Lo que le iba a contar Vicente Castaño a la justicia

      

El creador de las Autodefensas aseguró que empresarios, ganaderos y comerciantes los llamaron para crear grupos paramilitares.  También que ciudadanos panameños los patrocinaron.

 
Vicente Castaño relató en un documento de 20 páginas su única versión sobre las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá. Fotomontaje: VerdadAbierta.com

En la versión inédita escrita de 20 páginas, todas ellas firmadas por Vicente Castaño, alias ‘El Profe’ (descargar), el paramilitar reveló que las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, ACCU, se expandieron por todo el país por el llamado y la colaboración que les hicieron empresarios, comerciantes, mineros y ganaderos.  Castaño preparó este documento para presentarlo ante la Fiscalía de Justicia y Paz  antes de su desaparición.

En el escrito – que no tiene fecha, pero que se presume es de mediados de 2006 – Vicente Castaño aseguró que llegaron a zonas como Antioquia, Córdoba, los Llanos orientales, Chocó, Valle del Cauca, Montes de María, Caquetá, Putumayo, Arauca, Tolima, Casanare y Magdalena, por el apoyo que tuvieron de “personalidades influyentes”.

Castaño se desmovilizó el 3 de septiembre del 2006 con el Bloque Centauros, pero después de que el Gobierno decidió recluir a todo el grueso de jefes paramilitares en la cárcel de Itagüí decidió huir y desapareció en 2007 al parecer asesinado por órdenes de sus pares en el Bajo Cauca antioqueño.

Esta única confesión histórica de Vicente Castaño que, según investigaciones de la Fiscalía, fue escrita después de ser aprobada la ley de Justicia y Paz en 2005, fue encontrada en la memoria USB que pertenecía a Carlos Castaño y que fue entregada  a la Fiscalía en junio de 2008 por Ever Veloza, alias ‘HH’.

En el escrito conocido por VerdadAbierta.com, Castaño hizo un recuento detallado de cómo las Accu se fueron expandiendo en buena parte del país, pero no dio nombres de aquellos que los apoyaron y financiaron. Eso sí, mencionó a los que consideró hombres claves para las Accu como Raúl Hasbún, Ángel Gaitán Mahecha y Dario Moreno, entre otros.

Alias ‘El Profe’ resaltó la importancia que tuvo para la consolidación del proyecto paramilitar que lideraban él y sus hermanos Fidel y Carlos, la incorporación de varios ex guerrilleros del Epl y de las Farc en las filas de las Accu.

En la versión, Castaño aceptó que existió una “convivencia pragmática” entre las autodefensas y algunos funcionarios del Estado gracias a la cual fue posible expandirse sin mayores complicaciones.

“En medio de todo se conformó el grupo más disímil del mundo: militares retirados, ex guerrilleros, ganaderos, empresarios, comerciantes, arroceros, cacaoteros, cafeteros, palmeros, los cultivadores y transportadores, la clase media y las víctimas de la guerrilla, todos se orientaron en una sola causa: la autodefensa”, afirmó Castaño en la confesión que estaba preparando.

La paraeconomía de las Accu

 Raúl Hasbún alias ‘Pedro Bonito’ fue uno de los primeros empresarios en financiar la luchar antisubversiva. Foto: Fiscalia

Aunque no tuvo oportunidad de ahondar sobre los nexos entre empresarios y paramilitares, Castaño aseguró que distintos grupos económicos participaron en la conformación y consolidación de las Accu en el país.

Castaño hizo un recuento de cómo entraron las autodefensas a cada región del país gracias al llamado y al respaldo de industriales, comerciantes y ganaderos, y que éstos fueron quienes consiguieron las armas y los hombres para avanzar militarmente y enfrentar al Epl y a las Farc.

“Debido a la expansión de las Accu y los resultados positivos en las diferentes regiones, se creó el consenso con las comunidades y se presentaron peregrinaciones de personalidades respetables e influyentes de diferentes zonas de Colombia para solicitar la presencia y ayuda de las autodefensas”, aseguró Vicente Castaño, haciendo alusión a que el paramilitarismo no era un problema rural sino el resultado del apoyo y el respaldo de quienes vivían en las ciudades.

El matrimonio entre el paramilitarismo y distintos sectores económicos sobrepasó incluso las fronteras del país, ya que según el jefe paramilitar Vicente Castaño, en el caso de la incursión al Urabá chocoano al mando de Freddy Rendón Herrera alias el ‘Alemán’, contó con el respaldo de empresarios panameños.

