Fuerza Pública y una multinacional, aliados en masacre de Segovia

      
Según la Procuraduría, los paramilitares que masacraron a 43 personas el 11 de noviembre de 1988, fueron apoyados por la Fuerza Pública y la Frontino Gold Mines.


  
La masacre de Segovia fue cometida por paramilitares enviados por Fidel Castaño. Foto Semana  

En el juicio que le sigue la Corte Suprema de Justicia al excongresista y ex diputado César Pérez García por su presunta responsabilidad en la masacre de Segovia, Antioquia, ocurrida el 11 de noviembre de 1998,  la Procuraduría General de la Nación aseveró que ésta se cometió con ayuda de sectores de la Fuerza Pública y la empresa Frontino Gold Mines.

Ante los magistrados de la Sala Penal de este Alto Tribunal, el delegado del Ministerio Público, Jairo Salgado Quintero, dijo que en la evaluación de las pruebas la procuraduría encontró que la ejecución de este múltiple crimen, que dejó 43 personas muertes, contó con la colaboración de miembros de la Batallón Bomboná con sede en el municipio y con la cooperación de la multinacional minera, pues se comprobó que en su sede se elaboraron los panfletos que circularon en Segovia días antes de la matanza.

“La multinacional fue cómplice de manera inconcebible en estos hechos”, afirmó el Procurador delegado para este juicio, en el que se trata de demostrar que Pérez García fue determinador de la masacre, perpetrada por paramilitares del Magdalena Medio.

Según el agente del Ministerio Público, varios militares de los batallones Bomboná y la Brigada XIII apoyaron a los paramilitares en su cometido. Aunque muchos fueron investigados y condenados por el hecho, entre ellos el comandante del Batallón Bomboná para la fecha, coronel  Alejandro Londoño Tamayo, otros aliados siguieron en la libertad.

Recuento de los hechos
Antes de solicitar la condena para Pérez García, Salgado Quintero detalló paso a paso cómo se fraguo la alianza criminal que culminó con el asesinato de 43 personas, el 11 de noviembre en Segovia, Antioquia. Verdadabierta.com reconstruye los hechos a partir de la exposición realizada por el agente del Ministerio Público.

Paralelo al fenómeno electoral del partido Unión Patriótica (UP), que surgió a mediados de ochentas como resultado de las negociaciones entre el presidente Belisario Betancur y la guerrilla de las Farc, en el Magdalena y Medio y en otras zonas del país  se conformaron las primeras alianzas entre políticos y paramilitares, que buscaban impedir el crecimiento de la izquierda.

Antes de que la UP triunfara en los municipios de Remedios y Segovia, Nordeste de Antioquia, existía un evidente protagonismo del Partido Liberal, en cabeza de los líderes políticos Cesar Pérez García y Sigifredo Zapata. Sin embargo, este cacicazgo se acabaría el 13 de marzo de 1988,  cuando Rita Ivonne Tobón, candidata por la UP, ganó las elecciones a la Alcaldía con el 54% de la votación y esta colectividad alcanzara 7 de las 13 curules del Concejo, convirtiéndose en la fuerza política mayoritaria en el municipio.

Esos resultados fueron la razón fundamental para que Pérez García, quien hasta el momento había controlado la administración local y las regalías por la explotación del oro, se aliara con grupos paramilitares para retomar a la fuerza su poder político.  

Para lograr ese propósito, Pérez García se comunicó con Fidel Castaño. Su idea era que los grupos armados bajo su mando le ayudaran a sacar la UP de Segovia. El jefe paramilitar habló con Henry Pérez para que atendiera esta solicitud y para preparar la incursión convoca a sus subalternos a una reunión en las oficinas de la  Asociación Campesina de Agricultores y Ganaderos del Magdalena Medio (Acdegam).

“Las pruebas y los testimonios recolectados en el juicio coincidieron en que Pérez García, buscó al jefe paramilitar Fidel Castaño y le pidió ayuda para darles una “lección” a los habitantes del municipio”, aseguró el Procurador delegado.

Henry de Jesús Pérez,  dueño y señor de los paramilitares del Magdalena Medio, delegó a Alonso Jesús Agudelo, alias ‘el Negro Vladimir’, comandante del grupo Gavilanes, la entrada a Segovia, aquel lluvioso 11 de noviembre de 1988.

Panfletos y pacto de no agresión
Días antes de la masacre, el grupo paramilitar hizo circular panfletos amenazantes, en los que se dieron a conocer con el nombre de  Muerte a Revolucionarios del Nordeste (MRN). En ellos, los paramilitares amenazaban a los sindicalistas y dirigentes de la UP, y negaban la posibilidad de aceptar en la política a comunistas y campesinos. En contraposición, respaldaban y resaltaban la labor política de Pérez García. El comunicado finalizaba con la frase ‘fuera comunistas y  guerrilleros’.

