‘El Pájaro’ y los primeros días del grupo de Mancuso

      
Hernando de Jesús Fontalvo Sánchez, alias ‘El Pájaro’, está preso desde hace doce años. Se encuentra detenido por su lealtad y subordinación a Salvatore Mancuso Gómez, alias ‘Triple Cero’ o ‘El Mono’, quien había sido capturado en un retén militar en San Juan del Cesar en compañía de Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’ en febrero de 1997. ‘El Pájaro’ contó detalles inéditos de cómo Mancuso creó su grupo y cometió crímenes en complicidad con miembros de la fuerza pública y políticos.
En breve: Hernando de Jesús Fontalvo, alias ‘El Pájaro’ en su versión de Justicia y Paz relató cómo fueron los orígenes del grupo paramilitar del que fue cabecilla Salvatore Mancuso, los crímenes de cometieron en Córdoba y la complicidad con miembros de policía y ejército.

Lugares que menciona: Valledupar, Cesar; Tierralta, Córdoba.

Otros paramilitares que menciona: Jorge 40, Emiro Oviedo Torres, alias ‘El Puma; René Ríos, Lino Arias, ‘El Pitufo’, ‘El Espelucado’, ‘El Cable’, ‘Bocaelobo’ y ‘El Pisco’Emilio Oviedo, ‘Juancho’ Bracamonte y ‘Cantinflas’; ‘Paco Paco’, Pablo Triana(ganadero y paramilitar), Aram Assias Solar(un ganadero asesinado en enero de 2008, testaferro de Mancuso), Juancho Bracamonte (paramilitar que está desaparecido) y Rubén Obando(ganadero y aliado de Mancuso), Doble Cero, Disney Negrete; ‘Camilo’, ‘Caraevieja’, ‘Brayan’, ‘El Guacharaco’ y ‘El Pájaro’.

Funcionarios públicos o militares que menciona:
Coronel Lasso; Coronel Ortiz Chavarro, El ex gobernador del Cesar, Hernando Molina Araújo; Humberto Santos Negrette, alcalde de Tierralta, Aníbal Ortiz

 Hernando de Jesús Fontalvo, alias ‘El Pájaro’ relató en una versión de Justicia y Paz cómo fueron los orígenes del grupo de Mancuso. Foto Semana.

El guardaespaldas de Mancuso
Mancuso: masacres y sus “aliados”
Los crímenes de Mancuso en la Universidad de Córdoba
El Pacto de Granada, Córdoba(El Meridiano)
El plan Córdoba

Salvatore Mancuso y Rodrigo Tovar Pupo alias ‘Jorge 40’ fueron capturados en febrero de 1997 en un retén de la policía en la vía entre San Juan del Cesar y Valledupar. Junto a los dos ex jefes paramilitares también cayeron cinco de sus hombres más leales, entre ellos Hernando de Jesús Fontalvo Sánchez, alias ‘El Pájaro’.

La captura de ‘el Mono’ Mancuso y ‘Jorge 40’ puso en movimiento toda la capacidad de influencia que hasta entonces habían logrado las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá al interior de los organismos de seguridad del Estado.

En 1997, Mancuso era un reconocido jefe paramilitar y Rodrigo Tovar, conocido como ‘El Papa’, empezaba un recorrido que lo llevaría a ser el comandante del bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia. En contra de Mancuso había varias órdenes de captura por homicidos selectivos, masacres, porte ilegal de armas, desplazamiento y conformación de grupos paramilitares.

Según relató ‘El Pajaro’, a las pocas horas de haber sido detenidos, llegó una orden del comando de la Policía Nacional, cuya cabeza visible era entonces el general Rosso José Serrano, pidiendo que dejaran en libertad a Mancuso y a sus acompañantes, pero el fiscal que los tenía a su disposición presuntamente exigió 30 millones de pesos y además, que le dejaran detenidos a dos miembros del grupo armado.