“Ante la agresión de las Farc a la soberanía del hermano país, el gobierno de la señora Mireya Moscoso, en un acto de dignidad Nacional, dispuso cambios en la estructura de seguridad, lo cual terminó con la aberrante manguala en la frontera entre guerrilla y autoridades panameñas. Gracias a esto y al frente dirigido por el ‘Alemán’, en reemplazo de ‘Carlos Correa’ y apoyado por la población y empresarios de los dos países, se logró la recuperación de la zona”, afirmó Vicente en el texto.

De hecho, Castaño señaló que varios empresarios luego se convirtieron en importantes jefes paramilitares, como ocurrió con Raúl Hasbún, alias ‘Pedro Bonito’, quien fue el jefe paramilitar del Frente Arlex Hurtado del Bloque Bananero y de Darío Moreno Calle, representante de mineros y ganaderos que se desmovilizó con el Bloque Noroccidental y fue asesinado en 2008.

Hasbún, también conocido como ‘Pedro Ponte’, actualmente en Justicia y Paz y recluído en una cárcel de Medellín, fue clave para la llamada Casa Castaño en la financiación de los paramilitares por parte de las empresas bananeras en el Urabá Antioqueño.

Durante su comparecencia ante Justicia y Paz, este paramilitar ha aportado listas de financiadores de las Auc en el Urabá antioqueño: “Hemos entregamos listados de 270 bananeros, 400 ganaderos y 4.200 comerciantes que le aportaron voluntariamente a las autodefensas. Hoy dicen que fue a través de las Convivir y que ellos no tenían conocimiento, eso es mentiras”.

Hasbún, por su calidad de empresario bananero y conocedor del negocio, fue el encargado de diseñar el pago de tres centavos de dólar por caja cobradas a las empresas comercializadoras de banano en el Urabá antioqueño para financiar a las Auc a través de la fachada de cooperativas de vigilancia y seguridad.

Por otra parte, Castaño aseguró que en el suroeste antioqueño, Héctor Restrepo alias ‘Perra Loca’ amigo cercano de Fidel y Carlos Castaño, fue quien en representación de los sectores económicos pidió la presencia de los paramilitares que entraron a la región al mando de alias ‘Gabriel’ y de alias ‘René’.

Héctor Restrepo Santamaría, hoy prófugo de la justicia, ha sido señalado por varios jefes paramilitares como el comandante del Frente Titiribí del suroeste antioqueño.

En el nordeste antioqueño el origen de las autodefensas se dio, según Castaño, por Luis Alberto Villegas como representante de los empresarios, ganaderos y agricultores. A esta región llegarían las autodefensas comandadas por alias ‘Jota’ que actuó principalmente desde el municipio de Amalfi y que luego se expandiría hacia Anorí con el respaldo pleno de los comerciantes que sostuvieron financieramente a las autodefensas.

Según la versión de Vicente Castaño, tanto las autodefensas del suroeste y del nordeste antioqueño se convirtieron en el Bloque Metro de las Auc, casualmente en zonas donde señalados empresarios como los Villegas Uribe y los Gallón Henao han tenido propiedades, así como también la familia Uribe Vélez, asunto que ha sido señalado por diversos paramilitares.

En la incursión a Córdoba, especialmente en los municipios de Planeta Rica, Montelibano, Ayapel y Frente Valencia, la dinámica fue la misma. Según Castaño en la región los comerciantes y ganaderos ya estaban organizados, habían conseguido las armas, los radios y los hombres, por esta razón el aporte de las Autodefensas fue fortalecer sus estructuras militares, políticas y logísticas.

Ángel Gaitán Mahecha: pieza clave de las Accu

Dentro de la versión de Vicente Castaño se confirma la participación de Ángel Gaitán Mahecha, mano derecha de Víctor Carranza, en la conformación de las autodefensas. El jefe paramilitar relaciona a Gaitán Mahecha como viejo amigo de Fidel y de Carlos Castaño, y quien facilitó que las autodefensas de Córdoba y Urabá llegaran a los Llanos Orientales, a Tolima, al Magdalena y a Arauca.

Gaitán Mahecha ha sido señalado por Jorge Humberto Victoria, alias ‘Capitán Victoria’, como el hombre que sirvió de enlace entre el esmeraldero Víctor Carranza y Vicente Castaño para planear la incursión paramilitar a los Llanos Orientales.

Gaitán fue capturado por el CTI de la Fiscalía en julio de 1998 en el norte de Bogotá, en compañía de los ex congresistas Carlos Herney Abadía y Jaime Lara Arjona (condenados por el proceso 8.000), quienes habían salido ilegalmente de su sitio de reclusión. El 8 de septiembre de 2001 fue asesinado en la cárcel de La Picota.

