Líos con predios de ‘Macaco’ y ‘Don Berna’

      
Dos fincas, una ubicada en Córdoba y otra en Antioquia fueron entregadas para reparar víctimas, pero les aparecieron los dueños, quienes reclaman la restitución.

  
Aspecto del predio Las Delicias. Foto: Fiscalía General de la Nación

En las próximas semanas un magistrado de Justicia y Paz tendrá que definir si dos predios entregados hace algunos años al Fondo para la Reparación de las Víctimas por Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias ‘Macaco’, y Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, seguirán allí o le serán restituidos a sus dueños, quienes reclamaron la propiedad sobre ellos.

El lío jurídico compromete las fincas La Esmeralda, ubicada en el corregimiento Piamonte, de Cáceres, Bajo Cauca antioqueño, aportada por alias ‘Macaco’, y Las Delicias, de Valencia, Córdoba y entregada por alias ‘Don Berna’.

Los dos incidentes de restitución fueron expuestos en Medellín ante Olimpo Castaño, magistrado con función de garantías de Justicia y Paz. La discusión jurídica sobre estos dos predios lleva ya varios meses en los estrados judiciales, sin que se haya llegado a una solución definitiva, pues aún no son claras las circunstancias que rodean la propiedad real de los predios.

El caso de Las Delicias
La finca Las Delicias, de 158 hectáreas, fue entregada al Fondo para la Reparación de Víctimas el 9 de septiembre de 2009. En el documento de recepción del bien aparece como titular del derecho Mauricio Palacio Giraldo. Sin embargo, éste aseguró que no hahecho ningún tipo de negocio con el ex jefe paramilitar y que el predio es suyo y de su familia. Admitió, eso sí, que en el año 2004 le ofrecieron dinero por ella y hubo un intento por negociar, pero la suma ofrecida no fue la esperada. Giraldo alega que la venta no se concretó y que luego él y su familia abandonaron el bien.

No obstante, un exparamilitar que integró el Bloque Héroes de Tolová y cuyo testimonio fue divulgado en la audiencia estableció que la compra de Las Delicias se concretó a través de Fabián Palacio, padre de Mauricio, y el bien se puso a nombre de su hijo.

Ante esa versión, la familia Palacio Giraldo se defendió alegando que eran reconocidos en la región y que han vivido en ella por generaciones. Incluso, para demostrar su apego a la zona, recordaron que Fabián Palacio fue alcalde del municipio de El Bagre, en el Bajo Cauca antioqueño, en el periodo 1995-1997.

Además, expusieron que Mauricio, su hijo, egresó de la Universidad Eafit en diciembre del 2011, donde obtuvo el título en Negocios Internacionales; afirmaron que es un reconocido deportista, dedicado a la natación, actividad en la que ha representado al país en diversas competencias nacionales e internacionales. Su apoderado aseguró que no es posible que una familia reconocida y con un hijo dedicado al estudio y el deporte tenga alguna razón para relacionarse con el paramilitarismo.

¿Pero, por qué Mauricio Palacio aparece como su dueño? Esa titularidad tiene que ver con la manera cómo su familia adquirió el predio. Resulta que el antiguo dueño de Las Delicias, Esmeraco Zuluaga Marín, hizo un préstamo bancario a finales de la década del ochenta y puso la finca como garantía de pago; no pudo pagar el crédito y el banco embargó la propiedad el 25 de julio de 1990. Allí es cuando aparecen Fabián Palacio y Gloria María Giraldo, padres de Mauricio, quienes llegan a un acuerdo con Zuluaga Marín en 1998 para quedarse con la propiedad una vez pagaran la hipoteca.

De acuerdo con la versión de la familia Palacio Giraldo, cancelado el crédito y levantado el embargo, se convirtieron en los propietarios de Las Delicias y esperaron hasta el 2001, año en que Mauricio cumplió la mayoría de edad, para traspasarle el predio y quedara registrado a su nombre.

La finca ha sido abandonada por la familia en varias ocasiones por dos razones: la presencia constante de grupos armados al margen de la ley y el asesinato de uno de los familiares. No obstante, decidieron retornar a Las Delicias en el año 2008 para reparar el deterioro que había causado el abandono.

Voceros de la familia explicaron que, una vez regresaron a la finca, le hicieron varias mejoras y comenzaron a llevar ganado para hacerla productiva. Pero el proceso de reactivación se frustró en el año 2009 cuando se dictaron medidas cautelares sobre ese bien dado que había sido ofrecido por alias ‘Don Berna’ como parte de su compromiso de reparar a las víctimas. La petición de la familia Palacio Giraldo es que el magistrado levante esa protección y puedan retomar su control.