Salvatore Mancuso le pidió a Hernando Fontalvo que se quedara, con la promesa de que él después buscaba la manera de sacarlo. ‘El Pájaro’ y Emiro Oviedo Torres, alias ‘El Puma‘, acataron la orden y vieron como el fundador de las ACCU y del Bloque Norte, abandonaba en compañía de Jorge 40, René Ríos, Lino Arias y ‘El Pitufo’ el comando de policía de San Juan del Cesar disfrazados de policías.

En el comando de policía les cortaron el cabello, los afeitaron y fueron vestidos como agentes de seguridad y pasaron por entre una multitud de personas que estaban agolpadas a las afueras del comando de policía para que no los identificaran y que se disponían a lincharlos porque horas antes los paramilitares habían asesinado a un nativo del pueblo, señalado de guerrillero, y que según la multitud había sido un homicidio injusto.

Desde entonces, ‘El Pájaro’, uno de los miembros fundadores del grupo paramilitar de Tierralta, creado por Mancuso está preso. Mancuso nunca le cumplió la promesa de sacarlo de la cárcel y en pasados días inicióversiones libres ante un fiscal de Justicia y Paz luego de ser postulado por el gobierno dentro del proceso de desmovilización.

Este paramilitar hizo un recuento ante un fiscal de los orígenes del grupo de Mancuso, sus crímenes, la relación de paras, ejército y políticos en Córdoba.

La historia de ‘El Pájaro’ y Mancuso
A pesar de haber sido detenido hace 12 años, su memoria está intacta. Recuerda con precisión los primeros crímenes cometidos por el grupo al que perteneció, que no es otro que el molde original del grupo paramilitar de Mancuso originario de Tierralta en el año 1991, cuando el ex jefe de las Auc inició su carrera delincuencial.

‘El Pájaro’, un soldado del Batallón Coyará con sede en Montería y que pidió la baja para enrolarse al grupo de Mancuso, dijo que entre las primeras acciones que ejecutó el grupo paramilitar fue la recuperación de 160 reses que le habían robado al ganadero Humberto Santos Negrete, cercano a los paras.

Las reses fueron recuperadas después de un enfrentamiento con la guerrilla en el que murieron tres subversivos. En ese enfrentamiento también participó alias ‘Memín’, un paramilitar que actualmente se encuentra detenido en Medellín y que fue entrenado por Yair Klein.

‘El Pájaro’ aseguró que ‘Memin’ era especialista en decapitar y degollar a sus víctimas; del grupo tambièn hacían parte ‘El Espelucado‘, ‘El Cable’, ‘Bocaelobo’ y ‘El Pisco’.

Este grupo era independiente al de la “Casa Castaño”, que delinquía en la zona de Valencia y que era dirigido por Fidel, Carlos y Vicente, conocidos como “Los Tangueros” o “Los Mochacabezas”, discípulos de la escuela del Magdalena Medio que tuvo como instructor al militar israelí Yair Klein y varios mercenarios británicos, entre otros.

Fontalvo ingresó al grupo por ‘El Chuzo’, Edwin Tirado. Cuando llegó ya se habían incorporado ‘El mulo’ y ‘El Pisco’. Al comienzo se mantenían en La Capilla, una finca de propiedad de Martha Dereix, la primera esposa de Mancuso, a quien, afirma, le molestaba su presencia y cuando ella iba ellos se tenían que ir.

Inicialmente se movían a caballo en grupos de a cinco hombres protegiendo las fincas vecinas de El Torno, Tres Piedras, Tres Palmas, en la zona rural de Betancí. En la margen izquierda del río Sinú estaban los Cataño y en la derecha Disney Negrete y Mancuso.

Al grupo después se integraron ‘El Puma’, Emilio Oviedo, ‘Juancho’ Bracamonte y ‘Cantinflas’.

Estos dos grupos, el de Mancuso y Negrete, delinquían en la región del Alto Sinú y se organizaron como una autodefensa para proteger varias fincas que para entonces eran amenazadas por el Quinto Frente de las Farc y un grupo del Epl, ambos dedicados al secuestro de finqueros y al robo de ganado.