A Gaitán Mahecha la justicia colombiana le tenía abierta una investigación por conformación de grupos paramilitares y le seguía un juicio por el secuestro de tres escoltas del narcotraficante Leonidas Vargas, ‘El Viejo’, quien fue asesinado en Madrid, España, en 2009. A este proceso también está vinculado el zar de las esmeraldas, Víctor Carranza.

“Por gestión de Ángel Gaitán se programó una reunión con un grupo de campesinos humildes y agricultores, la mayoría de la tercera edad acompañados de sus hijos y nietos. Estas personas le llamaron mucho la atención a Carlos Castaño porque eran tan antiguos como el surgimiento de Marulanda en la guerrilla”, de esta forma el paramilitar relató la reunión con la gente de Tolima en un apartado que en su versión titula los enemigos de Marulanda.

Según el jefe paramilitar por la simpatía que sintió Carlos Castaño decidió apersonarse de este grupo que capacitó militar y políticamente en la escuela Acuarela a manera de donación del estado mayor de las Accu.  Este frente operó en Marquetalia, Santa Helena, Cañaveral, Victoria, El Higuerón, El Placer, Pavas, El Tablazo y El Hatillo.

En los casos del Meta y Magdalena, según Vicente Castaño, Gaitán Mahecha sirvió como intermediario entre los bananeros, industriales, palmeros, ganaderos y comerciantes  y las Autodefensas de Córdoba y Urabá. Gracias a su gestión fue posible incursionar en las zonas.

Pero Ángel Gaitán Mahecha parece haber influenciado también en la entrada de los hermanos Miguel ángel y Victor Mejía Múnera a las autodefensas de Arauca.

“Cuando se decidió terminar de copar el territorio con las autodefensas ninguno de los bloques existentes se le midió a semejante osadía, los únicos que aparecieron fueron los ‘Mellizos’ Mejía, quienes fueron presentados a las Accu por Ángel Gaitán Mahecha desde tiempo atrás” así narrá Vicente Castaño como se llegó a los mellizos que se convirtieron en lo comandantes del Bloque Vencedores de Arauca.

En su versión, Vicente Castaño pidió perdón por sus acciones. “Con esto pongo fin a mi participación en una dolorosa y luctuosa guerra que no inventamos, no comenzamos, no perdimos y no repetiremos, pero que no pudimos evitar”, afirmó el jefe paramilitar.

El híbrido paraguerrillero

A partir de lo que fue considerado por Vicente Castaño como un debilitamiento de las estructuras de las guerrillas en Antioquia, se puso en práctica una estrategia de reclutamiento de guerrilleros para engrosar las filas de los paramilitares y facilitar las tareas de inteligencia en contra supuestos subversivos y sus auxiliares.

Esta etapa híbrida es considerada por Castaño como un momento clave para el movimiento, hecho que se evidencia a través del relato histórico de las Accu en el que se resalta la importancia que tuvieron algunos ex miembros de las guerrillas de las Farc y del Epl en la consolidación de las Autodefensas de Córdoba y Urabá.

Según el desaparecido jefe paramilitar, “las informaciones que traían los ex guerrilleros eran más precisas y esto facilitaba las cosas y evitaba que personas ajenas al conflicto sufrieran la penuria de la guerra”.

Por ejemplo, en el caso de Turbo, Antioquia, las autodefensas recibieron a Hernán Hernández, un ex combatiente de las Farc, quien de acuerdo con la versión de Castaño fue el encargado del reclutamiento en las filas del enemigo.

Para lograrlo, Hernández contactaba a las familias de los guerrilleros que vivían en los municipios del Eje Bananero para persuadirlos a unirse al movimiento de autodefensa.

“Empezaron a llegar a las Accu más guerrilleros con cargos muy importantes y con muy buena información sobre el accionar de la guerrilla en Urabá y zonas aledañas a Turbo”, afirmó Castaño en el documento en el que narra cómo se expandió el paramilitarismo desde Turbo hasta Necoclí, Currulao, Apartadó y Chigorodó.

Así mismo, en Necoclí se integró al grupo paramilitar Carlos Ardila conocido con el alias ‘Carlos Correa’, quien era financiador del Frente 58 de las Farc. ‘Carlos Ardila’ fue considerado como uno de los primeros comandantes de la región del Urabá.

