El negocio de dos bacrim en La Paz

      
Los Rastrojos y Los Urabeños están, al parecer, detrás del contrabando de combustible en este municipio del Cesar. Y cientos de habitantes afirman que se dedican a esta actividad porque no tienen otra opción de empleo.

contrabando-gasolinaLa mayoría de las familias que residen en La Paz se dedican al contrabando de combustible porque no hay otra opción de empleo, según Ariel Ávila, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación.Foto: Juan Diego Restrepo E.

Los Rastrojos y Los Urabeños manejan el negocio de contrabando de combustible en La Paz, municipio del Cesar. Ellos transportan y comercializan en Colombia gasolina ilegal que traen de Venezuela. “Los Rastrojos, por ejemplo, se encargan, entre otras cosas, de que la Policía no se meta con los carrotanques de Los Urabeños, que pasan por San Diego y Agustín Codazzi”, según José Miranda*, un pacífico (gentilicio de La Paz) que ha seguido de cerca esta actividad.

Otra fuente consultada por VerdadAbierta.com, que pidió la reserva de su nombre, asegura que la dinámica del combustible es un mundo aparte. “Son estructuras ilegales que tratan de mantener el negocio seguro. No hay homicidios ni acciones violentas porque eso atrae a la Fuerza Pública. Pero sí hay fronteras invisibles, aunque haya un acuerdo de protección. Los Urabeños se encargan del gran negocio, el de ir a Monte Lara, población que está en límites entre Colombia y Venezuela; y Los Rastrojos  están a cargo de los ‘pimpineros’ (expendedores de  combustible de contrabando)”, revela.

Sin embargo hace menos de un mes se conoció un panfleto firmado de las llamadas ‘Autodefensas Gaitanistas de Colombia’, también conocidos como ‘Los Urabeños’ o ‘Clan ‘Úsuga’, en el que se declara objetivo militar a dos familias de La Paz. En el volante, se les advirtió que se abstuvieran de dar declaraciones en contra de los integrantes de la banda criminal, sobre todo si son miembros activos presos en una cárcel de Valledupar; y además  hacen un llamado a aquellas personas que quieran ser parte de la organización criminal “para volver a tener el control total de esta región”.

En los últimos meses, según el Vicefiscal General, Jorge Perdomo, “ha habido conversaciones por parte de abogados de miembros de esta organización que están recluidos en cárceles, que han manifestado que habría un deseo de un sometimiento masivo a la justicia”.

Un informe de riesgo del Sistema de Alertas Tempranas (SAT) de la Defensoría del Pueblo anunció en octubre de 2012  que más de 200 transportadores y distribuidores de combustible de contrabando en La Paz, que se habían organizado en una cooperativa, estaban en situación de riesgo por la presencia de las dos bandas criminales.

El negocio de contrabando de gasolina en La Paz comenzó en 1995, cuando dos familias nativas, que por razones comerciales se trasladaban con regularidad a Maicao (municipio de La Guajira), se percataron de las ganancias que dejaba la comercialización del combustible traído de Venezuela. Con el tiempo, otras familias locales empezaron a hacer lo mismo y el negocio empezó a crecer vertiginosamente.

El informe del SAT reveló también que el dominio del Bloque Norte de las Auc se limitó a cobrar cuotas extorsivas a los transportadores y comercializadores de gasolina ilegal. Pero que luego los grupos armados post desmovilización se fueron involucrando en el negocio hasta “que modificaron la dinámica de esta actividad en términos económicos y sobre todo en materia de riesgos por el recurso de la violencia como mecanismo de regulación”. (Ver: ‘Autodefensas Gaitanistas’ reviven el miedo en zona rural de Valledupar).

Un estudio realizado por la Universidad Popular del Cesar y la Fundación Ecopetrol (Fundescat), reveló en abril de 2013 que el 90 por ciento de los habitantes de La Paz (cerca de 25.000) se dedica al contrabando de combustible porque no hay otra opción de empleo.

Ruta, trochas y camiones cisternas
los-rastrojosFoto: archivo Semana.

La ruta del tráfico de combustible comienza en Monte Lara, cerca a la vereda La Majayura, en Maicao, municipio de La Guajira. Los contrabandistas atraviesan trochas antes de llegar al corregimiento Varas Blancas que está en La Paz; y a Badillo y Río Seco, que queda en Valledupar; y luego el combustible se distribuye al resto del departamento, al Magdalena y sur de Bolívar, en donde además se utiliza para el procesamiento de la hoja de coca. Este mismo trayecto lo utilizan las bandas criminales para enviar droga al vecino país.  

“Hay tres tipos de contrabando de combustible: la que realizan los ‘pimpineros’, que venden botellas llenas de gasolina; las caravanas de la muerte, en la que unos 10 y hasta 20 vehículos transportan combustible; y el gran contrabando que se traslada en camiones cisterna hasta los departamentos de Antioquia y Boyacá. Más de 100 millones de litros de gasolina ilegal ingresan cada año a Colombia, y la mayoría de las bandas criminales que operan en esta región (También están Los Criollos y Los Churicheros) se dedican a extorsionar a los contrabandistas”, afirma el investigador de la Fundación Paz y Reconciliación, Ariel Ávila, quien ha seguido de cerca este tema durante seis años.

El transporte y la comercialización del combustible de contrabando “es la actividad que más dinamismo y crecimiento ha tenido durante los últimos años, pasando de beneficiar en 2003 a un mínimo porcentaje de la población, a ser hoy el renglón más importante de la economía” de este municipio. Tanto es así que ha disminuido la producción agrícola y la deserción escolar ha aumentado. “Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes han abandonado los estudios por insertarse en los circuitos de esta economía ilegal”, según el informe del SAT.

De acuerdo con Miranda, unos 20 y hasta 30 carrotanques son enviados diariamente a los municipios de La Jagua de Ibirico y La Jagua del Pilar, sin que las autoridades ejerzan algún tipo de control. Sin embargo, el comandante de la Policía Fiscal y Aduanera en el Cesar, capitán Pedro Isaza, a finales del año pasado se había “frenado el 80% del ingreso del combustible de contrabando a este municipio”, es decir, que de los 10.000.000 de galones de gasolina que mensualmente se estima que ingresaban a La Paz, la cifra habría bajado a los 2.000.000.

En lo que va del año, se han incautado más de 134.000 galones de ACPM, 70.000 de gasolina y 82 vehículos llenos de combustible, y se han capturado 112 contrabandistas, según el comandante de la Policía en el Cesar, coronel Faiber Martínez, quien aseguró además que se trata de organizaciones criminales que utilizan los nombres de estas bacrim para infundir miedo.