El pupilo de Fidel Castaño

      
Armando Pérez, cuya carrera la Escuela Militar fue patrocinada por el fundador de las autodefensas, entrenó a miles de paramilitares mientras era oficial y después, como jefe ‘para’. Esta es la historia que le contó a la justicia.
Alias ‘Camilo’ fue comandante de la base militar de Urrao Antioquía, siempre respaldado por Fidel Castaño. Foto: Archivo Semana

Armando Alberto Pérez Betancourth se hizo dentro del Ejército al lado de Fidel Castaño, quien le patrocinó la carrera de oficial en la Escuela Militar de Cadetes en Bogotá. Luego de la graduación, en diciembre de 1987, Castaño movió influencias para que lo ubicaran en el Batallón Junín de Montería y de ahí lo trasladaron a la base militar de Tierralta (Córdoba), donde le sirvió de informante y de instructor de “Los Tangueros”, autores de las primeras masacres de civiles en las fincas de Honduras y La Negra en Urabá. Este grupo fue la semilla de lo que luego se conocería como las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu).

Después de su paso por Tierralta, fue designado a la Brigada Móvil No.1, con sede en Montelíbano (Córdoba), luego trasladado a la Tercera Brigada en Cali con el batallón de contraguerrillas Numanci, con el que ascendió a teniente efectivo. Del Valle del Cauca pasó a Popayán, Rosario (Nariño),al batallón García Rovira en Pamplona (Norte de Santander), a la Escuela de Armas y Servicios en Bogotá, y de ahí fue a Urrao (Antioquia).

Siendo comandante de la base militar de Urrao (Antioquia), en mayo de 1996,  fue detenido y conducido al Batallón Girardot de Medellín, donde lo notificaron de la condena a 27 años de prisión por el homicidio del presunto guerrillero de las Farc, Ricardo Alonso Quiroz.  Allí alcanzó a estar 18 meses preso, pero se fugó con la ayuda de un enviado de los Castaño. Sabía que además era probable que lo sindicaran también de la muerte del abogado Jesús María Valle Jaramillo, defensor de los derechos humanos asesinado por orden de Carlos Castaño en enero de 1997.

Tras la huída de Medellín, Castaño lo acogió como instructor de la  escuela paramilitar La Acuarela en la Vereda La 35 de San Pedro de Urabá, donde también estuvieron Carlos Mauricio García Fernández, alias ‘Doble Cero’  y Jorge Iván Laverde, alias ‘El Iguano’.  ‘Doble Cero’ fue jefe del Bloque Metro en Antioquia y ‘El Iguano’, jefe del frente Fronteras del Bloque Catatumbo en Norte de Santander.

Si ascender en el Ejército le costó años de empeño, dentro del paramilitarismo en cambio, la carrera de Pérez Betancourth fue vertiginosa. Luego de haber entrenado a paramilitares en La Acuarela,  a mediados de enero de 1999, fue enviado por los hermanos Castaño al municipio de Acandí (Chocó) para entrenar tropas del Bloque Elmer Cárdenas que mandaba Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’. Tres meses después, con más 200 hombres partió de Tierralta (Córdoba) a Norte de Santander, donde terminó asumiendo el mando del frente la Gabarra y posteriormente como jefe del Bloque Catatumbo,

Siendo jefe de este bloque que ensangrentó a Norte de Santander, la  Fiscalía libró otra orden de captura en su contra por la desaparición y posterior asesinato del indígena Barí, Obed Dora Cebra, en abril de 2000. Después, el Juez Segundo Penal de Cúcuta, lo condenó a 40 años de prisión por la masacre de 20 personas, el 6 de abril de 2000 en Tibú, Norte de Santander.

El 10 de diciembre de 2004 se desmovilizó como jefe del Bloque Catatumbo. El ex oficial del Ejército intentó pasar desapercibido en Ralito. Sin embargo, algunas excentricidades que aún conservaba desde que comandó el bloque y las constantes reuniones con los hermanos Víctor (abatido por la Policía en 2008 en el Bajo Cauca antioqueño) y Miguel Ángel Mejía Múnera, conocidos como “Los Mellizos”,  dejaban ver que no era un paramilitar cualquiera, sobre todo porque algunos de los desmovilizados rasos que lo conocieron en Norte de Santander, no dejaban de saludarlo con reverencia, como el “comandante Camilo”.

La última vez  que se supo públicamente de Pérez Betancourt, fue el 23 de marzo de 2006 en Santa Fe de Ralito, la Inspección de Policía de Tierralta, donde se negoció la desmovilización paramilitar.  Ese día, después de haber rendido indagatoria ante la Fiscalía, que lo llamó a responder por los crímenes que cometió con el Bloque Catatumbo, abandonó el pueblo sin dejar rastro.

