Jaime Pardo Leal: la voz silenciada

      

Abogado, sindicalista y candidato presidencial de la Unión Patriótica, Jaime Pardo Leal fue una víctima de la venganza paramilitar de finales de los ochenta. Sus denuncias de los nexos del paramilitarismo con políticos, empresarios y militares, lo convirtieron en el hombre más amenazado del país.

Jaime Pardo Leal, asesinado por denunciar del plan de exterminio en contra de la UP. Fotomontaje VerdadAbierta

Jaime Pardo Leal nació el 28 de marzo de 1941 en Ubaque, Cundinamarca, pueblo ubicado a 56 kilómetros de Bogotá.  Conocido por su sentido del humor y su calidad académica, Pardo Leal demostró desde niño su interés por los temas sociales.

“Desde muy chiquito le gustaba ir a la iglesia. Fue acólito del pueblo y participaba en las celebraciones de Semana Santa y Navidad”, recuerda su esposa Gloria Flórez de Pardo, con quien se casó luego de 8 años de noviazgo en 1963.

Pardo estudió derecho a la Universidad Nacional en 1959, en donde inició su participación activista dentro de las revueltas estudiantiles y las juventudes comunistas, JUCO.

Con su tesis sobre “La Clase Obrera ante el Derecho Social” se graduó como abogado en 1963, fecha para la cual ya hacía parte del Poder Judicial como citador y notificador de un juzgado.

Pardo Leal ocupó los cargos de juez municipal, juez del circuito, juez superior y finalmente, Magistrado del Tribunal de Bogotá, desde donde lideró la creación de la Asociación Nacional de funcionarios y empleados de la Rama Jurisdiccional y del Ministerio Público de Colombia, Asonal Judicial.

Como sindicalista del sector judicial lideró 15 huelgas, que paralizaron las actividades de la justicia y con las que pretendía reclamar mejores condiciones laborales.

Fue así, como durante 11 años, desde 1974 a 1985,  Pardo se convirtió en un personaje inconveniente para otras esferas del poder judicial, hecho que se hizo evidente al no ser reelegido como Magistrado en Bogotá.

Pero su vida política se reactivó a partir de esta evidente expulsión. El 29 de agosto de 1986 fue llamado a asesorar el naciente partido de izquierda Unión Patriótica, UP, conformado luego del acuerdo de paz de la guerrilla de las Farc con el gobierno de Belisario Betancour. De igual manera, Pardo colaboró en la organización y constitución de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, desde dónde empezó a perfilarse como el candidato ideal de la UP para la presidencia.

Aunque se había pensado en el nombre de Jacobo Arenas para la candidatura por la UP, el 4 de febrero de 1986, Jaime Pardo Leal lanzó oficialmente su campaña electoral por la presidencial. Esto lo marcaría como objetivo de los grupos paramilitares que iniciaron un exterminio contra los miembros de la UP.

Mientras Pardo Leal alcanzó el tercer puesto en las elecciones presidenciales de 1986, la Unión Patriótica obtuvo las votaciones más altas hasta ese momento para un partido de izquierda logrando: 14 congresistas para Cámara y Senado, 18 diputados para 11 Asambleas departamentales, 335 concejales para 187 consejos.  

El magnicidio de los 30 millones de pesos

A partir de entonces, Jaime Pardo Leal denunció una estrategia de persecución y exterminio de la Unión Patriota, partido que, por su origen de izquierda, se había convertido en el enemigo declarado de narcotraficantes, paramilitares y miembros de las fuerzas militares involucrados con la mafia.

Para 1986, apenas un año después de la creación de la UP,  la persecución ya había dejado más de 200 víctimas entre militantes, familiares y simpatizantes.

Pardo Leal señalaba al Estado como principal responsable de estos crímenes por acción y por omisión, ya que mientras ignoraba la clara evidencia del plan de exterminio, cada vez eran más notables los nexos de cooperación entre las Fuerzas Militares, terratenientes regionales, parte de la elite política tradicional y la ilegalidad.

Las denuncias ante los medios con nombres propios se intensificaron, salpicando a altos mandos militares por violaciones a los DDHH y delitos de lesa humanidad. Pardo Leal estaba revelando la red criminal tejida en contra de la Unión Patriótica.

Artículo publicado en el diario “El Tiempo” el 13 de noviembre de 1987, en el que el Ministro de Justicia, Enrique Low Murtra señalo a Rodríguez Gacha como autor intelectual del asesinato de Pardo Leal. A su derecha, William Infante, Beyer Yesid Barrera y Olivera Acuña Infante condenados por el crímen.

“Se han masacrado de la manera más salvaje a varios dirigentes y militantes de nuestro movimiento político, en consecuencia le hemos dicho al gobierno nacional que nos defina si tenemos derecho a vivir o no en nuestro país”, mensaje permanente de Pardo Leal exigiendo una reacción de la justicia que no llegaría ni luego de su muerte.

Los hermanos William y Olivera Acuña Infante recibieron 30 millones de pesos de Gonzalo Rodríguez Gacha por asesinar a Jaime Pardo Leal, quien había señalado al capo como financiador del paramilitarismo y creador del grupo Muerte a Secuestradores MAS.

Pardo Leal fue asesinado cuando regresaba con su familia de su finca en La Mesa, Cundinamarca. Faltando un cuarto para las 4 de la tarde, el domingo 11 de octubre de 1987, un carro igualó el vehículo de la familia Pardo, luego de insultarlos, dispararon amatar. Jaime quedó tendido sobre el timón.