“El fin del conflicto no trae automáticamente la paz”: Christopher Stone

      

El presidente de la Open Society Foundations estuvo recientemente en Colombia y habló en exclusiva con VerdadAbierta.con sobre sus percepciones sobre el país en temas como seguridad, justicia y seguridad ciudadana de cara al posconflicto.

Christopher StoneEl presidente de OSF considera que todo posconflicto genera expresiones de violencia y expone los casos de Rusia tras la caída del comunismo y el de Sudafrica. Foto: tomadas de OSF.

Christopher Stone, el presidente de la Open Society Foundations (OSF), habla pausadamente para exponer con precisión sus ideas. Es experto en temas de seguridad y justicia criminal. Y ha viajado por todo el mundo dando conferencias, conociendo procesos sociales y aportando ideas para que las personas, las comunidades y los gobiernos sean mejores cada día.

La organización que preside Stone fue creada en 1979 por George Soros, un filántropo de origen húngaro que padeció el Nazismo y el Stalinismo cuando era joven, y por tal razón migró a Estados Unidos, donde constituyó OSF con el fin de aportar fondos a iniciativas sociales en diversas partes del mundo

Stone asumió como presidente en julio de 2012, pero estaba en la organización desde 2004. A su paso por Bogotá hace unos días, para participar enun evento académico sobre seguridad en América Latina, habló con VerdadAbierta.com acerca de las posibilidades que se le abren al país con la negociación adelantada en La Habana entre el gobierno nacional y la guerrilla de las Farc. Si bien tiene un tono optimista, considera que el fin del conflicto armado con ese grupo alzado en armas no genera automáticamente la paz.

A juicio de Stone, el posconflicto en el país tendrá expresiones de violencia y miedo, pero asegura que son fenómenos que exigirán muchos esfuerzos de parte de distintas instancias estatales y de la sociedad para superarlos y concretar un escenario mucho más tranquilo que el padecido décadas atrás. A continuación, transcribimos la conversación sostenida con Stone.

VerdadAbierta (VA): En países en transición como Colombia, que intenta superar un conflicto armado de más de cincuenta años, dos temas son claves para afrontar el futuro: seguridad y justicia. Teniendo en cuenta su experiencia, ¿qué reflexión le genera lo que ocurre en el país?

Christopher Stone (CS): Yo pienso que el gran peligro que tiene Colombia en este momento es que la transición hacia una sociedad en posconflicto va a estar acompañada por un incremento de la violencia y del miedo. Esto es algo que puede ser manejado completamente y evitado, pero muchos países fracasan en ese propósito.

Podemos pensar en sociedades muy ricas como Rusia, después de la caída del comunismo, o Sudafrica, después del Aparheid, en donde las transiciones estuvieron acompañadas por un gran incremento de la violencia y el crimen; en donde las personas tenían que depender del Estado de diferente manera, como no lo había vivido antes. A menudo el Estado no está preparado para ese reto y no se enfoca en los peligros.

Pero por suerte creo que la evidencia de hoy en día entiende mejor la necesidad de abordar la seguridad y la justicia después de que haya terminado un conflicto. No obstante, el fin de conflicto no trae la paz automáticamente.

VA: En ese sentido, ¿qué tipo de política criminal debería desarrollar un país como Colombia en transición hacia el posconflicto, que ataque riesgos como el crimen organizado, economías ilegales y ante todo el narcotráfico, que ponen en riesgo la implementación de los acuerdos con la guerrilla de las Farc?

(CS): Colombia tiene muchos años de experiencia en esos temas, no son problemas nuevos en el país. Hemos visto en muchas partes de Latinoamérica los resultados destructivos de las políticas agresivas en esos asuntos. Yo creo que es importante, inicialmente, mantener a las personas seguras en sus comunidades. Las personas necesitan dos cosas: creer que vale la pena respetar las leyes, así como a las autoridades, y tienen que saber que las leyes van a ser implementadas. Pero nada de esto es suficiente por sí solo. Creer solamente en la legitimidad del gobierno sin que implemente las leyes, no puede generar confianza de las personas; implementar las leyes sin respaldarlas con la legitimidad tampoco es una solución.

El reto para el gobierno es enfocarse en ambos aspectos: la legitimidad de sus reglas y de su autoridad, y la capacidad práctica de implementar la ley. Ese es el gran reto para el gobierno colombiano, entre otras cosas porque va a ser responsable por el territorio que antes no solía gobernar.

VA: Pero, ¿cómo fortalecer la legitimidad estatal y la aplicación de la ley en escenarios donde predominan la corrupción y la impunidad?

(CS): Es importante ver que no hay que solucionar completamente ninguno de los problemas para ganar la confianza de la gente. La gente tiene que creer que están tratando de solucionar los problemas y que sí hay progreso. Existe la corrupción en cualquier gobierno en el mundo, pero hay algunos lugares donde se ha vuelto tan diseminada y se ha convertido en una manera de hacer negocios que no hay confianza en los gobiernos. Si en esa situación tratamos de abordar toda la corrupción y atacarla, vamos a fracasar porque es un problema muy grande. Así que se debe tomar el peor aspecto de la corrupción y enfocarse en él. Si tratamos de atacar todas las formas de corrupción, desde las corrupciones pequeñas hasta las más grandes, las fuerzas que han dependido de la corrupción van a conspirar para deshacer cualquier reforma.

