Arnulfo Sánchez González alias ‘Pablo’ fue el jefe paramilitar que sucedió a alias ‘Jorge 40’, cuando el exjefe del Bloque Norte fue extraditado.

-Lea el especial multimedia: ‘Las verdades del conflicto en La Guajira’

Arnulfo Sánchez González, mejor conocido como ‘Pablo’, nació hace 38 años en Yopal, Casanare. Antes de ingresar formalmente al Bloque Norte de las AUC en 2002, ‘Pablo’ trabajó en la Contraloría de Yopal, y de 2000 a 2002 se desempeñó como conductor privado en Bogotá y como escolta en Popayán.

Para finales de 2001, precisamente en el momento en el que el recién conformado Bloque Norte de las AUC se metía de lleno en La Guajira, Sánchez González llegó al departamento. Primero fue, -según él mismo lo dijo a la justicia-  coordinador de víveres, y luego se encargó del pago a los hombres que trabajaban para ellos en Palomino y Mingueo.

Para febrero de 2004, ‘Pablo’ ya era el jefe del ‘Frente Resistencia Tayrona’ del Bloque Norte de las AUC en la Alta Guajira. Y era un jefe muy sanguinario. Dirigió la masacre de Bahía Portete en abril de 2004: tres días de sangre en los que murieron al menos cinco personas, entre ellas, niños y una mujer, autoridad tradicional.

Una vez se desmovilizó el Bloque Norte en 2006, las rutas de narcotráfico que tenía éste en la Alta Guajira quedaron a cargo de los hombres que no desmovilizaron, entre ellos a ‘Pablo’.  Con ‘Jorge 40’ preso y luego extraditado en 2008, ‘Pablo’ se volvió el nuevo jefe de La Guajira, y según la Policía, responsable de la salida de un tercio de la cocaína producida en Colombia. La maquinaria de violencia comandada por ‘Pablo’ también se manifestaría al poco tiempo de que éste llegara a la Alta Guajira.

Por meses los guajiros se quejaban de los desmanes de alias ‘Pablo’, en cada seminario, en cada consejo presidencial en su región. Pero el paramilitar parecía ser intocable. Por fin en marzo de 2010, un fiscal avezado le impuso medida de aseguramiento varios delitos:   la supuesta comisión de  homicidio en primera persona protegida, concierto para delinquir, desaparición forzada, delitos contra la libertad individual y otras garantías, desplazamiento forzado y lesiones personales. Ocho meses después, agentes de la DEA y de la Dirección Antinarcóticos de la Policía detuvieron a ‘Pablo’ en el norte de Bogotá cuando se movilizaba en una camioneta. Para entonces, las autoridades ofrecían 3.000 millones de pesos por información que condujera a su captura.

Antes de su captura, voces optimistas en toda la región esperaban que una vez en poder de la justicia, ‘Pablo’ revelaría muchas verdades acerca de lo que realmente ocurrió en La Guajira bajo el yugo paramilitar y más recientemente por el de sus herederas, las Bacrim.

Las altas expectativas, sin embargo, se han visto parcialmente frustradas por las tres declaraciones que desde noviembre de 2010 ha rendido ‘Pablo’ ante un fiscal de Derechos Humanos. En ellas, el ex paramilitar, posiblemente con el propósito de cumplir con los requerimientos de la Ley de Justicia y Paz, asegura que desde finales de 2005 no ha pisado territorio guajiro y por lo tanto no estuvo involucrado con ningún crimen cometido en la zona desde ese año. Esto último contradice la versión de autoridades y habitantes de la región que lo situaban a la cabeza de la banda de la Alta Guajira, como principal traficante de droga para los grupos y carteles del narcotráfico.

Similar decepción sienten en la Ranchería Ichito, donde en noviembre de 2007 un hombre fue asesinado, uno lesionado y otro desaparecido.  Allí, las familias aseguran que ‘Pablo’ estuvo directamente relacionado con los hechos.

Días después de su captura, ‘Pablo’ le dijo a las autoridades que quería someterse al proceso de Justicia y Paz, y podría contar todo lo que sabía de La Guajira hasta 2005, incluso dónde estaba las fosas comunes.

También dio su versión en detalle de la masacre de Bahía Portete, y asumió toda responsabilidad de haber sido quien la comandó.  Su confesión asegura que José María Barros Ipuana alias ‘Chema Bala’, extraditado a Estados Unidos, no tuvo nada que ver con el horrible crimen a pesar de que fue condenado como cómplice.

‘Pablo’ también aceptó haber asesinado a dos mujeres que hasta el momento se creían desaparecidas.

A pesar de las declaraciones de ‘Pablo’, la verdad sobre otras masacres, desplazamientos y asesinatos selectivos cometidos tras la desmovilización del Bloque Norte aún es incierta. Pero cada día es más claro,que en La Guajira como en otras regiones del país, no se desmovilizaron todos los que eran ‘paras’ y no eran ‘paras’ todos los que dejaron las armas. Lo que hubo fue más bien una transmisión de mando de las AUC a las Bacrim.

Por eso la captura de ‘Pablo’, como la desmovilización de ‘Jorge 40’ y parte de sus hombres, no trajo paz en la región. Aseguraron fuentes a VerdadAbierta.com que alias ‘Cobra’ ya sucedió a ‘Pablo’, y que ésta trabaja ahora con varias otras bandas criminales que quieren un pie en las lucrativas narco-rutas de ese departamento.