La masacre del Naya y los militares

      
Durante varias versiones libres, algunos postulados a Justicia y Paz aseguraron que fueron apoyados por miembros de la fuerza pública para cometer la masacre de El Naya en abril de 2001.

En breve: Durante el 24, 25 y 28 de abril de 2011, 60 exparamilitares del Bloque Calima confesaron cómo se organizaron para cometer la masacre de El Naya y cuáles fueron las preseuntas ayudas que recibieron por parte de algunos miembros de la fuerza pública.

Paramilitares nombrados: ‘HH’, ‘El Cura’, ‘Sisas’, ‘El Mocho’, ‘El Fino’, ‘Sancocho’, ‘El Cabezón’, ‘El Cabo’ y varios exparamilitares que incursionaron en la región de El Naya.

Sitios nombrados: Tuluá, Munhique, Buenos Aires, Puerto Merizalde, Buenaventura, Yurumanguí, Cali y la región de El Naya.

Miembros de diferentes instituciones de la fuerza pública estarían comprometidos en la masacre de El Naya. Imagen: VerdadAbierta.com.

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Para realizar la incursión en las veredas que componen la región de El Naya entre límites de los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, los paramilitares del Bloque Calima contaron con la presunta ayuda algunos miembros de instituciones de seguridad del Estado.

El primer hecho que evidencia la posible alianza entre las Auc y algunos miembros de la fuerza pública es que los 102 hombres que asesinaron a indígenas, afrodescendientes y campesinos en la región de El Naya, salieron desde el municipio de Tuluá, en el centro del Valle, y llegaron hasta el municipio caucano de Buenos Aires, sin ser detectados por los diferentes puestos de seguridad en las carreteras.

Sobre este punto, Elkin Casarrubia Posada, alias ‘El Cura’, quien fue jefe militar del Bloque Calima, explicó que los jefes paramilitares y coordinadores de cada zona de esos departamentos tuvieron contactos con las autoridades para que sus hombres pudieran llegar al corregimiento de Munchique.

En esa zona apartada de Buenos de Aires se reunieron alrededor de 220 paramilitares de Cauca y Valle del Cauca para preparar la “incursión” a El Naya, en la que las autoridades judiciales han registrado que 32 personas fueron asesinadas y 10 más fueron desparecidas. Aunque hay varios testimonios que indican que las víctimas podrían ser más de cien.

‘El Cura’ y otros exjefes paramilitares han explicado en las versiones libres que el propósito de esa “incursión” era que el grupo de 102 paramilitares provenientes del Valle del Cuaca pasara por la región de El Naya y se asentara en el litoral Pacífico caucano. Estando los municipios costeros de Guapi y López de Micay, las Auc pretendían crear el Bloque Pacífico para controlar todas las salidas al mar entre Chocó y Nariño.

El material de guerra para la “incursión”
Según las cuentas hechas por ‘El Cura’, las tropas paramilitares se reunieron el 5 de abril de 2001 en el corregimiento de Munchique, y allí uno de sus hombres los surtió con armamento que supuestamente consiguió con batallones militares en Valle del Cauca.

Armando Lugo, alias ‘El Cabezón’, quien fue coordinador logístico y de material de guerra del Bloque Calima, dijo que consiguió 150 camuflados, 150 chalecos, 100 equipos de campaña por medio de la esposa de un cabo primero del Ejército. El paramilitar identificó a la mujer con su nombre en la versión libre, ahora le corresponde a la justicia verificar si lo dicho por el desmovilizado es cierto.

Según el exparamilitar, parte del material de guerra que compró lo sacó la mujer del Batallón Pichincha ubicado en Cali. Lugo explicó que el material lo sacaban en cajas y en la salida la mujer se valía de esposo para salir sin problemas de la guarnición militar.

Este exparamilitar dijo que por medio de esta mujer conoció al entonces coronel del Batallón Pichincha, Tony Alberto Vargas Petecua, y al entonces general de la Tercera División del Ejército, Francisco René Pedraza. Sobre estos altos mandos militares señaló que sabían que las autodefensas sacaban material de guerra del Batallón Pichincha.

Además, sobre Vargas Petecua, ‘El Cabezón’ dijo que hizo desplazar unas tropas de La Esperanza a Timba, para que los paramilitares pudieran pasar hacia el Alto Naya.

El 16 de febrero de 2006, la Procuraduría suspendió por 70 días al teniente Tony Alberto Vargas Petecua por omisión para perseguir y combatir a las paramilitares a raíz de la masacre de El Naya. Por otro lado, en septiembre de 2009, el general (r) Francisco René Pedraza fue detenido por su presunta responsabilidad en esta masacre, pero fue dejado en libertad dos días después porque el fiscal que llevaba el expediente no era competente para ordenar la detención.

