El difícil retorno del general Mario Montoya

      
La reciente renuncia del general (r) Montoya a su cargo diplomático, pone de manifiesto la cantidad de denuncias que diversos postulados a la Ley de Justicia y Paz y otros procesados, han realizado sobre sus presuntos vínculos con el paramilitarismo y la violación de derechos humanos.
 
El general (r) Mario Montoya no ha pasado desapercibido para el país: comandó la celebrada Operación Jaque, pero también, ha sido salpicado por acusaciones de ser amigo del paramilitarismo.  

No es claro aún si la renuncia del general (r) Mario Montoya a su cargo de embajador de Colombia ante República Dominicana obedece a la posibilidad de enfrentar cargos por sus actuaciones militares. O, en todo caso, a la necesidad de esclarecer las múltiples versiones que lo relacionan con el paramilitarismo.

El general (r) Montoya adujo razones personales para dejar el cargo diplomático, y la canciller, María Ángela Holguín, anunció que aceptaba su dimisión y que el oficial retirado permanecerá en el cargo hasta el próximo 23 de agosto. Se espera que después esa fecha se conozcan más detalles de su renuncia y se determine si tiene relación con alguna investigación en su contra.

Montoya se había posesionado como embajador el 18 de febrero de 2009, varios meses después de haber solicitado la baja cuando se desempeñaba como comandante del Ejército. Tuvo un momento de gloria en julio de 2008, cuando bajo su mando, el Ejército consiguió la liberación de 15 personas, entre ellos Íngrid Betancourt, tres estadounidenses y once uniformados, y sin disparar un solo tiro, le asestó así un golpe político y militar a las Farc.

Sin embargo, su salida se dio, cuando la institución enfrentaba un capítulo crítico, pues la opinión pública se enteró de que, también en gran parte bajo la comandancia de Montoya, miembros del Ejército eran responsables de varias ejecuciones extrajudiciales de jóvenes del municipio de Soacha,  vecino a Bogotá, y que estas y otros centenares que se destaparon después, se originaron en la presión a los uniformados por mostrar resultados en su guerra contra las guerrillas y las bandas criminales.

Además de ser comandante del Ejército entre los años 2006 y 2008, Montoya había comandado el Comando Conjunto Caribe, la Primera División del Ejército y la IV Brigada, con sede en Medellín.

Cuando regrese a Colombia, el general Montoya tendrá que enfrentar varias investigaciones que la adelanta justicia de violaciones graves a los derechos humanos por paramilitares y en las que el oficial retirado ha sido mencionado por diversos autores o testigos.

Aunque no todos los señalamientos que desmovilizados del paramilitarismo y miembros del mismo Ejército han realizado contra Montoya han motivado la apertura de investigaciones, las que hay se basan en gran parte en las múltiples versiones que han entregado a la justicia varios paramilitares desmovilizados en el proceso de Justicia y Paz. Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, Juan Carlos Sierra Ramírez, alias ‘El Tuso’, Luis Adrián Palacio Sánchez, alias ‘Diomedes’, Libardo Duarte, alias ‘Bamban’, y Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’, han aseverado en sus versiones a la justicia que, desde diferentes cargos, el general (r) Montoya tuvo una relación cercana con las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).

Señalan los ‘paras’
Alias ‘Don Berna’, en versión libre rendida el 23 de junio de 2009 desde una cárcel de Estados Unidos, aseveró que la llamada Operación Orión, a través de la cual el gobierno recuperó la comuna 13 de Medellín, fue realizada de manera coordinada entre tropas del Ejército, la Policía y el Bloque Cacique Nutibara (Bcn) de las Auc.

“Las Autodefensas del Bcn fueron al área de la comuna 13 como parte de una alianza con la IV Brigada del Ejército, incluyendo al comandante, general Mario Montoya, y el general de la Policía Nacional Leonardo Gallego”, dijo en esa ocasión y precisó que el hombre encargado de esa coordinación, y quien actuaba en su nombre, fue Elkin de Jesús Loaiza, conocido con el alias de ‘El Negro’, quien fue asesinado en septiembre de 2008 en Medellín.
 
“Reitero la participación de miembros de la fuerza pública, en el caso particular de los generales Montoya y Gallego”, reiteró el ex jefe paramilitar y confeso narcotraficante y explicó que ese operativo fue preparado con varios meses de anticipación.

Una vez el Estado retomó el control de la comuna 13, de donde fueron sacados reductos milicianos de las Farc, el Eln y los Comandos Armados del Pueblo (Cap), alias ‘Don Berna’ indicó que las relaciones del Bloque Cacique Nutibara con la Fuerza Pública “continuaron hasta que el Cacique se desmovilizó el 25 de noviembre de 2003 en Medellín”.

Por estos hechos, la Fiscalía General de la Nación abrió una investigación el 29 de mayo de 2009, sin que hasta el momento se conozcan resultados. Abogados cercanos a este proceso expresaron su inquietud por la lentitud con la cual avanza el caso.

VerdadAbierta.com conoció que la Corte Suprema de Justicia también está investigando el asunto. El proceso está ante una unidad delegada ante este alto tribunal y se encuentra en etapa de investigación. Hasta el momento no se ha vinculado a ninguna persona.