Nadie supo de su huida en Córdoba, ni siquiera Salomón Feris Chadid, alias 08, el desmovilizado jefe paramilitar del bloque Sanidad delas Auc quien vivía en Santa Fe de Ralito y al que visitaba seguido. Versiones de desmovilizados en Tierralta y Montería,  coincidían en que ‘Camilo’ se fugó con Los Mellizos a la Sierra Nevada de Santa Marta y crearon el grupo “Los Nevados”. De ahí se cree que, en 2008, salió para la región del Alto San Jorge (Córdoba), donde estuvo al lado del grupo Vencedores de San Jorge, organización que también desapareció y terminó siendo cooptada por otros paramilitares de Planeta Rica, La Apartada, Ayapel y Montelíbano, donde hoy se libra una guerra entre bandas criminales.

Fugas y travesías de guerra que a su acomodo narró a la Fiscalía en Santa Fe de Ralito y que de cierta forma, sirven de constancia sobre cómo algunos embriones del paramilitarismo en Colombia crecieron al lado del Ejército. Los siguientes son apartes de la versión que alias  “Camilo” rindió a la Fiscalía, en 2006, poco antes de que no se volviera a saber de él:

La versión de  alias ‘Camilo’

Fidel Castaño financió la  carrera militar de Pérez, luego conocido por el alias de ‘Camilo’. Foto archivo Semana

Yo conocí desde 1984 al señor Fidel Castaño, por la relación  que tenía mi tío Hernán Betancourt con él en Córdoba. En las vacaciones del colegio Carlos Pérez Mejía de Medellín, me venía para acá  (a Valencia, Córdoba) con él y los acompañaba en sus trabajos como comerciante y ganadero y a las reuniones que tenían con ese señor.

Desde ahí el mismo señor Fidel me dijo que ingresara al ejército apenas terminara el bachillerato para que le colaborara en estas regiones que estaban en conflicto con la guerrilla. Entonces empecé a averiguar para meterme a la Escuela Militar, pero la carrera era bastante costosa y él me dijo que no había ningún problema y que me la financiaba. Eso fue como en Semana Santa de 1984, cuando estuvimos hablando sobre eso, luego, en mayo del mismo año, Fidel Castaño me mandó dos millones de pesos con el señor Toto Hernández, quien vivía en Montelíbano (sur de Córdoba) y llevaba marramos para vender a la feria ganadera de Medellín.

En enero de 1985 empecé a estudiar en la Escuela Militar de Cadetes de Bogotá y el señor Fidel Castaño me mandaba platica para financiar la Escuela, la enviaba a Medellín. Ya en 1987, cuando iba a ascender a subteniente, le mandé decir que en noviembre me notificaban del traslado y no sabía para dónde, pero  envió una razón con mi tío diciéndome que tranquilo porque él se encargaba de eso. A finales de noviembre me notifican que venía trasladado para el Batallón Junín de Montería. Yo sé que Fidel tenía amigos en el Ejército.

La llegada a Córdoba
 
Llegué a Montería y posteriormente me trasladaron a la base militar de Tierralta. Ahí tuve contacto con el señor ‘Miguel’, quien fue en nombre del señor Fidel Castaño, quien pertenecía a un grupo de autodefensas que estaba en la finca Las Tangas, a orillas del río Sinú en Valencia, Córdoba. En la finca había un señor como administrador que le decían ‘07’.

‘Miguel’ era el enlace entre el señor Fidel y yo. Posteriormente les colaboraba con informaciones, incluso, no me acuerdo la fecha, pero debe estar en los archivos del batallón Junín de Montería, hicimos  un allanamiento a esa finca por orden del comandante del batallón Junín, eso fue en 1988 (año en que empezaron las masacres en Córdoba y Urabá). Ese allanamiento lo hicimos con el teniente Turcio Pinzón.

Una de las misiones era informar a ellos todo. Yo le mandaba decir con ‘Miguel’ cuando estaba enterado de alguna operación militar y en mi tiempo libre, les dictaba cursos contraguerrilla; a mí me encargaban de la parte militar únicamente. Le dicté entrenamiento como a 18 personas, quienes eran las que patrullaban. Ellos salían y hacían operaciones ofensivas y regresaban a las fincas Las Tangas, Vijagual y Paraguay,  pegadas al municipio de Valencia.

