Desmovilizados renunciarían a Justicia y Paz por negativa de excarcelación

      
Tras la negativa a la solicitud de excarcelación de Aramis Machado, alias ‘Cabo Machado’, varios desmovilizados renunciarían a Justicia y Paz para volver a la justicia ordinaria.
 
Con el argumento de que el gobierno incumplió las condiciones con las que se comprometió luego de la desmovilización varios ex paras se retirarían del proceso de Justicia y Paz. Foto: Archivo Semana  

Por considerar que Aramis Machado Ortiz, alias ‘Cabo Machado’, no ha pagado la totalidad de la pena en prisión, los magistrados de Justicia y Paz negaron la solicitud de libertad que había presentado la defensa del ex paramilitar.

Esta decisión podría generar una renuncia colectiva de varios desmovilizados al proceso de Justicia y Paz, bajo el argumento de que el gobierno incumplió los compromisos que adquirió con los ex ‘paras’.

Estos desmovilizados consideran que la ley de Justicia y Paz, que ofrece rebajas de penas a cambio de la colaboración con la justicia y la reparación de las víctimas, no es clara, por eso prefieren ser juzgados por la justicia ordinaria y no arriesgarse a pasar más tiempo en la cárcel.

La situación del ‘Cabo Machado’ es la de muchos otros desmovilizados que ya estaban en la cárcel por cuenta de la justicia ordinaria y que se adhirieron a Justicia y Paz porque creyeron que recuperarían más rápido su libertad. Sin embargo, la realidad fue otra y por los trámites en la justicia especial y los vacíos jurídicos de la ley, terminaron pagando el doble del tiempo promedio que están purgando la mayoría de los desmovilizados.

Según la ley de Justicia y Paz, la pena dentro de este régimen especial absorbe las sentencias de la justicia ordinaria, razón por la que el desmovilizado normalmente terminaría pagando solo la pena alternativa que puede ser de máximo ocho años de cárcel.

Sin embargo, para algunos ex paramilitares como Machado Ortiz, que ya estaban presos en el momento de postularse como candidatos a ley de Justicia y Paz, la situación es distinta.

Machado Ortiz fue capturado en 1998 cuando delinquía con el Bloque Central Bolívar. Estando en la Cárcel Modelo de Cúcuta,  se convirtió en el vocero del paramilitarismo del Patio 16 y empezó a colaborar con los paramilitares del Frente Fronteras del Bloque Catatumbo comandado por Jorge Iván Laverde, alias ‘El Iguano’. En 2004 el ‘Cabo Machado’ se desmovilizó con este grupo paramilitar y dos años después se postuló a la ley de Justicia y Paz. Como para el 2006 Machado ya llevaba ocho años en prisión, pensó que al entrar a Justicia y Paz el régimen especial absorbería la pena anterior o por lo menos podría volver más rápido a la libertad.

En marzo de 2007, el Alto Comisionado para la Paz aceptó la postulación del ‘Cabo Machado’ a la ley, y luego del proceso judicial, fue condenado el 29 de junio de 2011 a seis años de prisión por los delitos de concierto para delinquir, fuga de presos y fabricación, tráfico y porte de armas de uso privativo de las fuerzas armadas.

Ante la falta de claridad de la ley sobre desde cuando se empezaría a descontar la pena, si desde la desmovilización, la aceptación oficial al proceso, o la entrada a prisión, la Corte Suprema de Justicia se pronunció sobre la materia y estableció como punto de partida la aceptación oficial del gobierno. (Lea artículo El enredo sobre la libertad de los ex paramilitares)

Así las cosas la pena del ‘Cabo Machado’ no empezó a contar desde 1998 cuando fue capturado, ni en 2004 cuando se desmovilizó, ni en 2006 cuando se postuló, sino desde marzo de 2007 cuando fue aceptado formalmente en el proceso de Justicia y Paz por parte del Alto Comisionado para la Paz. Según las cuentas ‘Cabo Machado’ quedaría libre en marzo de 2013.

Para la defensa de Machado Ortiz, esta situación no es justa si se tiene en cuenta que el desmovilizado presentó los papeles de su postulación en noviembre de 2006 y solo fue aceptado cinco meses después por demoras del gobierno. Con este argumento el abogado del desmovilizado esperaba que los magistrados de Justicia y paz contaran la pena desde la fecha en la que el postulado entregó los papeles y le otorgarán el beneficio de la libertad condicional.