Montoya también fue señalado por el paramilitar desmovilizado conocido con el alias de ‘Diomedes’ en una diligencia de versión libre rendida ante un fiscal de la Unidad de Justicia y Paz en 2008 en Medellín. Según esta versión, el entonces oficial del Ejército le entregó personalmente en abril del 2002 siete fusiles y una camioneta como regalo para el entonces comandante del Bloque Metro de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu).

Lo dicho por alias ‘Diomedes’ fue corroborado por otro exparamilitar, Libardo Duarte, alias ‘Bamban’, ante la Corte Suprema de Justicia en febrero de 2010. Ante este alto tribunal aseveró que Montoya fue “colaborador del Metro de las Accu”.

Otro ex jefe paramilitar que implicó a Montoya con las Auc fue Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’. En versión libre dada en Bogotá en febrero de 2010 aseveró que le entregó más de 1.500 millones de pesos al general (r) por orden del comandante del Bloque Centauros de las Auc, Miguel Arroyave, para que les ayudara a combatir las Autodefensas de los Buitrago, en el Casanare.

Recientemente se conoció la versión que Juan Carlos Sierra, alias ‘El Tuso’, extraditado a Estados Unidos por cargos de narcotráfico, dio a una fiscal de la Unidad de Justicia y Paz, según la cual el general (r) Montoya “estaba en la nómina” de la llamada ‘Oficina de Envigado’, una empresa criminal liderada por alias ‘Don Berna’, que sirvió de base para la creación de los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada de las Auc.

Todos los señalamientos han sido realizados por delincuentes confesos y no prueban la culpabilidad del general (r) Montoya. No obstante, la coincidencia de tan diversos relatos de paramilitares que estuvieron en distintos lugares del país sí pone a la justicia en la obligación de investigar para comprobar si son o no veraces.

En otro capítulo doloroso del conflicto colombiano, la masacre de San José de Apartadó, perpetrada por paramilitares del bloque Héroes de Tolová, el 21 de febrero de 2005, en la que cayeron ocho personas, entre ellas tres menores de edad, fueron oficiales del propio Ejército que estuvieron adscritos a la Brigada XVII con sede en Carepa, Urabá antioqueño, y  que fueron procesados y absueltos, quienes aseguraron durante su juicio que, como comandante de la Primera División, Montoya, había contribuido en la preparación de la Operación Fénix contra un reducto de las Farc en San José de Apartadó, en el Urabá antioqueño. Según ellos le dijeron a la justicia, Montoya ordenó que se usaran guías, que a la postre resultaron ser paramilitares autores de la masacre.

La Procuraduría General de la Nación investigó y exoneró a este general (r) por su posible omisión como comandante de la IV Brigada en responder a los llamados de auxilio de la población de Vigía del Fuerte por el enfrentamiento de paramilitares de las Auc con las Farc en esta región del Atrato antioqueño. Esta batalla derivó en la muerte en Bojayá de 119 civiles que habían buscado refugio en la iglesia a donde estallaron varios cilindros explosivos de las Farc, el 2 de mayo de 2002.

Ejecuciones extrajudiciales
A Montoya también lo persigue la sombra de las ejecuciones extrajudiciales de civiles presentados como guerrilleros o miembros de bandas criminales dados de baja en combate. En su período de Comandante del Ejército, entre el 26 de febrero de 2006 y el 4 de noviembre de 2008, ocurrieron la mayor parte de las ejecuciones extrajudiciales contra civiles que hoy son investigadas. Se calcula que hay en ese periodo por lo menos 750 investigaciones, las cuales han dejado ya varias condenas contra miembros de esa fuerza.

El entonces presidente Álvaro Uribe retiró del servicio activo a 14 oficiales quienes por acción u omisión eran los responsables del descontrol de la fuerza pública que terminó en el asesinato de al menos 300 jóvenes de escasos recursos y muchos de ellos campesinos. La mayoría de esas ejecuciones fueron perpetradas en 2007 en Norte de Santander, Meta y Antioquia.

Por sus cuestionadas actuaciones, este oficial no pasó desapercibido para el gobierno de Estados Unidos. En un cable de la Embajada de Estados Unidos en Colombia, el embajador William Wood expresó su inquietud por el nombramiento de este oficial como Comandante del Ejército, no sólo por sus supuestos nexos con las Auc, sino con su posible responsabilidad en la comisión de ejecuciones extrajudiciales y en algunos casos de corrupción.

En un despacho diplomático del 2006, que comenta su nombramiento como Comandante del Ejército, advierte no si antes destacar su hoja de vida, que “de acuerdo con informes de DAO (Oficial Agregado de Defensa de la Embajada), Montoya presuntamente estuvo involucrado en estafas con funcionarios corruptos de la Policía Nacional de Colombia quienes le permitían tomar el crédito de las incautaciones de drogas y las operaciones anti-terroristas, protegiendo al mismo tiempo las actividades de narcotráfico, y proporcionando armas a las Auc. La Embajada no tiene conocimiento de las pruebas para corroborar estas denuncias y no tiene acceso a los resultados de la investigación CECIM”.

En capítulo aparte, el nombre de Montoya también ha sido relacionado con la desmovilización de 62 personasque supuestamente integraban una compañía de la guerrilla de las Farc llamada Cacica Gaitana, que la prensa ha denunciado como un montaje del Ejército.