El primer enfrentamiento que tuvo este grupo paramilitar con la guerrilla se presentó en la zona de Los Volcanes, en cercanías a Tierralta, y usaron como armamento changones, escopetas Winchester, subametralladoras, rifles AK 47 y R15, que se las prestaban en el batallón, en donde los conocían como ‘La gente de Mancuso’, a quien también llamaban ‘El Cacique’ o’Triple Cero’.

‘El Pajaro’ confesó que el primer crimen en el que participó fue en el año 1992, cerca a la base militar de Tierralta, en donde asesinó a un presunto guerrillero conocido como ‘El Garza’.

Tierralta, a sangre y fuego
Desde los primeros años de conformado el grupo eran reconocidos por su crueldad y porque cometían crímenes bajo la mirada indiferente de las autoridades o con su complicidad.

Uno de esos crímenes fue el homicidio de un comerciante de maderas, llamado Julio César Jiménez Saldarriaga, quien fue asesinado dentro del teatro de Tierralta de propiedad de Humberto Santos Negrete.

Mancuso le dio la orden de asesinarlo a ‘El Cable’ y a ‘El Pájaro’ porque presumían que el comerciante era miembro de la guerrilla.

Los paramilitares identificaron a su víctima a través de un ex guerrillero que les servía de informante, conocido con el alias de ‘Paco Paco’.

‘El cable’ y ‘El Pájaro’ ubicaron a Jiménez Saldarriaga en el teatro y ante la vista de todos los asistentes lo asesinaron. A pesar de la conmoción que causó el crimen salieron a pie del sitio bajo la mirada de varios hombres del ejército que estaban alrededor del lugar.

Esta audiencia se hizo con transmisión a Tierralta y a la misma asistían diariamente más de cien personas. Entre los presentes estaba la madre de la víctima, quien se dirigió a Fontalvo para decirle que su hijo no era un guerrillero, que era un comerciante de madera. “Se equivocaron”, dijo la atribulada mujer, que buscaba una explicación a la muerte de su hijo.

‘El Pájaro’ confesó que, como este, muchos asesinatos eran cometidos a plena luz del día y a la vista de todos en el pueblo y no pasaba nada.

En otro caso, según ‘El Pájaro’, Mancuso daba las órdenes de matar y éstas se cumplían en el acto.

El desmovilizado contó cómo un día que estaban reunidos Mancuso, Pablo Triana(ganadero y paramilitar), Aram Assias Solar(un ganadero asesinado en enero de 2008, testaferro de Mancuso), Juancho Bracamonte (paramilitar que está desaparecido) y Rubén Obando(ganadero y aliado de Mancuso), tomando cervezas en el bar El Molino, frente a la alcaldía en la plaza principal, a dos cuadras de la policía, Pablo Triana señaló como a uno de sus secuestradores a un hombre que pasó frente a ellos, a lo que de inmediato Mancuso dio orden de asesinarlo.

“En esas estábamos cuando Pablo señaló a un señor diciendo: amigazo, ese estuvo en el secuestro mío. Enseguida Mancuso nos dijo denle piso, toca matarlo. Me entregó un radio y lo seguí por la calle hasta el puerto a orillas del río adonde llegan los indios que vienen de Frasquillo y Crucito. Mientras lo seguía, Juancho Bracamonte alistaba las armas. El señor llegó al bar La Montaña y se tomó una cerveza, yo también. Estando en el bar llegó Juancho y lo seguimos hasta una residencia, nos fuimos detrás y en la puerta del hospedaje lo matamos con una pistola P.38. Salimos por la calle del puerto, normal y llegamos a El Molino otra vez.

“Cuando nos sentamos le dijimos a Mancuso: listo patrón, y nos Triana dio una liguita de 500.000 pesos a cada uno. Como a los veinte minutos unos policías pasaron por el sitio donde estábamos, pero no nos dijeron nada”.

La inseguridad y los crímenes en Tierralta por cuenta de los paramilitares llegó a tal nivel que en un solo mes de 1995 se registraron 34 muertes.

“Había semanas que cuando menos, se mataban a dos o tres”, dijo ‘El Pájaro’ en su versión libre. Según el paramilitar, los sicarios que más asesinatos ejecutaban eran ‘El Calibre’ y ‘El Cobra’, que andaban bajo las órdenes de Rubén Obando. El grupo era temido en Tierralta porque asesinaban de día y de noche.

