Hijo de Hernán Giraldo aseguró que compraba armas a militares

      
Ante Justicia y Paz, Daniel Giraldo, alias ‘El Grillo’, dijo que le compraba armas a un teniente del ejército y a quien el grupo armado supuestamente le entregaba cadáveres para falsos positivos.
En breve: En versión libre ante la fiscalía novena de Justicia y Paz, el desmovilizado del Bloque Resistencia Tayrona, Daniel Giraldo Contreras, hijo de Hernán Giraldo Serna, conocido con los alias de ‘El Grillo’ o ‘Medina’, confesó que la agrupación armada irregular a la que perteneció tenía vínculos con miembros de la Quinta División del Ejército con sede en la ciudad de Santa Marta y que además de apoyo militar, las autodefensas obtenían material de intendencia así como también municiones y granadas.

Militares mencionados: Mencionó al teniente del ejército Leonardo Miranda Ortega y a un conductor de la misma guarnición militar de apellido Almanza.

Paramilitares mencionados: Norberto alias ‘Beto’ Quiroga

‘El Grillo’, en el centro de blanco con rayas, fue capturado por las autoridades en Tolima. Foto CTI.

Alias ‘El Grillo’ rindió versión libre sobre en Barranquilla y allí relató cómo los paramilitares de la Sierra Nevada contaron con la supuesta complicidad de varios miembros de la Fuerza Pública en Magdalena. Este paramilitar habla diariamente con su padre Hernán Giraldo, extraditado en abril de 2008, a quien le consulta las decisiones que toma y su padre le dijo que se acogiera a Justicia y Paz y contara todo lo que sabe sobre los nexos de las Auc con las autoridades y políticos.

En esta, su primera versión ante justicia y paz, reconoció haber participado en unos veinte homicidios, en el desplazamiento forzado de los campesinos de la Sierra Nevada de Santa Marta en noviembre de 2001 provocado por el enfrentamiento entre el Bloque Norte de Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, y el Frente Resistencia Tayrona, en la desaparición de personas a las que el grupo asesinaba y sepultaba. También reconoció que antes de la desmovilización abrieron las tumbas e incineraron  los huesos y cuerpos de sus víctimas para que no quedaran rastros de los hechos, orden que dio el denominado “Estado Mayor” de las autodefensas.

Daniel Giraldo creció a la par de su padre, el extraditado jefe paramilitar Hernán Giraldo alias ‘el Patrón’, fue comandante en la Quebrada del Sol y en Don Diego, y en 2004, fue nombrado jefe militar del Frente cuando uno de sus comandantes, Norberto ‘Beto’ Quiroga, conocido con el alias de 5.5, se recuperaba de una enfermedad. ‘El Grillo’ también fue comandante de seguridad de su padre. Fue capturado en Falan, Tolima, el pasado 19 de enero, por el delito de concierto para delinquir y aunque los términos en la justicia ordinaria están vencidos y podría recuperar la libertad, su padre le aconsejó que permaneciera en justicia y paz.

El ex paramilitar contó en su versión de dos días ante la Fiscal Novena de Justicia y Paz, Zeneida López Cuadrado, los supuestos nexos que el grupo sostuvo con el teniente del ejército Leonardo Miranda Ortega, a quien conoció en Guachaca un día que se lo presentó Luis Edgar Medina Flórez, alias ‘Chaparro’. Según el desmovilizado, el día que lo conoció Medina Flórez  le regaló al teniente una pistola en acero inoxidable con tres proveedores.

También agregó que quien tenía una relación de apoyo militar con el oficial era jefe militar del Resistencia Tayrona que controlaba la región de San Pedro de la Sierra y uno de los miembros del grupo de mayor confianza de Hernán Giraldo. Las autodefensas supuestamente le entregaban al teniente Miranda personas a quienes ellos daban de baja y el teniente presuntamente los presentaba como dados de baja en combate y gracias a esa ‘efectividad’ en la lucha antisubversiva el oficial fue condecorado. ‘Beto’ Quiroga se los entregaba con camuflado y brazaletes de la guerrilla.

Los paramilitares, según la versión de ‘El Grillo’ le entregaban al militar armas inservibles, que aparentemente eran incautadas a los grupos armados irregulares, tanto guerrilleros como paramilitares, y después éstas eran presentadas por el ejército como recuperadas en la lucha contraguerrillera.

El desmovilizado dijo que el trato que ‘Beto Quiroga’ supuestamente tenía con el teniente contemplaba la entrega de gente y armamento malo y a cambio el teniente le entregaba granadas de mano y munición. Según el relato del desmovilizado en una ocasión el mismo ingresó a la Escuela Militar José María Córdoba en Bogotá, en compañía del teniente y compraron uniformes, material de intendencia, chapusas, chalecos, camuflados y botas de uso exclusivo de las fuerzas armadas.

