Introducción

      

intro habanaEn medio de la campaña electoral y un año considerado decisivo para la paz, las conversaciones en la Habana avanzan a un ritmo inusitado o predecible, según quien lo mire, mientras el ruido de las balas en Colombia no cesa. Las partes, que sin duda representan dos visiones diametralmente opuestas del país y su largo conflicto armado, se levantan todos los días a poner sobre la mesa un discurso que les haga sentir a sus tropas (guerrilla y ejército), que sólo se está cediendo lo suficientemente necesario para conseguir la tan anhelada paz. Aquí en Cuba nadie está claudicando y por eso la diplomacia de micrófono que se han cuidado en tener algunos negociadores, se disipa entre las declaraciones del Ministerio de Defensa desde Bogotá y las de las Farc mismas, cuando la prensa los visita en sus atareados días.

Verdad Abierta entrevistó a seis delegados de la comisión negociadora de la guerrilla –compuesta por 30 miembros-, quienes respondieron sobre los temas más álgidos del proceso: víctimas, perdón, narcotráfico, participación política, violencia de género y reclutamiento de niños.

Cuatro plenipotenciarios (Andrés París, Marcos Calarcá, Rubén Zamora y Victoria Sandino), así como dos del comité técnico (Tomás Hojeda y Diana Grajales), concedieron largas entrevistas previas a la preparación del 19 ciclo de conversaciones, que actualmente trata el sustancial tema de los cultivos ilícitos y el narcotráfico. Todos tienen al menos 25 años de estar en las filas de las Farc, a excepción de Diana, quien es la más joven (27) y solo lleva nueve.

Con la experiencia de haber pasado por al menos uno de los intentos de diálogo anteriores (Caracas-1990, Tlaxcala-1992 Caguán-1998) –de este grupo los novatos son Tomás y Diana-, los días de los delegados en La Habana son intensos: descansan cuatro por cada 11 de trabajo.

paris“Reconozcan los derechos que tenemos como fuerza guerrillera e insurgente y reclámenos cumplir las normas; no le pueden exigir a una guerrilla que no ha sido reconocida en su beligerancia que acate la normatividad internacional”.

“Ahí mismo donde cobramos impuestos (a la droga) también hay policías, soldados, jueces y políticos del establecimiento, ellos cobran lo suyo”. Andrés París (Jesús Emilio Carvajalino)

Tienen poco espacio para la actividad física a la que estaban acostumbrados en las largas marchas en el monte y los sobresaltos del combate, pero aprovechan los espacios verdes para correr y jugar fútbol, en las inmediaciones de sus casas en el exclusivo sector del El Laguito, al occidente de La Habana que otrora servía como sede del Country Club y de techo a los hijos del dictador Fulgencio Batista. Las residencias están acondicionadas con lujos impensables para los guerrilleros unos meses atrás. “No me acostumbro a que me atiendan camareros, y me pongan manteles y decoraciones, ¿quién necesita eso en la selva?”, dice Diana Grajales, quien hace parte del Bloque Oriental o ‘Jorge Briceño’ del extinto Mono Jojoy e incluso estuvo a su lado durante el bombardeo en el que murió, lo cual testifica con una enorme herida de guerra en su brazo izquierdo. “Machetear, bolear pala, hacer trinchera, cargar pesado, estar en el combate, a eso estamos acostumbrados”, añade.

calarca“Nosotros nunca hemos hecho un plan para matar civiles, que vamos y hacemos una acción y mueren unos civiles, eso es otra cosa, eso ha pasado”.

“Si ponemos nuestro programa de organización político militar marxista, leninista, bolivariana, en la mesa, no vamos a lograr nada. Y eso debería entenderlo el gobierno, si trae su programa neoliberal, tampoco. Ellos tienen que ceder”. Marcos Calarcá (Luis Alberto Albán Burbano)

De sus casas se desplazan todos los días en una camioneta blanca -la misma en la que se movilizan para combinar nuestros encuentros en distintos hoteles de la ciudad-, hasta la sede del Hotel El Palco donde se llevan a cabo los diálogos con el gobierno colombiano. Les toma 10 minutos.  