‘El Cabezón’ también aseguró que consiguió munición para el grupo que iba ir al litoral Pacífico y terminó masacrando a los pobladores de El Naya. En esa ocasión, según su versión, las municiones no salieron del Batallón Pichincha, sino del Batallón Codazzi de Palmira.

El exparamilitar dijo que consiguió alrededor de 7 mil cartuchos de munición calibre 5.56 y 4 mil de calibre 7.62 por medio de un sargento de inteligencia de esa guarnición militar conocido como Memo. Según lo contado por el postulado, el sargento le dijo que un coronel, al que no identificó, le enviaba la munición y unos chalecos.

Por ese armamento el exparamilitar supuestamente pagó alrededor de tres millones de pesos y le fue entregado cerca de un supermercado del sur de Cali.

Por último, Lugo también participó con la “coordinación” que permitió que los 102 hombres que estaban en el Valle llegaran a Cauca. El exparamilitar dijo que coordinó el paso de los dos camiones en los que viajaron los paramilitares por Trujillo, Candelaria, Puerto Tejada, Villa Rica, Santander, y Buenos Aires.

Para conocer sobre las declaraciones Lugo previas a las versiones libres, lea este artículo del especial ‘Los cuatro días que estremecieron a El Naya’.

“Primo, ¿qué les pasó?”
Durante las versiones libres, varios exparamilitares dijeron que recibieron trato ‘cercano’ por parte de los militares y miembros de la Infantería de Marina que los capturaron.

Varios testimonios señalan que presuntamente hubo una coordinación para que los paramilitares pudieran salir de la zona de El Naya tras cometer la masacre. Algunos postulados dijeron que cuando fueron capturados por miembros de la Marina, estos les preguntaron que qué les pasó y que por qué no salieron del sector si les habían dado un plazo para que huyeran.

Un postulado dijo que cuando fue capturado, le dijeron: “Primo, ¿qué les pasó? Si ustedes tenían 15 días para salir”. Alias ‘Chita’ contó que “un capitán me dijo que nos habían dado 15 días para salir y habíamos abusado del tiempo. Alias ‘El Enano’ relató que cuando lo capturaron le dijeron: “Primo, ¿qué pasó? Ya no los podemos soltar porque nos pusieron demanda”. Alias ‘Copete’ señaló que al momento de la captura le dijeron que los hubieran matado si fueran guerrilla.

Otros postulados dijeron que antes de ser capturados, le pidieron al jefe paramilitar Jair Alexander Muñoz Borja, alias ‘Sisas’, cinco fusiles para legalizarlos y dejarlos ir. Pero como éste no aceptó, fueron atacados y a raíz de ese enfrentamiento los grupos se dividieron y se perdieron.

Sobre arreglos con la fuerza pública en la región de El Naya, alias ‘El Cura’ dijo que no tenía conocimiento directo sobre ese tema. “’HH’ no iba a mandar un grupo sin coordinar a una zona a la que se entraba por primera vez. ‘HH’ debe dar más detalles sobre de cómo o quiénes aportaron para que llegara ese grupo”, señaló el exjefe militar del Bloque Calima.

Los intentos para evitar más capturas y sacar a los presos
Para el 1 de mayo, después de dos semanas de haber iniciado la masacre en El Naya, la Infantería de Marina había capturado a casi 70 paramilitares del grupo de 102 hombres que iban a crear el Bloque Pacífico en las costas de Cauca.

Este hecho provocó que los jefes paramilitares en Buenaventura y el jefe máximo del Bloque Calima, Éver Veloza, alias ‘HH’, entraran en desesperación e hicieran todo lo posible para que sus hombres no siguieran cayendo en manos de las autoridades.

Según contó Juan Mauricio Aristizábal, alias ‘El Fino’, exjefe financiero del Bloque, él tenía contacto en Buenaventura con un coronel de la Armada de apellido Moreno, quien le dijo no podía hacer nada para evitar el resto de capturas, pero le propuso que hicieran algo para distraer a las autoridades. “Él (Moreno) mandó a decir que se le salía de las manos y que había que llamar la atención en otro lado”, dijo ‘El Fino’.

Alias ‘El Cabo’ contó que por esta razón y autorizado por sus superiores, quemó tres caseríos y asesinó con hacha a varias personas en el corregimiento Yurumanguí a nombre del Frente 30 de las Farc, para que la fuerza pública dejara de presionar a los paramilitares en el Bajo Naya y pudieran escapar.

‘El Cabo’ también contó que alias ‘El Mocho’, exjefe militar en Buenaventura, le dijo que contactara a un general de la Armada para intentar sacar a alias ‘Chilapo’ -el ‘para’ que estaba al mando del grupo de los 102 hombres- y varios de los capturados. Finalmente ese “operativo” no se hizo porque aumentaron la seguridad en la zona donde los tenían detenidos.

La justicia tendrá que investigar la veracidad de las confesiones de los paramilitares.