Los informantes que utilizaba Mancuso eran los mismos de la Brigada XI y eran conocidos con los alias de ‘Guri Guri’, ‘Paco Paco’ y Roque Atencia.

Para ‘El Pájaro’ era tal el nivel de cooperación entre el grupo de Mancuso y el Ejército, que un sargento de apellido López se mantenía en la casa de Roque Atencia, quien también era informante de Rubén Obando.

Así, de acuerdo con su relato se puede decir que no hay un sitio del casco urbano de Tierralta que no esté manchado de sangre: la calle principal, las tabernas y los bares, el puerto, las tiendas, la plaza, el teatro, los hospedajes y en las afueras saliendo hacia la zona rural y le hacían inteligencia a cuanto extraño se apareciera por el pueblo. Como el caso de dos muchachos que llegaron preguntando por Rubén Obando a su finca con la excusa de que estaban buscando trabajo.

‘El Pájaro’ se encargó de ellos. Los requisó y les hizo quitar la camisa y comenzó a torturarlos porque tenían en los hombros y la espalda la marca del morral, una impronta que para los paras era una señal de pertenencia a la guerrilla.

“Eran unos pelaos, los amarramos, les dijimos que éramos Auc y que los íbamos a matar. Uno de los pelaos, tenía como 17 años, contó todo. Eran del Eln y tenían la orden de matar a Obando, porque cuando estuvo secuestrado quedó debiendo y no mando la plata sino al ejército. “En la noche los matamos y los tiramos al río, que estaba bastante crecido. Nunca los encontraron”.

Además, el grupo recuperaba secuestrados. Uno de los casos relatados en la versión fue el de tres personas que habían sido secuestradas por la guerrilla y las mantenían retenidas en El Caramelo, un corregimiento a 15 minutos de Tierralta.

En esa ocasión llevaron a ‘Guri Guri’ y ‘Paco Paco’ como guías. Los secuestrados estaban en una finca que el ganadero Obando había vendido a la central hidroeléctrica de Urrá y en donde la guerrilla había montado un campamento. “Nos metimos y sacamos a tres secuestradores, los llevamos a la orilla del río y los matamos”. En esa operación las ejecuciones las hicieron unos muchachos nuevos que había enviado Mancuso del Grupo de El Caramelo, y su jefe era conocido con el alias de ‘Cantinflas’.

‘El Pájaro’ también contó que el grupo de Mancuso secuestró a una persona, presuntamente de la guerrilla, y que había sido herida en un atentado y se encontraba convaleciente en el Hospital San Jerónimo de Montería.

Los paramilitares fueron hasta el centro médico en donde intentaron sobornar al policía que lo custodiaba, pero éste no aceptó. Sin embargo, el policía del segundo turno sí aceptó, con lo que sacaron al herido del hospital y se lo entregaron al grupo antisecuestro del ejército conocido como Unase, y aseguró que los militares lo desaparecieron.

La memoria de “El Pájaro” le permite recordar hechos ocurridos aproximadamente hace veinte años, cuando era soldado profesional y patrullaba en Urabá. En esa época las casas en los pueblos estaban pintadas y decían: “Fuera general Clavijo y Fidel Castaño”.

‘El Pájaro’, que había prestado el servicio en el Batallón Cacique Coyará mencionó a varios militares de la Brigada como patrocinadores de los grupos paramilitares que comenzaban a crecer. Por un lado, hacia Valencia, los hermanos Castaño, y hacia Tierralta los grupos de Mancuso y Disney Negrete. Uno de esos señalados por el ex paramilitar en su versión fue el general Clavijo del Batallón Junín.

En Tierralta, dice, El Pájaro, los homicidios presuntamente se realizaban en coordinación con el Coronel Lasso, quién también ha sido mencionado por el paramilitar conocido con el alias de ‘El Chuzo’. (ver artículo “El Guardaespaldas de Mancuso”).

Para ‘El Pájaro’ era tan estrecha la relación del oficial que se reunía con ellos en la finca de Rubén Obando a tomar whisky en tiempos de elecciones.