Sus días transcurren entre el calor de la isla y jornadas de intensa lectura de documentos que comienzan a las 5 a.m. en sus comisiones de trabajo, ruedas de prensa que se coordinan entre 8:00 y 8:30 am, y reuniones decisivas con su contraparte hasta la 1:30 p.m. De verse la cara a diario durante más de unaño y medio, han aprendido a tratar al “adversario” con “igualdad equilibrio y humanidad, sin exabruptos temperamentales ni irrespetos”, confiesa Andrés París.

“Hay tensiones propias de dos concepciones enfrentadas en la mesa que continuarán incluso después de negociado el acuerdo, porque no vamos a llegar a negociar nuestra ideología, queremos cambiar las formas de lucha para lograr nuestros objetivos”, agrega.

zamora“Hay que hacer algo por las víctimas, hacer todo lo posible para que haya una reparación para subsanar el sufrimiento y eso no puede ser una declaración pública de una voluntad, no se trata de hacer lo que hizo Salvatore Mancuso”.

“A los narcos los consideramos enemigos políticos de las Farc, están financiando maquinarias militares, paramilitares y políticos corruptos”. Rubén Zamora (Emiro Ropero Suárez)

A esos encuentros llegan después de haber leído, según dicen, toda la prensa nacional y haber visto algunas cadenas informativas internacionales, aunque lo que más les agrada consumir es esa prensa alternativa que les hace eco y que según Marcos Calarcá, conocido como el ‘Canciller de las Farc’ “tiene una gran ética aunque ocupe un renglón muy pequeño”. “Los medios de las clases dominantes dicen muchas mentiras: que tenemos un acuerdo para frenar al uribismo, que nos movemos en Mercedes Benz y que por eso nos vamos a desmovilizar, sin contar que no nos bajan de arbitrarios, infames, bandidos, faltos de norte político, terroristas… los medios no contribuyen a un clima de paz”.

La crítica a esos “medios oligárquicos” atraviesa las declaraciones de todos, pues los culpan de haber construido una imagen errada de su lucha, al publicar, por ejemplo, los informes de la ONU y distintas ONG’s que dan cuenta sobre la violencia que ellos han ejercido contra la población civil. “Son versiones construidas por adversarios, enemigos militares, y miembros de inteligencia”, dice por su parte Andrés París.

Quizá por eso, aunque pocas veces queden contentos con las publicaciones, no dejan de atender a la prensa, sobre todo a la internacional. Es una vitrina a la que no tenían acceso desde el Caguán. En la agenda de las tardes en las que aprovechan para hacerse chequeos médicos, visitar sitios insignes de la revolución cubana sobre la que no ahorran adjetivos–“aquí me siento más cerca de un sueño”, dice Rubén Zamora- y recibir a familiares y conocidos que pueden llegar a la Habana, casi siempre hay una entrevista programada. Lo confirma el mismo París, quien ejerce oficialmente como jefe de prensa y ha gestionado casi 150 encuentros con colegas en el último año.

victoria“Estamos aquí por méritos, porque la organización así lo determinó, no porque seamos las primeras damas de X o Y camarada”.

“El gobierno pensó que ibamos a firmar nuestra rendición pero a lo largo de este año se bajaron de esa nube, saben que eso no es posible”. Victoria Sandino Palmeras (Judith Simanca Herrera)

La comisión de prensa y propaganda que encabeza, y en la que están todos a excepción de Calarcá y Zamora, persigue con detalle cada publicación y si conviene, la sube a una de sus páginas web que ya tiene versión en inglés (editada por Tania, la guerrillera holandesa) y una dedicada exclusivamente a mujeres. Diana, encargada de las redes sociales, recuerda que cuando se fue a la guerrilla hace nueve años, Internet costaba “mucho y era lento” (una paradoja siendo la realidad actual de la Habana), y por eso es nuevo todo lo que ha tenido que aprender: edición online, diseño de imagen, seguridad informática y otras reglas del ciberespacio.

