“Lo que no pueden decir es que somos guerrilleros”

      

Tras las jornadas de pedagogía de las Farc en Buenos Aires, Cauca, nuevamente está circulando una publicación que causó polémica hace un mes en el corregimiento de Conejo en La Guajira. Líderes sociales insisten en que fue producida por varias ONG y en que se debe evitar la estigmatización.

cartilla pazPortada de la cartilla que diferentes organizaciones no gubernamentales crearon para difundir los acuerdos del proceso de paz.El documento de 32 páginas titulado “Un nuevo día para la paz”, es un cómic en el que varios personajes dialogan sobre los beneficios que traerían para el campo y la sociedad en general  los tres primeros acuerdos  logrados entre las Farc y el gobierno.  A diferencia de lo que se comunicó en un primer momento por algunos medios de comunicación, no es la guerrilla quien la publicó, sino varias organizaciones sociales y movimientos políticos de izquierda.

La Unión Patriótica, el Partido Comunista, la Marcha Patriótica, el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, la Asociación Campesina del Valle del Rio Cimitarra y la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, son algunas de las organizaciones que impulsaron la realización de la cartilla. Según sus voceros se fijaron el objetivo de hacer llegar los acuerdos a todas las regiones del país, en especial en aquellas que no hay acceso a los medios de comunicación  y en muchas otras en las que el Estado no ha hecho presencia.

A pesar que hasta hace un mes se desató la polémica, las cartillas se han repartido en varias regiones del país desde el mes de noviembre. David Flórez, vocero de  Marcha Patriótica,  aseguró que  han sido 27 de los 32 departamentos del país en los que se ha puesto en circulación con un proceso de acompañamiento y pedagogía por parte de las organizaciones con los campesinos.

“Todos los ciudadanos deben entender que el proceso de paz va mucho más allá de que las Farc deje las armas, como lo ha hecho ver el presidente Santos, hay una serie de postulados dentro de los acuerdos que van a permitir acceso a la tierra, su formalización, el reconocimiento de las víctimas de todos los bandos y eso no se está siendo promovido por el gobierno”, explicó Flórez.

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El cómic, que está escrito en un lenguaje sencillo, tiene cifras de despojo de predios, desplazamiento y tenencia, y uso de la tierra, a lo largo del texto no se lee ningún mensaje o propaganda política alusiva a la guerrilla. Los diálogos entre los personajes explican en detalle los puntos acordados en La Habana: la política de desarrollo agrario,  la participación política  y la solución al problema de las drogas ilícitas.

Lo que sí es evidente es la propaganda política que invita a los campesinos a sumarse al proyecto político que estas organizaciones han construido alrededor del llamado Frente Amplio por la Paz.

La polémica

La cartilla apareció por primera vez en medios nacionales, como un material que estaba repartiendo la guerrilla en medio de una reunión política convocada por las Farc, con decenas de hombres armados en Conejo, en el municipio de Fonseca, La Guajira.

Las organizaciones sociales han reclamado a varios medios de comunicación por publicar información que los relaciona con las Farc en la producción y distribución de las cartillas, y en general en un supuesto apoyo en el proselitismo que viene haciendo la guerrilla.  Inclusive la ONG Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, CPDH, solicitó a una conocida cadena radial nacional, una rectificación en ese sentido.

“Si la guerrilla las está usando para informar a sus militantes sobre lo que ha avanzado el proceso de paz y lo que viene no le veo lo malo, que la usen o no, hace parte de la pedagogía que ellos querían usar. Seguramente es un insumo, pero lo que es claro es que la formación que le dan a todos los guerrilleros es mucho más política. Pero lo que no pueden decir es que  somos guerrilleros ¿buscan que nos sigan asesinando?”, aseveró un vocero de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Tolima, Astracatol, quien pidió reserva de su nombre.

La situación generó preocupación al interior de las organizaciones defensoras de derechos humanos por el actual momento del proceso de paz. El año pasado se registraron 682 amenazas contra líderes sociales, 63 asesinatos y 35 atentados, según la ONG Somos Defensores.

La tensa calma en región

Varias de las organizaciones que firman la cartilla han sido objeto de señalamientos y asesinatos selectivos por parte de las bandas criminales y los grupos armados que delinquen en región. El caso más reciente, el asesinato de  William Castillo, integrante de Marcha Patriótica y líder  agrario de la región de Guamocó en el municipio de El Bagre, Antioquia, con él se suman 102 asesinatos de voceros de este movimiento político nacido en 2010.

De igual manera ha sucedido con organizaciones regionales como la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, quienes en el mes de enero denunciaron  el asesinato de Nelly Amaya Páez, presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Guamalito en San Calixto, Norte de Santander. A pesar que en los comunicados de las colectividades han señalado directamente a  paramilitares de ser los directos implicados, aún las autoridades no han emitido un comunicado oficial sobre la investigación.

Asesinan a la líder social Nelly Amaya Páez

A pesar del avance en la mesa de diálogos de La Habana, en los territorios se siguen presentando hostigamientos y amenazas contra las organizaciones políticas, sociales y defensoras de derechos humanos.  “Luego que las Farc estuvieron acá haciendo pedagogía, a muchos de los líderes sociales nos amenazaron, que porque nos decían que éramos la misma guerrilla pero sin armas, cosa que nos intimida y al tiempo genera un daño al proceso”, señaló un líder social.

A pesar de la cercanía con las propuestas de las Farc, estas organizaciones sociales y políticas insisten en que no se les puede señalar como miembros de esa guerrilla, más aún cuando ha seguido aumentando la violencia contra líderes sociales durante el último año.