Alias ‘El Alemán’ contó que en la década de 1990 trabajaba en una proveedora de alimentos en el Urabá y fue así como conoció a ‘Carlos Correa’. “Eso fue en 1995. ‘Carlos Correa’ me compraba víveres y él me presentó a Carlos Castaño. Me reuní con Castaño cerca del Mellito sobre el río Mulatos. Le escuché por primera vez un discurso. Habló de que tocaba defender la institucionalidad y que el Gobierno era incapaz de mantener lahonra de los hombres. Le expresé que estaba de acuerdo y me preguntó: ¿usted de dónde es? Y yo le dije: del pueblo más hermoso de Colombia, de Amalfi. Entonces de respondió: primito, bienvenido a las autodefensas”.

“‘Carlos Correa’ era el financiero del Frente 58 de las Farc. A Arnoldo Vergara le dieron la orden de matarlo, pero no lo encontró. Entonces Carlos Castaño lo mandó llamar y le dijo que se uniera  a los paramilitares, que no se hiciera matar y que creara un grupo paramilitar. Correa formó un grupo y Castaño le puso de segundo a Vergara para que lo vigilara”, contó alias ‘El Alemán’ en una versión libre el 31 de mayo de 2011.

Correa crearía un grupo paramilitar compuesto por 30 hombres que fue conocido como ‘Los Guelengues’, llamado así porque en lugar de llevar equipo de campaña, cargaba sus armas y municiones en costales de finca. “Ellos estaban ubicados en una finca al sur del matadero de Necoclí conocida como ‘La 70’. En ese punto se unían con ‘Los 90’, un grupo de Castaño”, dijo el exjefe paramilitar.

Aunque el jefe del grupo que delinquía en el norte de Antioquia estaba a cargo de ‘Carlos Correa’, la Fiscalía explicó que desde 1995 ‘El Alemán’ hizo parte de la vocería del grupo y a partir de 1997 firmó documentos como parte de la cúpula de las Auc. Cuando el grupo creció en hombres y en armas, desde el norte de Antioquia se movilizaron hasta Riosucio, Unguía y Acandí, para delinquir en el Urabá chocoano. Después de la muerte en 1997 de Elmer Cárdenas, un integrante del grupo, los ‘guelengueros’, luego ‘Grupo de La 70’, asumieron el nombre de ese ex paramilitar.

Sin embargo, para Vicente Castaño el punto cumbre de la unión para-guerrillera se dio en una celebración conocida como ‘El día de la Esperanza’, en el que se realizó el reclutamiento masivo de guerrilleros del Epl, en 1996. Según Castaño, Hernán Hernández gestionó una visita a un campamento de ese grupo, ubicado en Vigía del Fuerte en Chocó, en el que se propuso la deserción de los subversivos con el apoyo de Ricardo Lora alias ‘Marrano’, ex guerrillero que se había cambiado de bando y que lideraba el grupo urbano del oriente antioqueño.

El comandante del Epl, alias ‘Giovanni’ se contactó con alias ‘Marrano’ quien luego de persuadir a los miembros del grupo, coordinó su salida en cuatro helicópteros desde Vigia del Fuerte hacia Urabá. Fue entonces cuando según Vicente Castaño, los guerrilleros reclutados fueron integrados a la escuela paramilitar Acuarela para luego ser enviados a reforzar al Bloque Norte.

De la misma manera, el comandante máximo del Epl en el oriente antioqueño alias ‘Gonzalo’ contactó a Hernán Hernández y a alias ‘Marrano’ para una nueva desmovilización y posterior integración de los guerrilleros a las filas de los paramilitares.

“El mismo Carlos Castaño fue quien con enorme mística y tesón dirigió este proceso, contando con la colaboración entusiasta y valiosa de los excelentes funcionarios: los doctores Tomás Concha, director nacional de reinserción y Carlos Rangel, secretario del Ministerio del Interior”, agregó Vicente Castaño en su relato haciendo alusión a su tarea de perdón frente al enemigo.

El gobierno de Virgilio Barco ya había adelantado negociaciones con los miembros del Epl para 1991, año en el que se realizaron estas desmovilizaciones en las que participó Horacio Serpa como Ministro de Gobierno.

Es importante aclarar que estas desmovilizaciones contaron con el apoyo y el respaldo del gobierno y fueron públicas y conocidas por los medios y la opinión pública.

Sin embargo, según el relato de Vicente Castaño las autodefensas por su propia cuenta, hicieron parte del proceso realizando jornadas de motivación para la desmovilización.

De acuerdo a la versión del jefe paramilitar, esta desmovilización de los subversivos no tuvo los efectos esperados ya que el gobierno incumplió con los compromisos de reinserción que se habían pactado con los ex gerrilleros. Esto explica porque muchos de los desmovilizados, según Vicente Castaño, decidieron volver a tomar las armas y pasar a las filas del paramilitarismo.

Castaño no pudo ampliar estas declaraciones, ya que las verdades que conocía desaparecieron con él.