La impunidad es distinta. Las leyes no tienen que ser implementadas en un cien por ciento, ninguna ley es implementada al cien por ciento, eso sí, tienen que ser implementadas lo suficiente para que las personas puedan pensar de sí mismos que son inteligentes, prudentes, que siguen la ley, para evitar que sean castigados. No significa que el castigo tenga que ser certero, significa que el castigo tiene que ser potencial.

Christopher StoneDe acuerdo con Ston, OSF le apuesta al cambio en términos políticos, a través del acompañamiento a iniciativas sociales. Foto: tomadas de OSF.

VA: Nosotros en el país tenemos un debate muy fuerte sobre el castigo en relación con los guerrilleros de las Farc que han pactado un proceso de paz con el gobierno nacional. ¿Deben ir a la cárcel? ¿No deben ir a la cárcel? En ese sentido, ¿qué muestra la experiencia internacional en escenarios de transición al posconflicto?

(CS): Creo que todo el mundo puede aprender mucho del debate que está ocurriendo en Colombia hoy en día sobre este tema. A menudo las personas piensan que el único castigo que importa es la prisión o la pena de muerte. Saddam Husein fue sentenciado después de una guerra y lo colgaron. Las personas que lo querían muerto pensaron que esto era necesario como castigo, pero la mayoría de observadores pensaron que esto fue innecesario. Lo podemos ver en Turquía hoy en día también, donde el gobierno está tratando de responder a las amenazas pensando en volver a instaurar la pena de muerte. Estos no son debates sobre impunidad o no, son debates sobre castigo excesivo.

Colombia puede enseñarle al mundo que hay formas de castigo que son efectivas y que no siempre requieren de prisión. Nosotros lo sabemos en el sistema de justicia criminal en todo el mundo y tenemos que saberlo en justicia de posconflicto también. Así que hay muchas maneras de castigo en donde las personas se sienten castigadas y sienten vergüenza.

VA: Justicia y seguridad no son eficaces si no hay desarrollo. En ese sentido, ¿cómo articular esos tres aspectos fundamentes para que haya una mejor calidad de vida de los ciudadanos?

(CS): No hay evidencia de que un PIB más alto tenga correlación con más o menos justicia en un país. Así que yo creo que si queremos conectar justicia con una mejor calidad de vida para las personas necesitamos un mejor término que desarrollo. En Open Society Foundations ahora estamos hablando de avance económico en lugar de desarrollo, para liberarnos de la tiranía del crecimiento del PIB como medición de desarrollo.

Pero yo creo que la justicia sin una mejora en la calidad diaria de la vida de las personas, sin una oportunidad de tener un trabajo significativo y capacidad de comer y vivir en comodidad, simplemente contrarresta el desarrollo, la democracia y la justicia. La ley poder verse como una manera de proteger la riqueza concentrada en una élite muy pequeña, en lugar de un beneficio para toda la sociedad. Esa es la razón por lo que la justicia y el avance económico tienen que ir juntos.

VA: ¿Y cómo se puede concretar esa idea?

(CS): Esto es muy complicado porque el sistema de justicia por sí solo no puede producir una mejor calidad de vida, trabajo o mejores estándares de vida de las personas. Así que necesitas estrategias que incluyan inversión, obras públicas y buena gobernanza a nivel local y también a nivel nacional que puedan crear el ambiente para una mejor calidad de vida de las personas.

Nuevamente lo vemos en muchos países, en donde esto es ignorado y las personas sienten una inequidad creciente que viene con la paz, la paz entones se vuelve intolerable y las personas encienden el conflicto debido a las crecientes inequidades de la sociedad.

VA: Esto último incide bastante en la seguridad ciudadana

(CS): Yo creo que la relación entre la seguridad ciudadana y el avance económico es que a los ciudadanos tienes que darles algo que ellos quieran, a lo que quieran ellos aferrarse, si no tienen nada que perder la seguridad no tiene significado. Así que las personas tienen que sentir que hay esperanza para sus propias vidas, sus familias y sus comunidades, para que la seguridad valga algo, para que la protección y la seguridad tenga un sentido.

VA: En el discurso de OSF se habla mucho de cambio. En el caso colombiano, ¿a qué tipo de cambios le apuesta OSF en nuestro país y qué papel jugaría en ellos la sociedad civil?

Nuestra esperanza en cualquier lugar donde trabajemos es que podamos apoyar a las personas, organizaciones y movimientos sociales que estén cuestionando el status quo y trabajando en mejoras de la vida social. Nosotros no somos una organización de utopías, nosotros creemos que hay un mejor mundo, no podemos definirlo desde afuera, pero nosotros creemos en la búsqueda constante, en la necesidad constante, de mejorar, de cuestionar, de reformas, como un proceso sin fin.

Nuestro fundador creció bajo el Nazismo y del régimen de Stalin, así que no hay sorpresa alguna, que lo peor para nosotros es un gobierno que piensa que está bien. El reto es mantener a los gobiernos abiertos a la corrección, a las reformas, a mejoras continuas. Y la sociedad civil tiene un rol que jugar en este proceso, la sociedad civil puede cuestionar las políticas, puede proponer nuevas ideas, puede probar métodos innovadores a los problemas sociales, puede unir fuerzas con el gobierno en educación, salud o en economía, de muchas maneras.

Nosotros le apostamos también al periodismo independiente, el director del programa de Periodismo Independiente es colombiana (María Teresa Ronderos) y en todas las partes donde trabajamos nosotros creemos en el rol del periodismo independiente en los procesos, en plantear preguntas, exponer problemas, y facilitar una discusión amplia de nuevos métodos, reformas, innovación o prácticas probadas que puedan hacer mejor al gobierno y a la sociedad.