Lasso – relata el paramilitar- se descamisaba, se quitaba el uniforme y se la daba a Obando, al tiempo que le decía: “La ley está seca Rubén, pero yo la mojo”.

Según el testimonio del desmovilizado, otro militar amigo de Obando fue el coronel Leonardo Ortiz Chavarro, quien fue subdirector del Inpec y en esa época era Comandante de la brigada XI de Montería. Incluso, según Fontalvo, el ganadero le regaló unos novillos al coronel una vez que se reunieron en la finca Las Brisas.

Ese día el coronel se emborrachó y cuando lo llevaban de regreso iba a pegarle a ‘El Pájaro’, pero lograron controlar la situación. Y cuando les quitaban las armas en los retenes, Obando llamaba a quien estuviera de comandante de la Brigada o de los batallones Junín y Coyará para que se las devolvieran.

Una razón del coronel Ortíz
‘El Pájaro’ denunció que antes de presentarse a ésta última versión libre ante justicia y paz realizada entre el 17 y 20 de febrero, el coronel Leonardo Ortíz supuestamente le mandó una razón con el director de la cárcel de Urrá para que no lo mencionara.

El ex paramilitar agregó que el mismo director de la cárcel le ofreció meterlo a trabajar en la cocina, donde les pagan el mínimo por su trabajo, a cambio de su silencio.

En su versión libre también señaló a otros oficiales que presuntamente apoyaban a los grupos paramilitares como el capitán Ramírez Ramírez, un tolimense que fue comandante de la base de Tierralta y prestaba apoyo en el transporte hasta la finca de Rubén Obando, donde guardaban las armas.

Además dijo que alias ‘Memín’ cuando realizaba algún crimen se refugiaba en la misma base militar.

Entre los oficiales de la Fuerza Pública que mencionó también se encuentran el teniente Otálvaro de la Policía, y el mayor López, del Batallón 33, cuando estaba en construcción la represa de Urrá, de este último dijo que fue testigo de varias reuniones que sostuvo con alias ‘Rodrigo’, conocido también como ‘Doble Cero’.

Parapolítica 
‘El Pájaro’ también agitó el ambiente político en Córdoba y Tierralta con sus declaraciones. Se refirió al actual alcalde Aníbal Ortiz como aliado de los paramilitares. El desmovilizado señaló que Ortiz, en el año 1995, aspiró a la alcaldía de Tierralta con el apoyo de Obando y de Mancuso.

El ex paramilitar contó que el entonces alcalde, Edison Salcedo, apoyó la aspiración de Marciano Argel, pero que Obando se dedicó a comprar votos y terminaron matando a Salcedo por apoyar a Argel, quien resultaría elegido a pesar de no contar con el apoyo de los paramilitares.

Fue una derrota para Mancuso en su territorio. Para asesinar a Salcedo se celebraron varias reuniones en las que participaron ‘El Cable’, ‘Cara e viejo’, Héctor Acosta, Humberto Santos Negrete(firmante del pacto de Ralito), Mancuso y José Atencia(informante de Mancuso), muerto después por orden de ‘El Mono’.

“En la primera reunión no estuve, porque don Rubén me dijo que no participara en esa vuelta porque él no quería que me calentara en el pueblo y le pidió a Mancuso que trajera gente de “Los Tangueros”. Pero, hubo una segunda reunión para coordinar el asesinato de Salcedo en la que según “El Pájaro”, participaron Pablo Triana, Aníbal Ortiz, Rubén Obando, Humberto Santos Negrete,Mancuso, ‘El Cable’, Lino Arias(mano derecha de Mancuso) y ‘El Pájaro’.

Ante estas declaraciones y por referirse a terceros, en particular al actual alcalde de Tierralta, Aníbal Ortiz, el fiscal Francisco Alvarez le pidió que se ratificara bajo la gravedad de juramento.

Un segundo homicidio de carácter político fue el del Registrador del Estado Civil de Valencia y excontralor de Tierralta, Orlando José Muñoz Martínez, cuyo paradero se desconoce.

