Despojo mediante carta-ventas forzadas

      

Orlando Mesa Melo alias ‘Diego’, paramilitar del Bloque Centauros de las Auc, despojó miles hectáreas en Hato Corozal y Paz de Ariporo, Casanare y ahora sus familiares viven en algunas de las fincas quedespojaron.

Orlando Mesa Melo alias ‘Diego’, paramilitar del Bloque Centauros de las Auc, despojó miles hectáreas en Hato Corozal y Paz de Ariporo, Casanare y ahora sus familiares viven en algunas de las fincas que despojaron.

¿cómo fue el despojo?

¿Quién se quedó con la tierra?

La restitución

¿Cómo fue el despojo?

El señor Gutiérrez* lleva una carpeta siembre bajo el brazo. Lleva allí las pruebas de que una hacienda en la vereda La Chapa, en el municipio de Hato Corozal, es suya, de su esposa y de sus tres hijos. “Se sale de la mente humana lo que me a mí me hicieron. Todavía hay mucho miedo en la región… La gente tiene miedo no solamente de que se le salgan las lágrimas sino el alma”, dijo.

La vida apacible que llevaba con su familia cambió en 2001 cuando unos hombres llegaron a su vereda y lo amenazaron de muerte. “Esto es de nosotros. Al h.p. del propietario lo queremos muerto”, le dijeron al administrador de su finca. Eran 500 paramilitares del Bloque Centauros de las Auc que llegaron a la región e instalaron dos bases en la zona.

Su hacienda tenía entre 700 y 900 hectáreas en las que pastaban 500 reses. Vivían del arroz y los lácteos y la carne del ganado. En 1994 le solicitó al Instituto Colombiano de Reforma Agraria, Incora, que les titularan estas tierras baldías que explotaban de los años 80. El gobierno les informó que los visitaría en octubre de 1996 pero les incumplió y el proceso quedó ahí. (Ver documento)

Ante la amenaza de ese 10 de agosto de 2001, ellos y otras 17 familias de Hato Corozal y del vecino municipio de Paz de Ariporo abandonaron sus fincas. El 25 de agosto los paramilitares citaron a su esposa y le dijeron que tenía que entregarles todo. Tres días después le hicieron firmar un documento donde la forzaban a darles 300 vacas por 30 millones de pesos.

Desplazados en Villavicencio y desesperados por saber la suerte de su hacienda, Gutiérrez viajó hasta el Magdalena Medio en busca de Carlos Castaño o deIván Roberto Duque alias ‘Ernesto Báez’, los jefes paramilitares y voceros de las Auc. “La reunión fue en los alrededores de Puerto Boyacá, pero Báez no pudo darme respuesta. Me dijo que eso lo habían cometido ‘ruedas sueltas’ de la organización en los Llanos Orientales”, dijo.

Un año después, los paramilitares buscaron a la familia Gutiérrez en Villavicencio y les dijeron que tenían que concretar la entrega de la finca. El supuesto pago fueron 50 terneros que le enviaban de su propia finca y 15 millones de pesos, un precio irrisorio para una hacienda de más de 700 hectáreas y 500 reses.

“En Casanare esto fue generalizado. La fórmula mágica que utilizaron, fue amedrentar, generar zozobra, matarnos de a dos o tres vecinos, a un familiar, o quitarnos un hijo para la guerra, mostrar la violencia en el poder. De esa manera fue como nos sacaron corriendo de la región”, contó Gutiérrez.

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¿Quién se quedó con la tierra?

Por lo menos 17 familias de Hato Corozal y Paz de Ariporo señalaron como responsable de estos despojos a Orlando Mesa Melo alias ‘Diego’, un paramilitar del Bloque Centauros que manejaba los dineros de este grupo de las Auc en el norte del Casanare.

A diferencia de lo que hicieron otros grupos paramilitares, alias ‘Diego’ no registró fraudulentamente en notarías las tierras que despojó, si no que forzó a sus víctimas a firmar ‘cartas-ventas’. ‘Diego’ puso a sus amigos y familiares de testaferros suyos.

En el caso de la hacienda de Gutiérrez, las víctimas señalaron a Ángel Porfirio Carrero Dávila como la persona que se quedó con las primeras 300 reses que el grupo paramilitar les robó (Ver constancia del sello del ganado). Carrero aparece en un listado oficial como desmovilizado del Bloque Centauros.

La finca quedó en manos de Yuraima Niño Salcedo y Enrique Luengas. Niño Salcedo es familiar de Diana Bastillas Salcedo, la entonces esposa de alias ‘Diego’. “Ellos (los paramilitares) no tuvieron que acudir a notaría a que les hicieran eso (titularse predios). Fue más fácil: le entregaron todo a Diana, a Yuraima, que era familiares del comandante”, dijo un campesino de la región.  VerdadAbierta.com intentó verificar esta información y contactar a Salcedo y Luengas pero no fue posible.

Desde 2001 la familia no ha podido regresar a sus tierras porque están ocupadas por familiares de alias ‘Diego’. “Ni un día ni una noche. No hemos vuelto. Vamos de pasada, miramos, observamos, pero de quedarnos una noche allá, no”, respondió una de las víctimas.

La familia cree que los paramilitares les despojaron la hacienda porque queda en un sitio que la hace valiosa. Le pasan el río Ariporo que es navegable y la carretera que comunica a Paz de Ariporo con La Chapa. Además, el aeropuerto queda a pocos metros.

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La restitución  

El señor Gutiérrez insiste en que el gobierno debe restituirles las tierras y titulárselas, tal cual como lo ha venido solicitando desde 1994 sin éxito. Después de 14 años de espera, cuando creía que la titulación era una realidad, el 28 de noviembre de 2008 el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder, profirió una resolución negándole la adjudicación.

En la resolución, el Incoder argumentó que la familia no podía ser beneficiaria pues era dueña de otro predio rural. La norma prohíbe que personas dueñas de tierra sean beneficiarios de adjudicaciones del Incoder. Gutiérrez apeló la decisión probando que eso no era cierto y que el otro predio que él tenía y al que Incoder se refería se hacía referencia lo había vendido hacía 15 años. El 23 de noviembre de 2009 el Incoder respondió a favor de las víctimas, revocando la decisión anterior, y solicitando un plano del predio para titularles (Ver documento). Todavía siguen esperando los títulos.

La familia ha recurrido a todas las instancias oficiales sin respuesta. Se registraron como víctimas en Justicia y Paz, pero alias ‘Diego’ no está postulado a este proceso y por eso ningún desmovilizado va a confesar los despojos en el norte de Casanare. El señor Gutiérrez tiene además decenas de documentos en los que denuncia su tragedia y en los que funcionarios del municipio certifican que ellos eran los dueños originarios de la tierra y el ganado de esa hacienda.

“Hemos sido blanco número uno de todas las arremetidas de la guerra, llámese la guerra de los años 50 de las Farc; llámese la guerra de los años 90 del paramilitarismo. En ninguno de esos casos hemos visto la intervención eficaz y oportuna del Estado colombiano para favorecer nuestros bienes, nuestra vida y nuestra honra… Nosotros solamente le pedimos al Estado que nos devuelva las tierras”, dijo el campesino.

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