La fuga

En la finca Las Tangas había otros trabajadores. Conocí a Móvil 1, H2, y a dos mujeres que se encargaban de la cocina. Conocí también a una mujer que le decían ‘Doble Cero’, era robusta, blanca, alta, andaba en un Suzuki cafecito y de acento paisa; esta señora se encargada de comprar los víveres y las remesas en Montería. Después cuando salí trasladado, en 1989, ellos ya estaban más hacia arriba, en la Escuela La Acuarela de San Pedro de Urabá, esta zona ya estaba liberada de guerrilla.

Posteriormente tuve comunicación con más comandantes, entre ellos, Leonardo o Lucas, quien se encontraba en Medellín. Con Leonardo organizamos las entradas de unas autodefensas al noroccidente antioqueño, principalmente en Urrao, Caicedo y Betulia para bloquear la movilización que tenía el frente 34 de las Farc. Estando ahí, Leonardo me mandó a un comandante que se llamaba Gabriel, oriundo de San Pedro de Urabá, para que coordinara el ingreso de 30 hombres de las autodefensas con ocho urbanos de Urrao.

Estando en Urrao es cuando se me presenta el problema jurídico (por el asesinato de un presunto insurgente de las Farc), y le informo a Leonardo, quien estuvo colaborándome económicamente para que pagara los abogados. Él me visitó varias veces cuando estuve (preso) en Medellín en 1996 en el batallón Girardot, y después cuando me fugué, el 24 de diciembre de 1998, Lucas me recogió y me llevó hasta Santa Fe de Antioquia.

De Santa Fe de Antioquia volé en helicóptero hasta la finca La 15, cerca de San Pedro de Urabá, donde me presenté ante el señor Carlos Castaño, quien me mandó para la Escuela La Acuarela en un carro. Al llegar me recibió el comandante ‘Doble Cero’ o Rodrigo, el director de la Escuela.

‘Doble Cero’ me nombró instructor militar, ahí duré unos meses dictando cursos de contraguerrillas, después hice parte de un comité de reentrenamiento móvil donde estábamos varios instructores, entre ellos ‘Yimi’, una muchacha que se llamaba Paola, quien era enfermera de combate y dictaba primeros auxilios, y otra señora a la que le decían ‘La Chávez’, que dictaba la parte política.

De Chocó al Catatumbo
 
Con ese comité de reentrenamiento me desplacé al Chocó, eso fue a mediados de enero de 1999. Llegamos a una vereda que se llama Tanela y creo que pertenece al municipio de Acandí. Ingresamos en carro desde La Acuarela hasta Necoclí,  allí nos recogió una lancha que atraviesa  el Golfo de Urabá y llega alChocó, directamente a Tanela, donde nos esperaba el comandante ‘Alemán’ del Bloque Elmer Cárdenas. Él me reunió toda la tropa y de ahí empezamos a dictar el curso por espacio de mes y medio; antes de terminar el curso llegó ‘Doble Cero’ y pasó revista al entrenamiento, en ese momento él era  comandante militar de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu).

Terminado el curso, a finales de febrero de 1999, me llevaron nuevamente a La Acuarela y de allí me enviaron para el Cesar, llegué a un sitio que se llama San Ángel (Sabanas de San Ángel, Magdalena, donde quedaba el cuartel de ‘Jorge 40’), que es como un corregimiento, y me presenté al comandante ‘Jorge 40’. Hicimos un reentrenamiento de la tropa, pero como a principios de abril, cuando iba iniciar la Semana Santa de 1999, me mandó recoger Carlos Castaño y volví a La Acuarela. Estando en este lugar me dio la orden de presentarme ante el comandante Mancuso, quien me trajo para unazona que se llama Los Guayabos, yendo para el Nudo de Paramillo (en jurisdicción de Tierralta), ahí me entregó 205 hombres para que los entrenara militarmente.

A finales de mayo de 1999, entre el 24 y 25, a ese grupo se le da el nombre de Frente La Gabarra, y me dan la orden de desplazarme con ellos hacia la zona del Catatumbo. La misión era localizar a unos cabecillas de la guerrilla y golpear unos campamentos del frente 33 de las Farc y unas comisiones del ELN y el EPL que se movían en la zona. En ese frente íbamos divididos en contraguerrilas y compañías. Lo comandantes de compañía éramos mi persona que me nombraban como ‘Camilo’, Mauricio ‘Cuatro Cuatro’ y otro era ‘Cordillera’, quien está muerto. Ya siguen los comandantes de grupo que eran ‘El Gato’,’Rony’, ‘Adolfo’ y ‘Raúl”.