¿Qué pasa con La Esmeralda?
Una situación similar ocurre con la Hacienda La Esmeralda, ubicada en la vereda Las Mojosas del corregimiento Piamonte, municipio de Cáceres, en el Bajo Cauca antioqueño. Este predio fue aportado a la reparación de víctimas por el exjefe paramilitar Carlos Mario Jiménez, alias ´Macaco´, quien comandó el Bloque Central Bolívar, y fue recibido por el Fondo para la Reparación de las Víctimas el 12 de agosto de 2008.

Sin embargo, Jesús Hoyos Gómez, quien era el propietario del predio, aseguró en una audiencia que vendió esa finca bajo presión y por miedo a las represalias que alias ‘Macaco’ pudiera tener contra él si se negaba a hacer el negocio.

Esas circunstancias llevaron al Hoyos Gómez a solicitarle al magistrado Olímpico Castaño que cancele las anotaciones fraudulentas que están a nombre de terceras personas cercanas al exparamilitar y le sea restituido La Esmeralda.

Para sustentar la supuesta coacción, Hoyos Gómez aseveró que la transacción de ese predio, de 602 hectáreas, se realizó por un precio irrisorio de 400 mil pesos por hectárea, cuando para el año de 1996, fecha del negocio, el precio oscilaba entre 3 y 5 millones de pesos.

La presunta coacción para lograr la venta comenzó a principios de 1996 cuando un paramilitar del Bloque Central Bolívar, conocido con el alias ´Porroco´, se acercó a La Esmeralda para decirle a su propietario que “el patrón” necesitaba esa tierra, razón por la cual Hoyos Gómez, quien era reconocido en la región por sus actividades comerciales, accedió a vender.

Pasados unas semanas, el comerciante fue contactado en Medellín por Héctor Fabián Gómez Ospina, un representante de alias ‘Macaco’, quien le dijo cuál era el precio que le iban a pagar por La Esmeralda. Ese mismo día se realizaron los papeles pertinentes. “Yo no hice negocio y me impusieron el precio”, aseguró Hoyos Gómez. El predio quedó a nombre de Gómez Ospina.

Una de las evidencias para demostrar el fraude fue el pago parcial que recibió Hoyos Gómez de parte del ex paramilitar. Inicialmente le dieron cinco millones de pesos en efectivo y la promesa de que los pagos restantes se realizarían en diferentes fechas, sin que se cumplieran a cabalidad.

Tiempo después, Gómez Ospina volvió a contactar a Hoyos Gómez y le pagó con tres carros y un apartamento ubicado en el barrio Laureles, de Medellín. El hoy reclamante de La Esmeralda vendió los bienes por un total de 198 millones de pesos, una cifra menor a la que se había estimado por el pago de la deuda.

Hoyos Gómez narró durante la audiencia que ante la diferencia de dinero tomó la decisión de hablarle a alias ‘Macaco’ mientras departía con algunos amigos en una cantina de Caucasia. Se le acercó y le comentó que le había quedando debiendo dinero, y que por su enfermedad se encontraba en una situación económica muy precaria, a lo que ´Macaco´ contestó: “Viejo, me he portado mal contigo”. Al día siguiente, le mandó 15 millones de pesos en efectivo.

Ante la descripción de esa conversación, el abogado representante de alias ‘Macaco’ se preguntó cómo Hoyos Gómez no tuvo miedo de acercarse a su defendido para cobrarle, pero sí para venderle. Ante ese cuestionamiento, el reclamante dijo que “por más mala que sea una persona, tiene sus momentos de tranquilidad” y explicó que al ver a Jiménez Naranjo en un establecimiento público, compartiendo con amigos y de buen humor, “se armó de valor” y se acercó a hablarle.

Actualmente, Hoyos Gómez tiene 75 años de edad y aseveró que ha sobrevivido a tres cánceres; además, dijo que la pérdida de La Esmeralda representó la ruina de su patrimonio, pues aunque tenía una ferretería y un hotel en Caucasia, la hacienda era su mayor fuente de ingresos.

Si bien el anciano tiene esperanzas en que le sea restituido el predio, su hijo Ferney no tiene la misma impresión. Al ser contactado por VerdadAbierta.com dijo que está acompañando a su padre en ese proceso solo por “llevarle la idea”, pues no confía en que se haga justicia: “Si a los paramilitares les permitieron que se adueñaran de las fincas y mataran, ¿qué van a hacer ahora, después de diez años y con unas audiencias tan lentas?”.

Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias ‘Macaco’, y Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, desde sus celdas en cárceles de Estados Unidos, donde están recluidos desde mayo del 2008, han afirmado a través de sus abogados que no están interesados en participar en este tipo de diligencias.

Unos y otros esperan que en las próximas semanas, el magistrado Castaño dirima el debate jurídico planteado y tome las decisiones que corresponda.