Tierra y Vida yForjando Futuros, premio a la tenacidad

      
Las dos instituciones fueron galardonadas con el Premio Nacional de Paz. Su labor por la restitución de tierras a campesinos despojados les ha significado una alta cuota de sangre.
urabamarcha
Tierra y Vida y Forjando Futuros lideran marchas en defensa del proceso de restitución de predios.      

Como un tributo a las víctimas del despojo de tierras en el país por parte de grupos paramilitares, calificaron los representantes de las organizaciones Tierra y Vida y Forjando Futuros el Premio Nacional de Paz que les otorgó SEMANA, PNUD, El Tiempo, Caracol Radio, Caracol Televisión, Proantioquia y Fescol.

Y no es para menos. En sus ocho años de trabajo liderando procesos de reclamación de tierras despojadas por grupos paramilitares en diversas regiones del país, sus integrantes han afrontado ataques de todo tipo y la cuota de sangre aportada no es poca: entre 2008 y 2011 fueron asesinadas en Antioquia 13 personas ligadas a reclamaciones de predios rurales.

Justamente hoy, cuando reciben el premio, se cumple un año del asesinato en Montería de Leoncio Manuel Mendoza Mejía, anciano de 78 años padre de uno de los integrantes de la organización Tierra y Vida y reclamante de tierra en el departamento de Córdoba.

“Para nosotros este premio es un homenaje a las familias de las personas asesinadas en estos procesos de reclamación y a la constancia de nuestro trabajo”, afirmó Gerardo Vega, representante de la organización Forjando Futuros, quien, junto a los líderes de Tierra y Vida, soportan intensas campañas de desprestigio.

Por su parte Carmen Palencia, presidenta de Tierra y Vida considera que este reconocimiento “es una visibilización del más amplio nivel de las organizaciones, del trabajo y el esfuerzo que estamos haciendo”.

La labor de esta mujer social fue destacada en agosto del año pasado cuando se le reconoció como una de las líderes más importantes del país por la Fundación Liderazgo y Democracia y Publicaciones Semana. Además, como organización, Tierra y Vida recibió  en diciembre de 2010 el premio Antonio Nariño que otorgan los gobierno de Alemania y Francia a destacados defensores de derechos humanos en el mundo.

Vega precisó que “nuestro trabajo no es de los últimos ocho años, sino de muchos más”, Tanto él, en su calidad de abogado, como Palencia como líder comunitaria, están ligados a procesos de tierras desde hace 20 años en el Urabá antioqueño, cuando lideraron procesos de legalización de predios, entre ellos el del barrio Obrero, en Apartadó, junto a monseñor Isaías Duarte Cancino, entre los años 1992 y 1996.

En la historia de estas organizaciones, el barrio Obrero es un referente, no solo por lo hecho en la década del noventa, sino porque allí nació la Asociación de Víctimas para la Restitución de Tierras, hoy llamada Tierra y Vida, gracias al empuje y liderazgo de Palencia, quien reunió a por lo menos 50 líderes del Urabá antioqueño para fundar la asociación.

Desde ese año focalizaron su trabajo en la reclamación de tierras despojadas de manera forzada a campesinos por parte de grupos paramilitares y empresarios del agro que aprovecharon los desplazamientos de las comunidades rurales. El trabajo mancomunado de Tierra y Vida y Forjando Futuros tiene resultados que mostrar: hasta el momento han logrado la restitución de 4.187 hectáreas en el Urabá antioqueño, que beneficia a 185 familias.

Además, lo que comenzó con 50 personas en el Urabá antioqueño hoy ya tiene alcance nacional. De acuerdo con Palencia, Tierra y Vida tiene 13 capítulos en 11 departamentos y agrupa a por lo menos 9 mil personas.

También han contado con una serie de alianzas que vienen fortaleciendo algunas iniciativas, como por ejemplo la del apoyo ciudadano a la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Una de las primeras expresiones en ese sentido se vivió en el municipio de Necoclí, el 15 de enero de este año, cuando se realizó la primera marcha de campesinos, en la que participó el presidente de la República, Juan Manuel Santos y diversas autoridades nacionales, departamentales y locales.

La segunda marcha será el 8 de diciembre en Puerto Asís, Putumayo, y para el año entrante se trabaja en programar movilizaciones en la región del Catatumbo, y en las ciudades de Sincelejo y Bogotá. “La restitución de tierras tiene que tener el apoyo ciudadano, si no hay movilización de la gente para apoyar esta iniciativa, no saldrá adelante”, aseguró Vega, quien agregó que se cuenta con el respaldo de la Corporación Nuevo Arco Iris, el Instituyo Popular de Capacitación, Redepaz, Codhes y el Partido Liberal, entre otros.

Pero la agenda de estas dos organizaciones va más allá de las movilizaciones. A la par de esas actividades, continuarán llamando la atención del Gobierno nacional sobre algunos puntos de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras que consideran deben modificarse.

Uno de los puntos, en el que es enfático Vega, es que los reclamantes de tierras no son los que tienen que demostrar la posesión del predio para solicitar la restitución, según este abogado, “son los que hoy fungen como propietarios de esas tierras quienes tienen que demostrar si hubo buena fe en la adquisición de esos bienes”.

El representante de Forjando Futuros también insiste en la necesidad de garantizar la protección de los reclamantes de tierras, quienes son vulnerables en sus regiones a quienes se oponen a la restitución, por eso sugiere que se restrinja el porte de armas en esas zonas, como una medida de seguridad de los campesinos y sus familias.

Finalmente, Vega pidió celeridad y resultados en las investigaciones judiciales sobre el asesinato de los reclamantes de tierras en el país, 13 de los cuales han pasado por Tierra y Vida, a quienes se les rendirá tributo con este Premio Nacional de Paz.