“Yo llevo casi 15 años en prisión desde cuando me capturaron en el 98. Luego de recibir la condena en justicia ordinaria me sometí voluntariamente a Justicia y Paz en 2006. Si hubiéramos sabido que el tiempo de la condena de Justicia y Paz empezaría a contar desde la postulación formal a la ley, muchos hubiéramos preferido quedarnos en la justicia ordinaria”, aseguró Machado Ortiz.

Para la defensa “en este caso como en otros más, se está violando el derecho del debido proceso porque muchas veces los desmovilizados presentan sus papeles para postularse a le ley de Justicia y Paz y terminan siendo aceptados meses o años después, lo cual no es culpa de ellos sino de las autoridades competentes que se demoran en resolver la situación de los ex paramilitares”.

Para los representantes de la fiscalía y de la procuraduría, en estos casos no debería hablarse de una violación al debido proceso ya que la ley de Justicia y Paz ofrece beneficios bastante altos para los desmovilizados. “Debe entenderse que este es un proceso especial en el que el gobierno debe tomarse el tiempo suficiente para evaluar si los ex paras que se postulan a la ley cumplen con los requisitos básicos de no haber delinquido luego de la desmovilización y de tener la voluntad de colaborar con la verdad y la reparación de las víctimas”, aseguró el procurador delegado en el caso.

“Las demoras no sedan por capricho del gobierno. Es necesario revisar los requisitos para ver si los desmovilizados si están cumpliendo para que puedan acceder a las rebajas de penas. Dar más beneficios iría en contra del espíritu jurídico de la ley de Justicia y Paz”, agregó el representante de la Procuraduría.

¿Quién es el ‘Cabo Machado’?

   
Aramis Machado Ortiz alias ‘Cabo Machado’ delinquió primero con las autofedefensas del sur del Cesar y luego con el Bloque Catatumbo en Norte de Santander. Foto suministrada Fiscalía 
   

Aramis Machado llegó al grado de Cabo Primero del Batallón No 15 con sede en Ocaña, en Norte de Santander, y del Batallón No 14 de Contraguerrilla de Tunja, en Boyacá, hasta que en 1997 decidió dejar el Ejército para irse con Salvatore Mancuso quien llevó un grupo de paramilitares a Norte de Santander.

En versiones libres ante la Fiscalía 8 de Justicia y Paz, Machado dijo que ese año contactó con Luis Ramírez Hernández alias ‘Luis’ o ‘El Flaco’ debido a que la guerrilla amenazó a su familia.

‘Luis’ era jefe de las Autodefensas Unidas de Santander y Sur del Cesar, Ausac, el grupo paramilitar que delinquió en Santander, Cesar y Norte de Santander a cargo de Guillermo Cristancho Acosta alias ‘Camilo Morantes’, Juan Francisco Prada Márquez alias ‘Juancho Prada’ y Mario Zabala en Norte de Santander (Lea la nota: ‘Paras’ contaron cómo se crearon las Autodefensas del Sur del Cesar).

Desde entonces, Machado asumió el alias de ‘Cabo Machado’ y por su formación militar se convirtió en instructor de este grupo paramilitar. Luego, formó un grupo en Ocaña hasta cuando fue capturado por el delito de concierto para delinquir.

Mientras purgaba la condena, alias ‘Cabo Machado’ contactó en mayo de 1999 a Omar Yesid López Alarcón alias ‘Gustavo 18’, el segundo de alias ‘El Iguano’, el jefe del Frente Fronteras del Bloque Catatumbo.

Según contó en versión libre, alias ‘Gustavo 18’ lo nombró vocero del paramilitarismo del Patio 16 de la Cárcel Modelo de Cúcuta. “Ejerció una especie de militancia al interior del penal, en la que desplegó actos que lo llevaron a obtener un notorio reconocimiento como promotor de la ideología paramilitar, por lo que le fue posible encargarse de prestarle seguridad a los internos vinculados con la misma ideología, distribuir bienes y servicios remitidos por los comandantes del frente y traficar con armas y municiones”, señaló el fallo de Justicia y Paz.

Alias ‘Cabo Machado’ participó en la fuga de sus jefes alias ‘El Iguano’ y alias ‘Gustavo 18’, que fueron capturados el 16 de diciembre de 2010 por el CTI cuando les encontraron en los carros en que se movilizaban armas y equipos de comunicación.