Los 700 mil desplazados que dejó la guerra en el Caribe

      
La Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía logró establecer que el conflicto armado en el Caribe Colombiano provocó que cerca de 700 mil personas se desplazaran de sus hogares entre 1987 y 2008.


En la Costa cerca de 700 mil desplazados ha dejado la guerra. Foto: Semana.


“!Señor ’40’, devuélvanos
nuestras tierras!”
Montes de María, tierra
en riesgo
Dos veces despojados
Mampuján, las primeras
víctimas que serán reparadas por los ‘paras’
Ciénaga Grande
de Santa Marta: una década de luto y agonía

La Costa es sin duda una de las regiones más golpeadas por la guerra. Además de haber padecido más de 400 masacres, tener uno de los índices de secuestro más alto y presencia de 10 bloques de autodefensas y numerosos frentes de la guerrilla, los costeños son la población que más han tenido que huir de sus tierras y hogares por la violencia.

En  un informe elaborado con base en las cifras de Acción Social, el despacho de la Fiscal Tercera de Justicia y Paz, Deicy Jaramillo comprueba que hay 676.978 personas que han sido desplazadas por lo menos una vez en su vida en La Guajira, Córdoba, Sucre, Magdalena, Bolívar, Atlántico, Cesar y Norte de Santander.

Bolívar, con 232.423 desplazados, Magdalena con 161.960 y Cesar, con 138.431, son de lejos los departamentos más golpeados por el desplazamiento. Y los peores años son entre 2000 y 2003, que corresponde a la época de las peores masacres, usurpación de tierras y  desaparecimientos en la Costa. En los últimos años, aunque ha disminuido el índice de desplazamiento desde la desmovilización de los ‘paras’, la región sigue padeciendo altos niveles con cifras que alcanzan hasta 15 mil personas anuales desterradas.

El municipio de la Costa donde más desplazados se registraron fue Carmen de Bolívar, Bolívar, ciudad de 70 mil personas que es la puerta de los Montes de María. Llegó a ser uno de los más prósperos del departamento, con cultivos de tabaco y ganadería, pero la presencia de las Farc y de las Auc frenó su desarrollo. Veredas de Carmen de Bolívar como El Salado o Macayepo han soportado algunas de las peores masacres de la historia reciente del país.

La Costa tiene a casi un cuarto de todos los desplazados de Colombia, donde el último promedio de Acción Social del gobierno  arroja que en el país hay tres millones de desplazados y las cifras de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes) cuatro millones. La región norte ha sido una de las más golpeadas por los violentos.

Desde los ochenta registra presencia de las Farc y el Eln, en regiones cómo Sur de Bolívar, Montes de María, Serranía del Perijá, la Sierra Nevada de Santa Marta. Desde principios de los noventa desde Córdoba, el sur del Cesar, la Sierra Nevada de Santa Marta los paramilitares se expandieron por toda la Costa, hasta llegar a la cúspide de su poder en la primera década de los años 2000, cuando controlaban la política, regalías y extorsionaban gran parte del comercio.

Bolívar ha pagado el precio más alto por la guerra
El departamento es el que, de lejos, tiene más desplazados con 232.423 personas registradas por la investigación de la Fiscalía. Los Montes de María y el Sur de Bolívar son dos regiones donde Farc y Auc se enfrentaron por años y donde se registraron algunas de las peores masacres del país.

En 1998 se presenta un incremento significativo de la masa de refugiados, cuando las autodefensas y la guerrilla intensifican su estrategia de guerra. En 2000, 2001 y 2002 la cantidad de desplazados llega a cifras alarmantes con un promedio de 35 mil personas que salen de sus tierras forzadamente. El periodo corresponde a las peores masacres de las autodefensas en el departamento como las de El Salado, donde los ‘paras’ asesinaron a 66 personas, Chengue con 27 campesinos ejecutados a garrotazos o la de Macayepo que dejó un saldo de 12 muertos.

Hoy todavía son miles las personas que se hacinan en barrios insalubres y marginales de Cartagena como El Pozón y Nelson Mandela, sin servicios públicos, construidos sobre zonas inundables y que están tomados por las  pandillas juveniles.

Los municipios más golpeados por el fenómeno son El Carmen de Bolívar y María la Baja, en los Montes de María y San Pablo, Tiquisio y Monte Cristo, en Sur de Bolívar.

Una de las situaciones más trágicas en el departamento y que resume gran parte de los problemas de su población fue el desplazamiento masivo de Mampuján, corregimiento de María la Baja.

En la noche del 10 de marzo de 2000 un grupo de paramilitares del Bloque Héroes de los Montes de María al mando de Edwar Cobos Tellez, alias ‘Diego Vecino’ y Rodrigo Mercado Peluffo, alias ‘Cadena’, entraron al pueblo y reunieron todo el pueblo en la plaza.

Al mismo tiempo, paramilitares se fueron hasta la vereda Las Brisas, ubicada a pocos kilómetros de Mampuján. Allá mataron a 11 hombres, que acusaron de ser guerrilleros. Inculpación que fue luego negada por Edwar Cobos Téllez, alias ‘Diego Vecino’ y Uber Martínez, alias ‘Juancho Dique’, que participaron en la masacre, ante magistrados.

