Ataque a policías sería por el control de ‘La Finca’

      
Tres uniformados perdieron la vida en un ataque armado en una zona estratégica para el negocio del tráfico de drogas y el contrabando.

Jhon Jairo Jácome Ramírez
@jhonjacome

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El 4 de abril de 2015 será una fecha que difícilmente olvidarán en la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc). Ese día, minutos antes de las 11 de la mañana, esa institución sufrió uno de los más duros ataques en contra de sus hombres en la historia reciente de la ciudad. Sobre la vía que comunica al corregimiento de Banco de Arena, zona rural de Cúcuta, con la vereda Vigilancia, fue activada una carga explosiva al paso de una camioneta en la que viajaba un grupo de policías, dejando como saldo trágico tres uniformados muertos y un oficial herido.

Se trata del intendente Hemel Jesús Collantes Gereda y los patrulleros Guillermo León Ulloa Ruiz y Manuel Alirio Silva Rodríguez, quienes murieron en el hecho. Resultó herido el capitán Carlos Augusto Sánchez.

La misión de los uniformados era visitar a un grupo de hombres adscrito al Escuadrón Móvil de Carabineros y Seguridad Rural, que permanece apostado en la zona adelantando operativos contra el contrabando y las bandas criminales que hacen presencia en el sector.

Horas después del ataque, y con la presencia del director de la PolicíaNacional en la zona, general Rodolfo Palomino, el comandante de la Mecuc, coronel Jaime Barrera, manifestó que, si bien no se tenía certeza sobre quiénes serían los responsables del ataque, no se descartaba ninguna hipótesis y sostuvo que existía la posibilidad de que este ataque contra sus hombres fuera producto de “una alianza entre las bandas criminales de ‘Los Úsuga’ y ‘Los Rastrojos’, con guerrilleros del Eln”.

Pese a que se ofreció una recompensa de 70 millones de pesos para quienes brinden información que pueda llevar a la captura de los responsables de este hecho, aún no se registran capturas.

¿Qué importancia tiene esta zona?
La pregunta que surge después del ataque es: ¿qué importancia tiene para las bandas criminales la zona comprendida entre Banco de Arena y Vigilancia, fronteriza con Venezuela? La respuesta esconde una posible alianza entre bandas criminales y guerrilleros por un negocio en común: la coca.

El sector en el que la Policía fue atacada hace parte de una vasta zona conocida entre las autoridades como ‘La Finca’. Este corredor estratégico va desde la redoma de El Salado (barrio periférico de Cúcuta, ubicado junto a la cárcel) hasta el municipio de Puerto Santander, pasando por los corregimientos de San Faustino y Guaramito. Este eje ha estado en disputa entre las bandas criminales desde mediados de 2012.

“En esta zona hemos asestado los más duros golpes al narcotráfico de los últimos tiempos. Por este sector, clave por la cercanía que tiene con la frontera venezolana, existe gran cantidad de cristalizaderos de pasta base de coca y es allí donde se está produciendo clorhidrato de cocaína de altísima pureza que luego es comercializado en Cúcuta o exportado hacia otros países usando a Venezuela como puente hacia Europa o Norteamérica”, declaró a VerdadAbierta.com una fuente de la Policía Antinarcóticos que adelanta operativos en la zona.

El uniformado agregó que la presencia de cristalizaderos en el sector es alta “por lo fácil que les resulta ingresar los insumos necesarios para el procesamiento de la cocaína, aprovechando la frontera”. Además, enfatizó, que esta zona es boscosa, semimontañosa y quebrada, lo que les permite esconderse con facilidad y, ante la posibilidad de un operativo policial en su contra, huir en cuestión de minutos hacia territorio venezolano.

¿Alianza macabra?
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Si bien ‘La Finca’ ha sido desde hace años un territorio afectado por la actividad criminal, representada por el negocio de la droga y las extorsiones a los contrabandistas que por este sector ingresan mercancías traídas desde Venezuela, lo que preocupa con el último ataque es la posibilidad de que estos grupos criminales, llámense ‘Clan Úsuga’ o ‘Los Rastrojos’, estén haciendo alianzas con guerrilleros del Eln que se esconden en el sector por la cercanía con la frontera venezolana.

Una alianza entre bandas criminales-guerrilla vaticina un escenario de terror para Cúcuta. No solo porque su capacidad bélica en contra de las autoridades aumentaría de manera considerable, sino porque afianzaría un cúmulo de actividades criminales que desde hace años se ha querido erradicar de este importante corredor fronterizo.

Que las autoridades hablen de una unión entre guerrilleros y ‘Úsugas’ o ‘Rastrojos’, otrora enemigos acérrimos, muestra la degradación del conflicto en la zona de frontera, donde el negocio del narcotráfico y lo lucrativo de las extorsiones a los contrabandistas logran poner en el olvido los ideales de lucha que dieron origen a los grupos guerrilleros y trazan en el horizonte una sed insaciable de riqueza a cualquier costo, pilar sobre el que se fundaron las bandas criminales.