La universidad en Ocaña se metió en el posconflicto

      
Los estudiantes del programa de Ciencias Agrarias y del Ambiente de la universidad Francisco de Paula Santander visualizan su futuro profesional en el postconflicto que se podría dar en una zona con mucho insumo para su carrera, el Catatumbo.

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Desde los diferentes estamentos de la universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, se ha entendido el papel fundamental que tendrán que jugar en el posconflicto. Desde el 2013, la institución de educación superior, que reúne unos 7.000 estudiantes en su mayoría de los estratos 1 y 2 procedentes de por lo menos 28 departamentos del país, empezó a socializar el tema de la paz en todos los estamentos.

Edgar Sánchez Ortiz, rector del Alma Mater, aseguró que tiene una responsabilidad histórica por lo que se trabaja “desde el ofrecimiento de nuevos planes de estudio, pasando por la construcción de laboratorios de paz y concertación, hasta llegar a firmar convenios con las asociaciones campesinas del Catatumbo, zona de influencia fundamental y razón de ser de la universidad, como un esfuerzo para suplir la deuda que el país tiene con esa región”.

Dentro de las acciones está la creación de espacios de participación para contextualizar a la comunidad en las temáticas referentes al posconflicto. Tomando como marco la construcción de paz en Colombia, la universidad lideró a través de la Facultad de Ciencias Agrarias y del Ambiente, y el Plan de estudios de Ingeniería Ambiental, el primer debate sobre posconflicto. Docentes, estudiantes, representantes de la comunidad y asociaciones discutieron sobre los acuerdos que se han logrado en La Habana, en particular sobre Reforma Rural Integral y Cultivos ilícitos.

Icela Durán, asesora del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, fue una de las invitadas y aportó no solo la experiencia de 20 años de estar en esa región construyendo propuestas y alternativas para esa zona,  sino la metodología que pusieron en práctica para construir procesos de paz, desarrollo y defender el territorio y la vida. Consultada sobre la acogida del debate, Durán consideró que “los estudiantes tienen muchas expectativas, hay un tema de desconocimiento como también temor y escepticismo hacia el proceso de paz”.

A esto se suma, según la asesora, la deuda social que el Estado tiene con la región y que en concepto de los estudiantes no se solucionará con la firma de acuerdos de paz, pues piden justicia social, uno de los puntos que, a criterio de los alumnos, no se está negociando en La Habana.

A través de mesas de trabajo a las que se unieron estudiantes de Comunicación Social y de Derecho se plantearon diferentes posturas que los mismos alumnos denominaron Expectativas y Mitos sobre el Proceso de Paz. Este ejercicio dejó ver que hay universitarios que abiertamente expresan que no se va a llegar a ningún acuerdo, mientras que otros tienen la esperanza de que sí. Ante el contraste, Durán cree que es necesario “sentarse a revisar lo que realmente se está haciendo e ir más allá de lo que los medios de comunicación dicen”.

Diego Díaz, líder estudiantil, y quien junto con su familia ha sido víctima del conflicto, destacó la importancia del debate en vista que entre la comunidad universitaria hay muchos que como él han tenido que pasar situaciones difíciles por cuenta de la guerra.

El líder estudiantil reconoce que hay ignorancia en el tema, que fue conjurada en buena medida a través del evento, pues se conocieron las diferentes posturas a través de un ejercicio denominado Expectativas y Mitos en el marco del proceso de paz. Escritos que él mismo recopiló con notas que contenían expectativas como: “No creo en este proceso ya que no concibo cómo puede haber negociación y a la vez ocurriendo atentados terroristas”, que escribió uno de los estudiantes.  Otro expresó la posibilidad de “que se haga justicia con equidad de bienes y que de verdad se defiendan los derechos fundamentales además de darle prioridad a las víctimas”. Y otro más se preguntó “¿cómo se podrán ubicar en la sociedad a los desmovilizados?”.

Todos estos puntos fueron atendidos por la asesora de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, María del Pilar Barbosa, quien agradeció a los estudiantes su participación advirtiéndoles que serán “el futuro de lo que se viene en Colombia pues serán los protagonistas”. La asesora mostró gran interés por las  expectativas y mitos planteados por estudiantes de universidad de región de quienes destacó el criterio formado y  definido para argumentarlas.

ParaMarlon Álvarez, Director del Plan de Estudios de Ingeniería Ambiental, el balance fue positivo sobre todo en la claridad que se hizo en algunos de los puntos que confrontaron  a optimistas con a pesimistas. “Como trabajo académico permitió evidenciar a qué le cree la comunidad académica y a que no,”. La meta es constituir una mesa permanente en la que los futuros profesionales hagan propuestas en busca que sean tenidas en cuenta dentro del proceso de paz.