Los primeros días del Bloque Norte
Hernando de Jesús Fontalvo permaneció siete años en las autodefensas. La primera etapa y mayor parte del tiempo fue con el grupo de Mancuso en Tierralta. Cuando ya se había consolidado el proyecto en Córdoba, Mancuso mandó a ‘El Pájaro’ al Cesar para montar el capítulo de las autodefensas de Valledupar, donde permaneció poco tiempo porque cayó canjeado a cambio de la libertad de Mancuso en junio de 1997.

Sin embargo, recuerda que entre los hechos ocurridos en el poco tiempo que estuvo, presuntamente recibieron la colaboración de Hernando Molina Aráujo en ese año, cuando Molina se desempeñaba como secretario de Hacienda del municipio de Valledeupar. La colaboración del exgobernador e hijo de la periodista y exministra Consuelo Araújo Noguera, secuestrada y asesinada por las Farc, consistía en prestar una camioneta Mazda gris. En las acciones participaban Jota, que siempre conducía la camioneta y también René Ríos, Lino Arias Paternina, alias 36, que era de confianza de Mancuso y los urbanos en Valledeupar eran ‘Camilo’, ‘Caraevieja’, ‘Brayan’, ‘El Guacharaco’ y ‘El Pájaro’.

El encargado de coordinar con las autoridades en Valledupar era “Jota”, actualmente preso en la cárcel Modelo en Bogotá. Antes de caer preso participó en varios homicidios y vivían en una casa en el exclusivo barrio Novalito al parecer de propiedad de Jorge Gneco, aliado y amigo de las autodefensas, pero muerto después a mano de Mancuso y de Jorge 40 porque al parecer colaboraba también con la guerrilla.

A la vuelta vivía Rodrigo Tovar Pupo, quien después se convertiría en el comandante del Bloque Norte. Dijo que cuando llegaron al Cesar, Mancuso se reunió con Mauricio Pimiento, quien para ese entonces era el gobernador del departamento elegido por el Partido Liberal y ‘El Pájaro’ andaba en una Dodge Ram que le había prestado Jorge Gneco a Mancuso. En esa época Rodrigo Tovar era conoció como ‘El Papa’ por sus amigos. La reunión de Mancuso y Pimiento presuntamente duró dos horas.

Los primeros muertos que hubo en Valledeupar a mano del naciente grupo de paramilitares, fueron cometidos por alias ‘El Pájaro’, quien dice haber sido el primer urbano en la capital del Cesar .

Al reanudarse la sesión del jueves 19 de febrero en horas de la tarde, se hizo presente el hermano de un vendedor de bolis que fue asesinado en Tierralta por encontrarse en el lugar equivocado. La audiencia fue transmitida en directo. El vendedor de bolis, dijo ‘El Pájaro’, fue degollado por Memín, quien además le cortó los dedos de las manos y los pies. Se llamaba Remberto Lara Ruiz y había llegado a una finca donde habitualmente iba a vender refrescos y lo mataron para que no hablara por lo que había visto.

El hermano del vendedor de bolis, le dice a ‘El Pájaro’ que lo perdona, pero quería decirle que desde la muerte de su hermano han vivido con miedo. Que son una familia de campesinos que se dedican a la pesca y demoraron en llegar a la audiencia porque estaban en una ciénaga pescando. ‘El Pájaro’ se conmovió y por primera vez en tres días de audiencia se le hizo un nudo en la garganta y sus ojos se enrojecieron. Fontalvo, agradecido con el perdón del hermano del vendedor de bolis, dijo: “Perdónenme, no tengan miedo de mí, yo estoy arrepentido y avergonzado de las cosas que viví en la guerra y prometo que si salgo en libertad no voy a salir con ese corazón negro. Hicimos cosas malas, pero estamos aquí para decir que no tengan miedo”.

A la familia del vendedor de bolis lo único que les queda es una foto que la madre le tomó en el ataúd el día del entierro.

Será trabajo de la unidad de Justicia y Paz verificar cada detalle de la confesión de este paramilitar y de establecer la veracidad de las sindicaciones a políticos y militares.

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