Después de la compra, Giraldo le preguntó qué cómo hacían para pasarlo por el aeropuerto sin contratiempos. Entonces, según la versión del paramilitar, el teniente le dijo que él se lo enviaba a un conductor del Batallón José María Córdova adscrito a la Segunda Brigada del Ejército y éste se encargaría de entregarlo a ‘Beto’ Quiroga. “El teniente nos decía que lo que necesitáramos, que él estaba a la orden. Llegaron a tal grado de confianza, que el teniente en una ocasión lo invitó a una fiesta de graduación de cadetes”, dijo el paramilitar en un aparte de la versión libre.

Pero si con el teniente las cosas funcionaban, con Almanza el conductor del ‘camión blanco’ del batallón también eran oportunas y convenientes para el grupo armado. Gracias a esa relación, alias ‘Beto’ Quiroga se movilizaba camuflado por el departamento como miembro del ejército. Pasaba de una zona a otra sin ningún riesgo de ser capturado. Dijo ‘El Grillo’, que ellos llegaban a San Pedro de la Sierra, corregimiento de Ciénaga, y a otras poblaciones, se encontraban con el teniente y no les decía nada. El teniente comandaba, según ‘El Grillo’ un ‘Escuadrón de la Muerte’ que habría operado entre los años 2000 y 2005 en el departamento de Magdalena. Y le pusieron así por los falsos positivos que daban con gran regularidad. El teniente Miranda comandaba al parecer una unidad antinarcóticos que patrullaba la Sierra Nevada y gracias a los resultados fue condecorado y ascendido. Almanza se encuentra hoy como jefe de patio en la Cárcel de El Bosque de Barranquilla y tenía muy buenas relaciones con la alta oficialidad del Batallón Córdova con sede en Santa Marta.

La fiscal le pregunta si tuvo conocimiento de otras acciones en las que el grupo hubiera sido apoyado por la fuerza pública. Daniel Giraldo recordó que en una ocasión en que la guerrilla atentó contra Hernán Giraldo en el año 2000, Jairo Musso coordinó el apoyo de la fuerza aérea de la Base del Atlántico. Él avión fantasma, dice, nos ayudó, teníamos comunicación por radio con ellos y les dimos la posición de la guerrilla y el avión hizo dos o tres bombardeos, eso fue el 15 de febrero de 2000’.

Las guerras en la Sierra

Daniel Giraldo Contreras tenía cuatro años cuando murió su madre. Desdeentonces, 1986,  recuerda que no se despegaba su padre, Hernán Giraldo Serna, el jefe de uno de los grupos de autodefensa más antiguos del país. Como el muchachito no dejaba de llorar, su padre lo llevaba para donde fuera montado en la grupa del caballo. Recorrió en su infancia toda la Sierra Nevada y a los catorce años el ex jefe paramilitar le regaló su primer fusil, pero ya había tenido armas cortas.

Daniel Giraldo comenzó a portar armas desde los 14 años y se cree, por lo que el mismo Hernán Giraldo y sus hombres han contado, que es uno de los 38 hijos que el jefe paramilitar tuvo durante 40 años de control de la Sierra Nevada. Sus hermanos mayores son Alberto, Amparo y alias Rambo, con quienes se encuentra distanciado porque se apoderaron del ganado de su padre y lo vendieron. También porque se aliaron con la banda de ‘Los paisas’ y Daniel se alió con los ‘urabeños’ de alias Don Mario y terminó expulsándolos.

Pero durante los casi quince años que militó en el grupo armado fue testigo de varias guerras, entre otras con la banda del ‘Negro Adán’ Rojas. Con estos se enfrentaron a finales de 1999 por el asesinato de Emérito Rueda, un amigo de Hernán Giraldo, a quien los Rojas asesinaron en un hecho confuso, pues los Rojas han dicho que ellos salieron a la Troncal a robarse una Toyota, la primera que apareciera y cuando bloquearon la vía  se encontraron el señor Rueda que iba armado y en el intercambio de disparos lo mataron.

Ese asesinato provocó el enfrentamiento entre los hombres de Giraldo y la banda de los Rojas a finales de 1999, a pesar de que existía una amistad entre los jefes y se habían dividido el control de la Sierra. Pero a Giraldo le ponían quejas permanentes de los Rojas, quienes abusaban de su poder. Después de varios días de combate los Rojas fueron expulsados y un grupo de 20 hombres armados se pasaron para el grupo de Giraldo, entre otros Eduardo Vengoechea Mola, alias ‘El Flaco’ y Eliseo Cadena.

El enfrentamiento entre Rojas y Giraldo ocurrió después de la fuga de Adán Rojas de la cárcel. Cuando llegó a la base le dio la orden a alias ‘Caleño’ y al ‘Cabo’ de la Pava, un miembro activo del Ejército, que salieran a la carretera y se robaran una Toyota de estacas, que se fueran por los lados de la Drummond, pero salieron a la carretera por Calabazo. En el enfrentamiento fue asesinado el cabo De la Pava, a quien los Rojas recogieron y arrojaron en la orilla de la carretera frente al Sena para que lo recogieran y no fueran a relacionar un caso con el otro. De la Pava fue sepultado con honores.