Después de pedirles cédulas, interrogarlos y robar electrodomésticos y muebles en las casas los ‘paras’ les advirtieron: “Si cuando volvamos mañana hay alguien en este pueblo, se muere”. Unos meses antes las autodefensas habían asesinado a 66 personas en El Salado, un pueblo a unos 20 kilómetros de Mampuján. El domingo 12 de marzo más de 1.200 personas salieron de Mampuján y abandonaron sus tierras. Muchos terminaron regados en El Carmen de Bolívar, en Cartagena, en Sincelejo y en otros municipios grandes de la región.

Aunque ya han pasado 10 años desde la masacre y el desplazamiento, la enorme mayoría de los habitantes no han querido volver. Las condiciones de seguridad no están dadas, no hay electricidad, la escuela y el puesto de salud están abandonados.

El Sur de Bolívar ha sido desde mitad de los noventa una de las zonas más violentas del país. La región es uno de los bastiones del Eln, hay presencia de los frentes 37 y el 24 de las Farc y paramilitares desde 1997 bajo el mando de Rodrigo Pérez Alzate alias ‘Julián Bolívar’ del Bloque Central Bolívar (BCB). Las montañas que recubren el territorio tienen minas de oro y cientos de hectáreas de coca. Es además un paso estratégico para controlar el Magdalena Medio, que conecta Norte de Santader y la frontera con Venezuela y el bajo Cauca antioqueño.

Por eso en el Sur de Bolívar ha habido innumerables combates entre ‘paras’, Ejército y guerrillas con campesinos, mineros y pescadores en la mitad. Según las cifras de la Fiscalía, cerca de 40 mil habitantes de la región tuvieron que dejar sus hogares, huyendo de las balas.

En Magdalena los ‘paras’ son los que más desplazaron
En Magdalena son 161.960 personas que abandonaron sus casas por la violencia, según arroja la investigación de la Fiscalía. El fenómeno se empezó a manifestar en 1999 y llegó a sus más altos niveles a principios de la década del 2000, llegando al tope de 35 mil personas desplazadas en 2002. La amplitud del fenómeno también se explica porque Magdalena es el segundo departamento que más desplazados ha recibido de otras regiones de la Costa.

Santa Marta, Fundación, Ciénaga, Aracataca y Pivijay son los municipios de donde más han expulsado gente. Los cuatro primeros rodean la Sierra Nevada de Santa Marta, montañas claves por los cultivos de marihuana y coca, dominar el contrabando y que ofrecen refugios naturales para autodefensas y guerrillas. Estos municipios además tienen grandes cultivos de palma y de banano, en los que ha habido fuertes conflictos entre terratenientes y campesinos por la tierra y el agua.

En Pivijay Rodrigo Tovar Pupo, alias ’Jorge 40’, instaló una de sus bases de operación. Además de tomarse la administración y las rentas públicas, los ‘paras’ desplazaron a miles de personas para repoblar la región con gente afín a ellos.

En Magdalena las masacres de la Ciénaga Grande de Santa Marta provocaron una de las oleadas más grandes de desplazados. El 10 de febrero de 2000 un grupo de 50 paramilitares asesinaron a 11 personas en Trojas de Cataca, pueblo de pescadores al sur de la Ciénaga Grande. La masacre produjo el éxodo de 250 familias. Ese mismo año el 22 noviembre 70 ‘paras’ incursionaron en Nueva Venecia y Buenavista, pueblos palafíticos sobre la Ciénaga Grande.

Las autodefensas reunieron toda la población en la iglesia de Nueva Venecia. Ahí, lista en mano, empezaron a seleccionaron a varios pescadores, que señalaron como presuntos colaboradores del ELN. Al mismo tiempo los ‘paras’ iban de casa en casa saqueando, amenazando y asesinando a decenas de pobladores.

En su huida pasaron por el pueblo palafítico de Buenavista, a pocos minutos de Nueva Venecia, donde mataron a una decena de personas más. Las cifras oficiales señalan que los ‘paras’ asesinaron a 39 personas en Nueva Venecia, sin embargo los habitantes creen que los muertos pueden ser más de 50, ya que muchos desaparecieron en las aguas de la Ciénaga. Tras la masacre más de la mitad de los 4.800 habitantes que tenía Nueva Venecia se desplazaron.

Cesar
La situación en Cesar es muy preocupante ya que su población es mucho menor que Magdalena y Bolívar pero con 138.431desplazados tiene cantidades similares de refugiados que los otros dos departamentos. Del mismo modo que en el resto de la Costa entre 2000 y 2004 la mayor cantidad de gente huyó de sus tierras para salvar sus vidas.

Valledupar, Agustín Codazzi, El Copey, Curumaní y La Jagua de Ibirico son los municipios con más desplazados. Están situados en el norte del departamento, alrededor de Valledupar, la Sierra Nevada de Santa Marta y las Serranías de Los Motilones y del Perijá, en la frontera con Venezuela.
En Cesar el Eln y las Farc empezaron a delinquir a finales de los años ochenta, secuestrando y desplazando decenas de personas. A final de los noventa Salvatore Mancuso y Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, organizaron los primeros grupos paramilitares que fueron el núcleo del Bloque Norte de las Auc.

El departamento tiene además minas de carbón y tenía en los ochentas grandes plantaciones de algodón y hoy en día miles de hectáreas de cultivos de palma, riquezas que han provocado desplazamiento de campesinos.