Como consecuencia de la amenaza, el líder del Partido Liberal en esa localidad y por la clara responsabilidad que tenía la mención de su nombre en el comunicado, buscó firmar un pacto de no agresión con Braulio Herrera y otros líderes representantes de la UP en Segovia, el cual se hizo, pero finalmente nunca se cumplió.

Incluso, después de pacto, en el municipio del Nordeste, se rumoraba que los líderes liberales retomarían a sangre y fuego el control del territorio y las regalías de la explotación del oro, actividad predominante en Segovia.

Así fue como se hicieron los preparativos que culminaron con la entrada de 30 paramilitares en camperos, quienes circularon libremente por tres retenes del Ejército localizados en la única vía que para la época comunicaba a Segovia con el resto del país.

En hora y media, en medio de la lluvia, los gritos y el llanto de los habitantes del pueblo, los paramilitares al mando de ‘Vladimir’  masacraron a casi medio centenar de personas, hirieron a cientos y causaron daños a los bienes de las habitantes del pueblo.

Versión de Vladimir
Alonso de Jesús Baquero, alias ‘Vladimir’, el ex jefe paramilitar encargado de perpetrar la masacre en varias declaraciones afirmó que fue Pérez instigó la masacre.

Para la época 1988, Vladimir era el comandante del frente ‘Gavilanes’ de una estructura paramilitar que operaba en el Magdalena Medio que solo efectuaba ataques selectivos contra militantes de la izquierda o sospechosos de pertenecer o patrocinar a la guerrilla.

Según el representante del Ministerio Público, a pesar de su condición de ex delincuente,  ‘Vladimir siempre entregó detalles claros sobre los hechos. Por ejemplo, el exparamilitar se refirió a una reunión que tuvo lugar en Medellín en la que el político antioqueño le reclamó a Fidel Castaño la falta de efectividad en las acciones contra la Unión Patriótica en Segovia.

Durante sus declaraciones, Baquero ha reiterado que  fue Henry Pérez fue quien le dijo que era el doctor (Pérez) quien había ordenado el ataque.  Incluso, Vladimir afirmó que existían grabaciones, en una finca de Henry Pérez, en las que el jefe paramilitar nombra al político como responsable de la masacre.

Vladimir siempre se refirió a los vínculos entre el jefe paramilitar Fidel Castaño y Cesar Pérez García. Esta versión la ratificó una entrevista que el investigador Alejandro Reyes Posada y tres colegas más le hicieron a Fidel Castaño, en la finca Las Tangas, en la que, de manera espontánea,  el jefe paramilitar reconoce que Cesar Pérez le pidió que llevara la guerra contra las guerrillas a Antioquia.

“Cuando la mafia quiso atacar a la guerrilla lo hizo sin una política ni una alternativa económica para la gente. Dijeron que tenían que limpiar a Antioquia para poder vivir bueno. César Pérez García me pidió que llevara mi guerra contra las guerrillas a Antioquia, cosa a la cual me negué”, se lee en el libro Guerreros y campesinos. El despojo de la tierra en Colombia, escrito por Reyes Posada.

Durante su intervención ante los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, Baquero recordó que el reclamo que hizo Pérez a los jefes ‘paras’, sobre el avance de la guerrilla en Antioquia le produjo un inconveniente en el que estuvo  punto de ser fusilado. A él le reprocharon su pasado guerrillero y su presunta flexibilidad en el municipio. Tras la advertencia, se le ordenó que efectuara un ataque contundente que infringiera miedo en una zona guerrillera.

“(Pérez) Estaba desesperado porque estaba perdiendo las elecciones con la UP”, dijo alias Vladimir a los magistrados de la Sala Penal de la Corte Suprema cuando le preguntaron si conocía las supuestas razones para ordenar ese hecho.

“Si quieren que haga lo que este señor quiere (y miró en ese momento de la de la declaración a Pérez García) pues listo… yo lo hago”, asegura que les dijo ‘Vladimir’ a sus jefes, aunque no se mostró muy de acuerdo con ello.

En conclusión, el Procurador aseguró que las pruebas eran suficientemente contundentes para asegurar que las masacre de Segovia “se hizo por determinación de Pérez Gracia, y del también fallecido Sigifredo Zapata, la orden la dio Fidel Castaño y la ejecución le correspondió a Henry Pérez. El autor material fue Vladimir y los panfletos amenazantes salieron de la frontino Golden Mines, en colaboración de la Fuerza Pública”.

El juicio seguirá en próximas semanas y hasta el momento no hay una decisión que responsabilice a quienes se acusa de determinadores del hecho. 23 años después de la masacre, muchas víctimas viven en el asilo, desplazadas del país y con secuelas del múltiple crimen, a la espera de que la justicia por fin castigue a quienes fueron los responsables intelectuales del hecho.