“Uno sabe que la gente desde Colombia no le da ‘Me gusta’ a una página nuestra, no la comparte, porque está la estigmatización, y en Colombia basta solo decir: ese es como rojo, izquierdoso, tiene pinta de rojito, vinotinto, te persiguen, te matan… uno sabe que la gente siempre tendrá temor y los campesinos no tienen acceso a la red, pero en las estadísticas nos va bien”. En su página de Facebook, Delegación de paz Farc EP somos todos, los Likes superan los 3 mil mientras en Twitter, los seguidores casi llegan a 7 mil.

Otra de las tareas de esta comisión es relacionarse con las organizaciones sociales, que según el último informe conjunto han enviado a la mesa 500 propuestas para el tema de reforma agraria, 400 para el de garantías políticas, y 250 en lo referente a cultivos ilícitos. Para ellos ahí está la prueba de que “meterle pueblo al proceso”, está dando resultado y por eso responden a peticiones de “cualquier institución para realizar videoconferencias, chats, foros y todo lo que nos pidan”, cuenta Victoria Sandino.

La mayoría de los delegados prefiere no hablar de su familia aunque la misma Sandino asegura que desde que se hicieron públicos, “ha venido una campaña de persecución a los familiares, presionándolos para que entreguen a los combatientes, hay capturas, gente echada del trabajo”. Zamora por su parte dice que toda su familia vive hoy en el exilio, y que desde que se alzó en armas en los 80’s el Ejército le ha matado, primos, tíos, y hermanos.

tomas1“Aquí estamos en la superación del conflicto pero allá (en la selva) estamos en conflicto permanente”.

“En las Farc se permiten las relaciones de pareja, sin ninguna dificultad, a veces las tareas las complican un poco”. Tomás Hojeda. 45 años, 30 de militancia en las Farc, antioqueño. Segundo al mando del Bloque Iván Ríos en Antioquia

En esa década sosiega fuerzas de la extrema derecha asesinaron a más de tres mil militantes de la Unión Patriótica, el movimiento político que surgió en 1985 de una tregua entre las Farc y el gobierno de Belisario Betancur. Por unos años, mientras la UP crecía, las Farc siguieron en armas, y el Partido Comunista, al que pertenecieron varios de los entrevistados, tenía injerencia en las decisiones de esta guerrilla. Esto puso a los militantes civiles en la mira de la contrainsurgencia irregular. Fue la guerra sucia en su contra la que hizo devolver a muchos de los actuales jefes guerrilleros a la guerra. Con estas realidades como telón de fondo y a poco de cumplir 50 años de existencia (27 de mayo), las Farc mantienen en la Habana un discurso marxista y sectario, justificando sus acciones, insistiendo en su  “condición de víctimas” y con una exigencia permanente a pasar revista a las acciones del Estado y de casi cada batallón de las fuerzas militares, antes de reconocer las suyas en la comisión de tanta violencia.

Y así y todo con la dureza de sus respuestas, y el espinoso camino que se viene para el reconocimiento de las víctimas y su reparación, Calarcá plantea tres condiciones nuevas que dan un aliento esperanzador: “es la primera vez que hay una organización social antes de un proceso, los paros nos demuestran que la gente está peleando por sus derechos; la comunidad internacional nos rodea en otro aire de democracia; y por fin hay sectores del establecimiento que saben que la paz es necesaria, y que entienden que se puede desarrollar el capitalismo a partir de que haya paz. Ahí tenemos diferencias de cómo va a ser esa paz, pero partimos de que la guerra no es lo conveniente”.

Si será firmada o no antes de diciembre, como prometió el presidente Juan Manuel Santos en una entrevista concedida al diario El Paísde España, es algo que muchos analistas dudan. Por ahora, en este reportaje las Farc desnudan lo que consideran su verdad.