Gobierno rechaza propuesta indígena de desmilitarización

      
Tras concluir su Consejo de Ministros en Toribío, el presidenteSantos anunció que aumentará nuevamente el pie de fuerza y ejecutará una millonaria inversión social en Cauca.
El presidente Santos fue recibido con rechiflas en Toribío. Foto: tomada de Semana.com.
El pueblo Nasa, atrapado en una guerra ajena
La nueva estrategia indígena para sacar el conflicto de Cauca

“No desmilitarizaremos ni un centímetro del territorio”, fue la respuesta que el presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, les dio a los indígenas que piden la salida del norte de Cauca de todos los grupos armados y proponen que le dejen el control territorial a la Guardia Indígena.

Esta situación se presentó luego del ataque de las Farc del viernes 6 de julio al casco urbano de Toribío que terminó en un enfrentamiento con la Fuerza Pública de tres días, en el que la población civil se desplazó por temor de perder la vida en medio del fuego cruzado y de los explosivos hechizos que la guerrilla lanzó desde las montañas.

Tras ese ataque a este municipio, que desde 1983 ha sido víctima de 14 tomas y más de 500 hostigamientos por parte de la guerrilla, el pueblo indígena se hastió del conflicto armado y decidió pasar de las palabras a los hechos.

El pasado lunes 300 indígenas decidieron retirar las barricadas que la Fuerza Pública instaló cerca a la estación de Policía y de las calles para repeler el ataque de las Farc. Además, otro grupo emprendió camino hacia las montañas para pedirle a los guerrilleros que abandonen la región y destruyó un campamento subversivo.

Esa fue la declaración de la nueva estrategia del pueblo Nasa para sacar el conflicto armado de sus territorios. El pueblo indígena considera que la comunidad es capaz de alcanzar de manera autónoma la “armonía” en su territorio y exige la salida de las guerrillas y de la Fuerza Pública.

En un comunicado la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acin), señaló este miércoles que “el pueblo Nasa no necesita a la Fuerza Pública porque nunca ha sido efectiva. Cada vez que llegaron más Ejército y Policía, se concentraron más los grupos guerrilleros y se incrementaron los combates, dejando numerosos muertos y heridos en la población civil”.

Sin embargo, la respuesta del Presidente fue diferente e indicó que “llegarán más (tropas) para asegurar que todos los caucanos puedan vivir en paz. Sabemos que hay muchas dificultades pero nuestra Fuerza Pública, el Gobierno y el Estado las están enfrentando, y no vamos a disminuir la guardia un solo minuto”.

A diferencia de otras ocasiones, en las que el Gobierno Nacional ha tomado la misma decisión de aumentar el número de soldados y de equipos de guerra luego de violentos ataques de la guerrilla, este anunció estuvo acompañado de la ejecución de un denominado Plan Cauca, que pretende inyectar grandes recursos para la inversión social.

Santos indicó que en los próximos días este plan se formalizará por medio de un documento Conpes, para invertir 500 mil millones de pesos en educación, salud, acueducto y vías “para que el departamento pueda progresar y tener un mejor futuro”.

Antes de conocerse las medidas que adoptó el Gobierno Nacional durante su breve instancia en Toribío, Feliciano Valencia, vocero de la Acin, le dijo a Semana.com que los indígenas no hablarían con el Gobierno “porque nosotros no los invitamos” y agregó que “no vamos a validar ninguna decisión que se tome en el Consejo de Ministros”.

Durante la visita del Presidente, quien ha dicho que la Fuerza Pública tiene el “control total” de la zona, se presentaron varios hostigamientos de la guerrilla cerca al casco urbano y las Farc instalaron retenes ilegales a plena luz del día. Algunos de ellos fueron levantados por la acción de los indígenas.

Además, uno de los aviones de combate Súper Tucano, destinado para la seguridad de Santos, se estrelló en el municipio de Jambaló cuando estaba apoyando al Ejército en un combate contra la guerrilla. Hay versiones que indican que la aeronave fue derriba por los guerrilleros, pero la Fuerza Aérea ha sostenido que está se accidentó.

Una guerra ajena y de vieja data
Los ataques de los grupos ilegales a la población civil en el norte de Cauca, al igual que los enfrentamientos con la Fuerza Pública en los que los civiles han quedado atrapados, no son recientes. Desde hace años los habitantes de esa región del departamento se acostumbraron a vivir entre la presencia de los grupos armados, las balas, los explosivos y los señalamientos.

La lucha del Estado por arrebatarles un territorio histórico a las guerrillas, cuyas escarpadas montañas conectan con el Litoral Pacífico, y es utilizado por los subversivos como corredor de movilidad y de financiación con el narcotráfico, le ha generado constantes daños colaterales a los indígenas y demás personas al margen del conflicto.

Para liberar ese territorio la Fuerza Pública está implementando un Plan de Consolidación que ha significado el aumento considerable de la tropa en la región y la instalación de bases militares en sitios donde no existían.

A comienzos de marzo de este año, según registró en un artículo la revista Semana, “se incrementó la fuerza pública en 4.000 soldados, además, se trasladaron a Popayán las oficinas de la Tercera División del Ejército que antes despachaba en Cali, Valle. Y por si fuera poco, hay en operación una Brigada, dos batallones y fuerzas especiales como Apolo”.