Dos años después, los Rojas se unirían a Carlos Castaño, Salvatore Mancuso y Jorge 40, que le declararon la guerra a Giraldo cuando éste se negó a unificar sus fuerzas con las del Bloque Norte, derrotándolo y quitándole el mando militar y el 60 por ciento de los ingresos que obtenía hasta entonces las conocidas Autodefensas de Magdalena y Guajira, las mismas que después de la confrontación a comienzos de 2002 se llamarían Frente Resistencia Tayrona, subalterno al Bloque Norte.

De la guerra con la banda del ‘negro’ Adán Rojas, el grupo pasó a enfrentar una de las peores crisis por un error de Jairo Musso, conocido con el alias de ‘Pacho’, actualmente extraditado. Musso ordenó asesinar a tres agentes antinarcóticos en el restaurante ‘El ‘Pechiche’ en el que murieron Heriberto Cordero Guerrero, José Gregorio García Sanguino y Fabián Alexander Torralba Vásquez, así como los hermanos Edgar y José Orlando Lara García, dos turistas, y Teodoro de Jesús León Gravini.

Esta masacre, dijo, enojó mucho a Hernán Giraldo, pues, según sus palabras, dijo que lo que él había hecho en 20 años, lograr la convivencia entre las comunidades con las autoridades,  alias ‘Pacho’ Musso lo había dañado con las patas en una noche. ‘Después de eso, a partir del año 2001 había presencia permanente de antinarcóticos, tanto así que ‘el Guajiro’ subió para decirnos que nos moviéramos porque el ejército iba subiendo. Nos desplazamos de la vereda El Filo a La Estrella y de ahí hasta el cero de la piedra blanca, pero nos fuimos más arriba, a  Las Nubes y allá llegaron los helicópteros de antinarcóticos persiguiéndonos por la masacre de los tres agentes en El Pechiche’.

Después de la guerra con Los Rojas, Giraldo dijo que como comandante fue nombrado Walter Torres, a quien conocían también con el alias de ‘02’, y es recordado como uno de los más sanguinarios jefes que hayan conocido en la Sierra Nevada. En esa época, año 2000 y 2001, comenzó la práctica del desmembramiento de las víctimas. Según Giraldo, Beto Quiroga decía que era más fácil hacer un hueco pequeño. Los patrulleros recibían entrenamiento en una escuela en Machete Pelao que duraba tres meses, en la que les enseñaban cómo descuartizar, cómo tomar zonas, formas de patrullaje y qué hacer en caso de combates. A la escuela acudían los paramilitares uniformados con camisa y dril color caqui y morral azul. Al final del curso Castaño les entregaba un diploma firmados por Carlos Mauricio García, alias ‘Doble Cero’ o ‘Rodrigo’.

Después de la guerra con el Bloque Norte en el 2002, quedaron como comandantes Tolima, Monoleche y Walter Torres. Pero para firmar los términos de cómo funcionaría en adelante la organización, Rodrigo Tovar puso como condición para reunirse con Hernán Giraldo que enviaran a los comandantes Beto Quiroga, Tolima y Daniel Giraldo, como garantía de que respetarían su vida. Los dos primeros no aceptaron y en el caso de El Grillo Hernán Giraldo le dijo que decidiera él mismo, porque Beto y Tolima dijeron que no iban apara allá. “Yo le dije a Giraldo que si con eso se arreglaba el conflicto yo iba”, dijo en su versión ‘El Grillo’.

Giraldo estuvo en Santa Fe de Ralito durante un mes, mientras duraron las conversaciones entre Giraldo y Jorge 40 en las que acordaron un armisticio. Jorge 40 y Carlos Castaño le pedían a Hernán Giraldo que les entregara a Jairo Musso por la masacre de los tres agentes antinarcóticos en el restaurante ‘El Pechiche’, pero Giraldo no accedió a esa petición.

Se refirió a hechos que ya han sido mencionados por otros postulados, como el asesinato de Gentil Cruz, el representante de una ONG francesa que estaba comprando tierras al parecer para los indígenas, contrariando una orden de Hernán Giraldo en el sentido de que los campesinos no podían vender la tierra. El mismo Hernán Giraldo dio la orden al ‘Flaco’ Vengoechea Mola. Gentil Cruz tenía una parcela en la vereda El Orínoco. El mismo Daniel reconoció haber asesinado a un señor a quien conocían como ‘El Zarpazo’, porque estaba vendiendo sus tierras a los indígenas.

La justicia tendrá que investigar las sindicaciones de este ex paramilitar.